No es posible entender totalmente como piensa y hace decisiones una persona. Creo que somos el resultado de diferentes crianzas, educación escolar, circunstancias de vida y decisiones personales. Sigo creyendo que,lo que realmente decides con lo que tienes,determina tu futuro.
Hay mucha gente herida en el mundo y triste, trágicamente y terriblemente hay mucha gente egoísta hiriendo a otros.
Se entremezclan las diferentes situaciones, decisiones y resultados, creando así una mezcolanza de experiencias buenas y malas de vida.
Aunque Gerardo estaba dolido y resentido con Martha debido a cómo había concluido su relación, él aún sentía algo por ella,una medida pequeña pero poderosa de querer ,buenos recuerdos y deseo.
Él quería a Martha, así que, aunque al principio, desconfiadamente,se dió la oportunidad de ver qué quería ella, que pensaba, cuales eran sus planes.
Teniendo a Gerardo tan cerca y en una mejor posición económica, y pensando dentro de sí misma , que Arturo jamás volvería por ella, decidió intentar sondear lo que Gerardo sentía al respecto de su relación y ver si había aunque sea una pequeña oportunidad de edificar al sobre eso.
Se encontraron algunas veces más, ella vió la desconfianza en los ojos de él,el vió el deseo de ella por él.
Martha seguía siendo una mujer joven y muy hermosa. Más madura. Después de varios encuentros, decidieron tomar un café.
Y así, ocho a poco, volvieron a trabar una especie de amistad.
Gerardo volvió a ilusionarse y Martha se decidió a tener un futuro con él.
Se casaron. Con el tiempo, ella se fué a trabajar a Tampico y poco después el pidió su cambio también.
Maritza nació un año después del matrimonio. Fue una bebé buena y hermosa. Gerardo la amaba profundamente. Gerardo pensaba que estaban bien, tenían una buena economía familiar, ambos trabajando en el mismo hospital,cosa que para ellos fue, una verdadera fortuna.
Maritza era una niña muy querida, tanto por tíos y abuelos,su tía Gloria tenía dos niños, varones y se prendó de la niña y la quiso como si fuese su hija.
Sorprendentemente, cuando Maritza cumplió sus quince años,su mamá quedó embarazada de su hermano menor, Gerardo jr.
Martha tomó su baja por maternidad y cuidó a su hijo los primeros meses, después volvió al trabajo.
La rutina.
Se puede llegar a vivir en cierto modo de rutina. Cuando crees tener cierto control sobre tu vida y las circunstancias que te rodean,entras mentalmente en cierta comodidad, una especie de seguridad.
Gerardo era ahora, el cirujano en jefe del área de cirugía. Martha tenía su propio mérito,era una administrativa inteligente y diligente, confiable en su trabajo,pero también,cómo esposa del cirujano,era reconocida y respetada.
Maritza era una jovencita estudiosa, responsable e inteligente. Su hermano,un pequeño muy lindo y tranquilo. Gerardo padre trabajaba muchísimo y en las horas que tenía después del trabajo,buscaba pasar tiempo con su familia.
Iban de vacaciones una vez al año,a diferentes lugares, Maritza tenía la mejor educación que podían pagar. El niño crecía bajo el cuidado de su abuela paterna, la abuela materna, tenía más apego y ocupación tanto con él hijo mayor de Martha,como con los hijos de su hija menor.
La familia estaba bien económicamente hablando y desde fuera, parecía estar unida y bien estructurada. De algún modo se podría decir que ambos tenían lo que deseaban, estabilidad económica, logros personales, Martha belleza, Gerardo respeto por parte de sus colegas y subordinados,de alguna manera se podría decir que estaban cumpliendo sus sueños.
Sin embargo, después del nacimiento de Gerardo jr.la relación entre Martha y Gerardo comenzó a enfriarse.
Todo cambió cuando apareció Arturo. Por esos tiempos, hubo cambio en la dirección del hospital,y Arturo,el antiguo novio de Martha, vino a tomar el lugar del director que se jubilaba.Gerardo por supuesto sintió una pequeña alarma activarse dentro de su mente.
En cuanto la noticia fue de dominio público, Martha también sintió incomodidad, pero también curiosidad.
Quería ver a Arturo con sus propios ojos,ver cómo era, en qué se había convertido,cómo le había ido en la vida.
El día que vino a presentarse, por una rara casualidad, Gerardo estaba en piso ,en el área donde Martha trabajaba. El director saliente pidió la atención del personal unos minutos y los que estaban alrededor,avisados de antemano, salieron de sus oficinas y cubículos,los doctores de consulta salieron también y Arturo fue presentado ante ellos cómo el próximo director del hospital. Aquello era genuinamente raro. Arturo no era conocido como doctor o como militar. Tiempo después de sabría que recibió el puesto por ser el hijo de un poderoso político.
A los treinta y nueve años, Arturo no decepcionó a Martha. Era bastante guapo en su mediana edad, divorciado y con dos hijos, seguía siendo encantador.
-Dr. Martínez, que gusto que estés aquí,para presentarte a nuestro nuevo director, Arturo Salinas,- se dirigió a Arturo - Arturo,este es el mejor médico de nuestro hospital, es especialista en ginecología y cardiología -
Arturo le sonrió y le tendió la mano. Gerardo, disciplinado, saludó a su vez. - Es un gusto doctor Martínez - Gerardo solo dió un asentimiento de cabeza, pero no dijo nada.
Arturo por supuesto,no recordaba a Gerardo de cuando eran jóvenes y le había quitado la novia, novia que ahora era esposa de otro. Novia que había tenido un hijo de él. Un hijo que el no conocía.
En cuanto Arturo vió a Martha la reconoció de inmediato -Martha?,eres tú?-
- Sí - Martha estaba algo avergonzada.
- Estás hermosa!-
Ella había sonreído apenada todavía. Unos cuantos ojos, que sabían que Gerardo era el esposo de Martha, los miraron con curiosidad. Gerardo podía sentir el ambiente expectante. Su mente recurrió a la antigua disciplina militar, mantuvo sus ojos en los documentos que estaba firmando. Ni un solo músculo se movió de su vista, petrea, sobre las hojas que tenía ante sí.