Vida Abundante.

Me has encontrado.

Bea vió el bote y calculó,no. No iba a poder cargar con el bote hasta su casa. Pesadísimo. Y se hizo la misma reflexión que se hacen los pobres cuando quieren progresar,"o almuerzo seis días o cuatro". Porque el taxi le iba a cobrar exactamente de 85 a100 pesos para llevarla hasta su casa. Suspiró,ni modo, habría que trasladarse con el bote. Después de pensarlo un poco,llamó a un taxi.

No sabía cómo haría esos días sin su lunch, pero tenía la pintura, sonrió. Tenía la pintura,eso era un buen cambio,un cambio positivo.

Beatriz sintió el calor intenso dentro del local de trabajo. Ése, había sido un verano seco y caluroso en extremo. Ella había escuchado en la televisión del local en las noticias, que algunas regiones en el norte del estado y del país,estaban sufriendo por la sequía. En algunos lugares se estaba escaseando el agua.

En el local ,las máquinas chirriaban constantemente.

Después de algunos años, Beatriz todavía podría recordar,el calor,los chirridos,los pies doloridos,el cansancio.

Algunas veces, cuando su patrón o su señora esposa,no estaban mirando, ella, tomaba dos o tres tortillas recién hechas y hacía con ellas un taco, llevándoselo a la boca con rapidez. De esa forma podía mitigar un poco el hambre.

Ese día, había Sido uno de los peores de su vida. Fue precisamente ese día, que no tenía para su almuerzo, que había logrado comerse un taco de tortilla, cuando el patrón entró de la trastienda y le ayudó a despachar clientes.

Había escuchado una voz familiar que pedía hablar con ella. Alzó la vista. Santiago la había encontrado. No es que ella se hubiese escondido muy bien,solo estaba a unas cuantas calles de su antiguo hogar,a él no le había costado tanto encontrarla.

Había llegado como un hombre normal y le había pedido a su patrón que le permitiese hablar con ella. Ella se había negado. El insistió. La vergüenza la había inundado, haciendo que el rostro se sonrojase.

Su patrón se había disgustado con ella. Le había dicho bruscamente que atendiera su asunto y volviera al trabajo.

Ella salió del local tímida, avergonzada, molesta y con miedo. Le preguntó que era lo que deseaba. El no había respondido,sino que la jaló del brazo y comenzó a arrastrarla calle abajo por la fuerza

Ella se resistió intentando safarse de su agarre. Pero él era más fuerte. Lo único con lo que Santiago no había contado,era que precisamente en ese momento,por la calle, venía una patrulla policial.

Los policías al ver la situación intervinieron y después de escuchar a Beatriz, arrestaron a Santiago y los llevaron a ambos a la delegación.

A él lo pusieron tras las rejas y a ella,la conminaron a denunciar a su esposo por abuso físico. El comandante le dijo que, ellos solo podían retenerlo por poco tiempo, ella debía poner una denuncia y le dió una tarjeta de una licenciada del DIF municipal.

Aunque el policía le advirtió a Santiago que,no se acercase otra vez a Bea, sino los cargos podían aumentar, Beatriz decidió denunciar, ella sabía que él no iba a dejarla en paz y que no respetaría la recomendación de la autoridad. Tal vez si ella denunciaba ,el se lo pensaría dos veces antes de molestarla de nuevo.

Debido a la intromisión de Santiago en su trabajo, seguramente había perdido el día de trabajo.

Por la noche al volver a su habitación, recostó la cabeza en la puerta después de cerrar con llave. Suspiró profundamente,se le salieron las lágrimas, estaba cansada,muy cansada. Se estaba aferrando a la vida con todas sus fuerzas. Al día siguiente,en un pequeño momento libre, marcó el número de la tarjeta que el comandante le había dado. Tendría una cita con una sicóloga el martes y con la licenciada el miércoles. Dos días de trabajo que perdería. No le era favorable en absoluto,perder los doscientos cincuenta pesos del día laboral. En total perdería 750 pesos de esa semana y aún estaba juntando dinero para pagar su renta de la habitación.

Además había gastado en transporte. Se sintió abrumada. Eran muchos recursos perdidos, cuando se vive al día,todo peso y centavo cuentan.

Pero quería ser libre. Libre de él de una vez por todas.

Porque temía,oh sí, temía, que si el seguía asediandola, terminaría por regresar de nuevo con él,a esa vida sin sentido,sin respeto,sin amor,sin nada.

Así que con ansiedad y muy contrariada,sin saber cómo enfrentaría la semana sin sus recursos habituales, pidió a sus patrones dos días para acudir a sus citas y ratificar su denuncia.

Se quedó callada, mientras la mujer la regaña a por el escándalo que Santiago había armado y por los dos días que faltaría al trabajo.

También aguantó el mal humor y las maldiciones que se le salieron al patrón cuando su mujer se lo dijo. Pero fue a sus citas con la licenciada y al día siguiente con la psicóloga.

Se quedó callada mientras,la psicóloga escribía en unas hojas y hacía un montón de preguntas, estaba avergonzada de tener que revelar detalles de su vida personal.

Lo aguanto. Lo soportó. Lo hizo porque lo sabía, lo sentía. Si volvía a regresar con Santiago terminaría suicidándose,y era posible que está vez,no hubiese nadie para salvarla.

Suspiró mientras la doctora volvía a escribir.

Tendría que encontrar otro empleo. Definitivamente.




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