Lucy
Llegué a casa más relajada gracias al increíble masaje que obtuve en el spa. Creo que nada podría arruinar el gran humor que tenía. A excepción de mis hermanos, claro. Vivo en una casa de locos.
Al abrir la puerta, toda la casa estaba completamente oscura. No había nada, absolutamente nada de luz ni siquiera por una sola ventana. Todo estaba cubierto por sábanas y cortinas gruesas.
¿Ahora qué tramaban éstos estúpidos?
-¡Chicos, si están haciendo una broma, no es gracioso! -encendí las luces y de inmediato empecé a escuchar quejas por parte de los chicos. Luego vi a Rubén, Alex, Tomás y Dylan tirados en el suelo mientras se quitaban unos lentes que si no me equivocaba eran de visión nocturna. También tenían pistolas de dardos en manos. Ahora sabía qué estaban haciendo.
-¡Lucy! ¡Nos vas a dejar ciegos! -gritó Rubén mientras apretaba fuertemente los ojos. Me crucé de brazos. No lo podía creer.
-creo que ya es muy tarde. -se quejó Dylan.
-Tranquilo, ya pasará el efecto porque creo que estoy igual. -Tomás empezó a parpadear repetidamente mientras trataba de recuperar la visión. Sí, ya sabía que si alguien usaba una de esas cosas durante el día o con luz podía quedarse ciego, pero ¿yo que iba a saber que estaban usando eso? No me podía culpar por algo que no había hecho a propósito.
-No me culpen si quedaron ciegos, yo no sabía qué estaban haciendo. -me defendí.
-sí, pero nos hubieras avisado que ibas a encender las luces. -dijo Alex.
-ay qué delicados y eso que yo soy la mujer aquí. -bufé y me acerqué a quitarle la pistola de dardos a Rubén. Observé de reojo como Derek bajaba al lado de Dany las escaleras de manera cautelosa. Ellos creían que no los habían visto aún. Entonces les empecé a disparar.
-¡ya Lucy! -gritó Dany mientras más dardos lo golpeaban repetidamente. Derek trató de dispararme también, pero solo comenzó a disparar a cualquier lado menos a mí ya que dejé a Dany en paz y solo le disparaba a mi hermano mayor. Los dardos se me acabaron y bajé el arma de nuevo.
-si fueras asesino de película, ya estarías muerto. -me burlé de él y le devolví el arma a mi hermano.
-a veces no me simpatizas. -me fulminó con la mirada. Reí y me dispuse a subir las escaleras hacía mi habitación hasta que sentí algo pequeño golpear mi espalda.
-te vas porque eres una cobarde. -se burló Tomás. Me di la vuelta y lo vi aun apuntándome con su arma. Sonreí con malicia y vi a cada uno de los chicos con su respectiva pistola.
-¿dónde está mi arma y mis lentes?
-Esta es mi hermana. -dijo Alex pasándome una.
***
-Sospecho que trabajas en la CIA. -dijo Derek en cuanto encendieron las luces. Obviamente esta vez ya nos habíamos quitado los lentes.
-no trabajo en la CIA ni soy espía, solo tengo mejor puntería que todos ustedes juntos. -reí y sonreí victoriosa mientras me sentaba en el sillón. Le había ganado a todos y nadie me pudo dar ningún dardo, pero yo sí a ellos. Fue muy divertido la verdad. Ver a todos derrotados era algo muy satisfactorio.
-Ahora que gané, serán mis sirvientes el resto de la semana. -de inmediato todos me voltearon a ver.
-ni loco. -dijeron todos al unísono. Reí por la coincidencia, esto solía pasar raramente y me causaba gracia porque me hace pensar que todos son igual de idiotas.
-Bueno, está bien. Hoy solamente. -observé como unos levantaban una ceja, otros hacían una mueca o me fulminaba con la mirada. -soy su hermanita y yo gané, quiero algo a cambio. -hice puchero con cara de perrito regañado. Ellos no se podían resistir a algo como eso.
-agh, está bien. -Rubén dijo resignado.
-aún sigo en desacuerdo. -Derek reclamó cruzándose de brazos. -Hiciste trampa.
-¿Cómo iba a hacer trampa al pegarnos con dardos? -Alex quien estaba a su lado le preguntó, si estaba de acuerdo con él.
-bueno, por lo menos a mí me agarró desprevenido y no tuve tiempo de defenderme. -trató de excusarse.
-Derek, eres un muy mal perdedor, Lucy no hizo trampa. -Dany lo acusó. Reí por la expresión de mi hermano mayor ante aquel comentario.
-Tú no te metas Daniel. -lo apuntó con el dedo índice mientras lo fulminaba con la mirada.
-acepta tu derrota nenita. -dije tratando de fastidiarlo.
-no. -dijo entre dientes.
-por ser un mal perdedor, debería tener doble castigo, Lucy. -Dylan me sugirió.
-¡No le des ideas mocoso! -chilló Derek.
-Muy tarde hermanote, ya tomé la idea. Gracias, Dylan. -palmeé la cabeza del gemelo quien sonrió con superioridad.
-Suerte con la endemoniada. -Tomás palmeó su hombro en forma de apoyo.
Esto va a ser increíble.
***
-¡llegaron las hamburguesas! -anunció Rubén entrando a la casa con varias bolsas en las manos. Tenía mucha hambre.
-Tomás, tráeme refresco y Derek, sírveme mi hamburguesa. -Les ordené a ambos. Tomás sin decir nada se levantó del sillón y se fue a la cocina mientras Derek empezaba a murmurar cosas con molestia mientras buscaba entre las bolsas la hamburguesa que pedí.
-ten. -Tomás me entregó un vaso con soda. Se sentó a mi lado con una lata de refresco en mano y tomó una hamburguesa. Por eso no se quejó, de todas formas iría a la cocina por su bebida.
-¿Vemos una película? -preguntó Rubén mientras se sentaba a mi lado en el sillón con una botella de cerveza en la mano. Colocó un brazo en el respaldo del sillón justo detrás de mí y acercó la botella a su boca. En cuanto la botella hizo contacto con sus labios, le arrebaté su bebida.
-¡Rubén! Deja eso. -dije y me levanté con la botella en la mano. -Sabes que no me gusta que bebas. -me quejé volteándolo a ver.
-Oye, es solo una, de vez en cuando no es nada malo, además, no bebo alcohol desde hace meses. -se defendió tratando de tomar la botella otra vez. La alejé evitando que la tomara.