"Espero, que todo el dolor recurrente, traiga fruto algún día, aunque por ahora,solo deseo desaparecer" Beatriz Cantero.
Beatriz parpadeó,la luz de la habitación le molestaba en los ojos. Alguien estaba golpeando levemente sus mejillas para despertarle.
Terminó de hacerlo y miró a su alrededor. Una enfermera le estaba tomando la presión,a los pies de la cama, estaba el médico.
El mismo hombre, ahora con bata, que la había rescatado del mar. Ella le miró.
Tenía un cuidado y abundante cabello negro con vetas plateadas en ambas sienes.
Ella calculó que tendría tal vez unos cincuenta años. El hombre,tomó unos documentos que estaban sobre la mesita movible a los pies de la cama.
- Cómo se siente sra. Cantero?-
-Estoy bien doctor - dijo débilmente.
-Lamento decirle que tiene usted una anemia bastante importante. También lamento decir que no podremos llevar su caso y tratamiento aquí, la derivaremos a otro hospital público. Hay demasiada demanda de camas por estos días y por el momento su condición de salud no es prioritaria.-
Se puso a examinar los documentos y a firmar otros,entre ellos una receta. La miró de nuevo.
-A continuación la voy a dar de alta - miró a la enfermera - porfavor Yadira,termine de anexar los documentos al expediente, hágale el cuestionario y prepare el papeleo. Volveré dentro de una hora para firmar la salida -
Él la miró de nuevo.-Tiene familia?-
Ella titubeó. Luego negó con la cabeza. Santiago no se iba a presentar aunque le llamase y Andrés estaba en Coatzacoalcos,era mejor que no viniese.
El doctor comprendió. Ahora se dirigió a la enfermera.
-En cuánto tengas listo el papeleo me mandas un mensaje y yo vengo -
Se volvió hacia Beatriz - la veré dentro de un rato - ella asintió débilmente.
La enfermera Yadira, arrojó sus prendas a los pies de la cama.- Tome, vistase por qué se va.- Beatriz se incorporó y se bajó lenta y penosamente de la cama debido a su debilidad.
Tomó su ropa y con la mirada busco el baño. Salió de la pequeña habitación,ya en el pasillo, la debilidad y el mareo hicieron presa de ella y se cayó de bruces.
Su brazo izquierdo y su boca se llevaron la peor parte.
-Ay señora!- dijo Yadira con impaciencia - tenga cuidado!- le regañó. Hizo ademán de sostenerla, pero sin hacerlo realmente.
-A dónde va?,cambiese aquí!- Beatriz no le respondió, estaba muy mareada y la sangre del golpe de su labio inferior fluyó por su barbilla.
Se limpió la boca con un extremo de su propia bata. Después se cambió como pudo. Por lo menos,su ropa estaba limpia. Se presionó la herida. Yadira se colocó a un costado suyo y le extendió unos documentos y un bolígrafo.
-Tenga, firme esto. Va a pagar la cuenta en abonos. El total son 8900 pesos. Si primer pago es en quince días. Baje a caja y ahí le darán la información -
Beatriz firmó, no siquiera pudo leer lo que estaba firmando.
-Es todo,ya puede irse -
Se dió media vuelta y salió de la habitación. Beatriz tomó su suéter y su bolso en una mano y con la otra se metió los pies en sus tenis de lona.
Beatriz se pegó a la pared y comenzó a avanzar sosteniendose de ella. Se detenía cada pocos pasos. El mareo volvió con fuerza,se recostó en la pared y apretó los ojos, veía borroso. Descansó un poco, pero luego siguió avanzando.
Debido al movimiento de personas distinguió el elevador,un guardia se le acercó.
-Señora a dónde va?- ella siguió su voz e intentó enfocar su cara.
-Me han dado el alta...debo ir a caja - el guarda se inclinó hacia ella. Parecía a punto de desmayarse.
-Quedese aquí, traeré una silla de ruedas- ella asintió sin energía. Escuchó los pasos del guardia que se alejaba. Cerró los ojos,se acurrucó en el suelo contra la pared.
El guardia regresó después de un rato. La ayudó a sostenerse. Ella le agradeció en voz casi inaudible. Él le ayudó a llegar hasta archivo y luego la llevó hasta la caja y le ayudó con todo el proceso. A ella él le pareció un ángel. Finalmente la llevó a través de las puertas de vidrio de la salida del hospital, hacia el exterior. Estaba lloviendo y se estaba oscureciendo.
-Voy a pedirle un taxi -
-No por favor!- dijo débilmente.- solo déjeme aquí- dijo señalando el borde de una jardinera del hospital. El la sostuvo y luego la ayudó a sentarse en ella.
-Esta segura de que no quiere un taxi?-
-Se lo agradezco mucho pero no- el guardia aceptó su deseo inseguro.
-Tenga cuidado señora, si ocupa algo pida ayuda -
-Gracias, Dios le pague - el hombre le echó una última mirada, parecía un pajarillo blanco en junta y débil.
Pronto, la lluvia arreció aún más y Beatriz quedó pronto, completamente empapada. Se bajó de la jardinera y se sentó en la banqueta. No tenía mente ni fuerzas para pensar o desear algo.
Sintió las gotas golpear su cabeza y su cuerpo y no le importó. Se sintió demasiado débil para luchar por vivir. Moriría allí?,de hambre?, deshidratada? O de qué?
En el estacionamiento del hospital, Gerardo se subió a su Jeep, estaba lloviendo a cántaros, encendió el vehículo y dió reversa. Luego,se encaminó hacia la salida del hospital.
La luz de sus faros iluminó una figura encogida en la banqueta.
Chasqueo la lengua,no había nadie más a la vista. Dudó momentáneamente. Quiso imaginar como se sentiría si pasaba de largo. Y lo hizo. Pero no pudo ignorar la necesidad,no,no estaba tan endurecido.. Ahí estaba una persona desamparada. El vería que podía hacer para ayudar. Se detuvo unos metros más delante, dió reversa y se colocó a un costado de la banqueta. Extendió la mano a los asientos traseros. Tomó un impermeable que estaba ahí,se bajó de la camioneta y se acercó a la persona.
-Oiga,oiga!- la persona no reaccionó. Estaba con el rostro entre los brazos y sobre las rodillas. Se puso de cuclillas a su lado y le movió el rostro. Al no obtener respuesta le alzó el rostro hacia el frente. Todo cobró sentido entonces. Era la mujer de la playa.