Lucy
Luego de no poner nada de atención durante toda la clase de filosofía por estar casi durmiendome, pasamos a Biología en dónde dormí sin interrupción, para luego ir a química ya más animada que a primera hora.
Mi estómago empezó a rugir, tenía hambre como nunca, parecía que llevaba sin comer más de doce horas y no era así. Salí del salón y caminé a la cafetería, dónde habíamos quedado reencontrarnos con Tere, era tan triste no poder compartir todas las horas clases con mi mejor amiga, pero ya que, solo teníamos tres clases diferentes, eso era algo reconfortante. Aunque tomando en cuenta la poca cantidad de clases que teníamos al día, pasábamos la mitad del día separadas.
-Hola, Lucila. -escuché a mis espaldas seguido de ver a Alex sentarse a mi lado.
-¿quieres callarte Alexander? -pedí irritada.
Detestaba que me llamaran por mi nombre completo y él siempre lo hacía porque sabía cuánto lo odio. No sé por qué a mamá le gustó, pudo haber podido solo ponerme Lucy, pero no, en mi partida de nacimiento tuvo que poner Lucila Roberts.
-nop, ¿Dónde está Tere?
-No sé, hace rato la estoy esperando.
-de seguro está en los vestidores, estaba en prácticas de porristas. -dijo y me robó una papa frita.
-que se apure, no quiero que venga The... allá está Tere. -dije y suspiré aliviada de ver a mi mejor amiga.
Casi mencioné a Theo en frente de uno de mis hermanos, eso hubiera desatado la tercera guerra mundial. Es que mis hermanos... (Además de molestos) son algo sobreprotectores conmigo al respecto de los chicos. Si Alex lo escuchaba, le iba a decir a los demás y estos dejarían de hacer lo que sea que estaban haciendo para buscar al pobre chico e interrogarlo. Culpaba a papá por completo, siempre les decía algo como: "cuiden a mi princesita de cualquier idiota que se le acerque, no importa quién sea y no me decepcionen." Y ellos siempre le obedecían. Era tedioso por completo, pero no lo necesitaba porque por el momento, yo sola podía espantarlos ya que por ahora no estaba interesada en nada que tenga que ver con la vida amorosa.
-perdón por la tardanza, hoy las prácticas se alargaron un poco y tendré que quedarme después de clases. -dijo y se sentó a mi lado. -Hola Alex. -saludó al tonto de mi lado izquierdo.
-Hola, bueno señoritas, las dejo para que se chismoseen como siempre. -dijo tomando su mochila y robándome otra papa.
-adiós. -se despidió Tere. Yo ni me molesté en verlo irse.
-¿Ya has visto a Theo? Dijo que a la hora de almuerzo vendría. Supuse que ya estaría aquí contigo. –dijo ella sacando su almuerzo de la bolsa de papel que traía en manos, de ahí, sacó una manzana verde y le dio un mordisco.
-no y espero no aparezca.
-Tarde para decir eso. -dijo y apuntó detrás de mí. Cerré los ojos susurrando un "diablos" por mi mala suerte. En definitiva, hoy no era mi día.
-Hola chicas. –dijo él con su fino acento.
-Hola de nuevo Theo. -saludó Tere. No quería voltear a ver. Ni siquiera quería su presencia o la presencia de cualquier otra persona cerca. Pero tenía que hacerlo, no iba a hacer como que no lo había escuchado, estaba atrás de mí y era imposible hacer que no estaba, lo ignoraría si estuviéramos en los pasillos, pero no aquí, así que reuní todas mis fuerzas y finalmente me volteé a verlo y le sonreí algo forzadamente
-Hola. -saludé con cortesía. Pero creo que había sido la más falsa del mundo.
-¿Qué tal sus fines de semana? -Me alegraba que nos incluyera a ambas, no quisiera dejar a Tere de fuera y hablar solo con él.
-Bien. -dijimos ambas, aunque mi fin de semana, la verdad que no estuvo muy bien. Nunca lo están a menos que estuviera sola en casa.
-me alegro, ¿puedo sentarme? -pidió. Y rayos, solo quería que se fuera la verdad. Sonaba cruel, pero no andaba de humor para ver a alguien.
-perdona, tengo que ir por algo, vuelvo en un momento. -dije levantándome y tomando mis cosas. En realidad, no necesitaba nada, solo iría al baño a estar los próximos minutos del almuerzo y evitarlo el resto del día. -si quieres hablamos después de clases.-le propuse sabiendo que para esa hora no estaría aquí.
-bueno, si quieres te acompaño, no tengo nada que hacer ahora.-dijo él y se encogió de hombros.
-Es algo de chicas. -dije y volteé a ver a Tere indicándole que me siguiera la corriente. Le di esa típica mirada de "larguémonos de aquí" y ella logró entenderlo de inmediato y copió mi acción.
-bueno, entonces ¿después de clases? –preguntó el chico.
-sí. -dije y le sonreí lo más sincero posible, pero me salió un poco chueco, no quería sonreír hoy.
-Bueno, adiós. –dije y jalé a Tere del brazo hacia dentro del edificio.
-¿Por qué quieres evitarlo tanto? Es un chico muy lindo. –dijo mi mejor amiga haciendo cierto berrinche por mi agarre innecesario.
-pues porque... porque... la verdad no lo sé, pero no quiero verlo y menos hoy que no ando muy bien emocionalmente.
-Entonces, ¿de verdad lo verás después de clase? –preguntó arqueando una ceja cuando finalmente la había soltado.
-no, le llamaré a Derek que venga a recogerme temprano, porque la verdad, hoy quiero dormir.
-¿lo dejarás plantado? Que cruel.
-lo sé, pero hoy quiero evitar el mayor contacto humano posible. -dije y seguí caminando. A lo lejos en el pasillo, vi a Tomás caminando con la mirada fija en el celular. Traía puesta la chaqueta del equipo de baloncesto que ya necesitaba que se la lavaran, las mangas estaban algo cafés al igual que el cuello. Todo por no querer meterla el sábado a la lavadora porque "se le olvidó". Por esa razón yo era la que se encargaba de esa tarea, porque si no, mis hermanos descomponen la lavadora o teñían las prendas blancas de rojo o cualquier otro color.
-Hola Tomy. -saludó Tere. Éste levantó la mirada y se quedó embobado unos segundos.
Desde que tengo memoria, Tomás tiene un gran enamoramiento por mi mejor amiga, posiblemente desde los ocho o nueve años que le gusta la rubia porque en ese entonces, Tere me empezaba a visitarme más seguido y él al parecer sintió un flechazo que lo ha dejado estancado y desesperado por amor de Tere. Siempre me decía que lo ayudara a conquistarla, pero nunca lo hacía porque sinceramente una relación entre ellos dos se me haría demasiado raro e incómodo, sí, pueda que conociera a mi hermano de toda la vida claramente y sabía que no sería mala influencia para ella ni le haría ningún mal porque sabe de lo que soy capaz por mi mejor amiga, pero no me terminaba de agradar por completo la idea de verlos juntos.