Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

17. La tercera es la vencida

Lucy

Bueno, tuve suerte. Logré derribar a Louis aunque no hice mi touchdown y me quitó la pelota. Por lo menos tenía otra oportunidad de demostrarle al idiota de Nicolás Andrade de lo que era capaz. La tercera era la vencida. Sabía que lo lograría.

Me coloqué en posición por tercera vez. Recordé todas las veces que jugué contra mis hermanos y papá, fútbol americano. Recordé todas las tácticas esenciales en este juego para ponerlas en práctica. No quería darle mis veinte dólares a Nicolás y quería demostrarle que era capaz de hacer esto. El silbato sonó de nuevo. Corrí lo más rápido que pude. Louis volvió a tomar la pelota, pero inmediatamente la derrumbé sin hacer falta y tomé el balón para empezar a correr. Cuando Louis recuperó la compostura, yo ya estaba lejos.

Sentí su presencia cercana, casi me pisaba los talones pero no paré de correr. Me logró atacar por la espalda, pero el balón llegó primero detrás de la línea logrando mi touchdown. Me levanté de inmediato, alegre. Me había golpeado los pechos al caer boca abajo, pero en ese momento no me importaba. Volví a tomar el balón y comencé a bailar con él en manos.

-en tu cara. -grité apuntando a Nicolás. Éste sonrió de lado y comenzó a aplaudir mientras se acercaba a nosotros. Louis, quien se encontraba sentado en el suelo viendo nuestra escena, soltó una risa. Me sentía increíble.

-felicitaciones, me sorprendiste mucho aunque no te merecías las otras dos oportunidades, pero lo lograste.

-mi premio -le exigí extendiendo la mano. Él rápidamente sacó el billete de su bolsillo y me lo entregó. -gracias. -dije y le sonreí triunfal. -y también gracias a ti Louis. -me acerqué a él quien por fin se había levantado del suelo y lo abracé. Fue algo extraño de mi parte, pero estaba muy feliz. Me fui de ahí saltando como niña pequeña. Tenía que contarles de mi triunfo a los demás.
 

Nicolás

-aquí está tu parte. -Le entregué otro billete de veinte a Louis.

-gracias, quizás la invite a salir luego ya que ese abrazo... pues no es algo que ella haga usualmente. -dijo él tomando su chaqueta del suelo.

-ni se te ocurra. Te mandará a la Friendzone de inmediato. -bufé y reí al mismo tiempo.

-Vale la pena intentarlo. -se encogió de hombros. -por cierto ¿no te sientes culpable por sobornarme y perder los veinte dólares que le diste?

-nop. Ni un poco. -sonreí y con un leve movimiento de mi mano, me despedí y me alejé con una sonrisa en el rostro.

Ayer había hablado con todos los chicos del equipo de fútbol americano y les había dicho que si Lucy les pedía que la ayudara con la apuesta, aceptaran porque yo les iba a pagar si lo hacían.

Sabía que Lucy no lo iba a lograr así de fácil. Entonces tomé mis medidas antes que todo. Louis se la puso algo difícil, pero hizo que ganara, entonces se merecía su paga. La verdad, no me importaba perder los veinte dólares que le había dado a ella.

Conozco el tipo de persona que es Lucy, no me iba a hacer su amigo así como así, es bastante terca, así que un impulso como este era el ideal para que se olvidara que en un principio sí me comporté un poco agresivo. Este triunfo seguro hace que se le olvide ese detalle.

En medidas desesperadas, hay que tomar decisiones desesperadas.


 

Alex

Salí de mi última clase como todos los días. Me dirigí a mi casillero en busca de algunos libros y mis audífonos que dejé a la hora del almuerzo por accidente junto a mi libro de química. La verdad que todas las clases eran muy aburridas porque todo lo que vimos hoy o ya lo sabía o era poco interesante. Yo solo quería salir de este lugar porque tenía planes para el resto del día.

Caminé despreocupado hacia la salida para esperar a Lucy o a Tomás para avisarles que no me iría con ellos hoy. Si no fuera porque mi celular quedó sin batería, le habría mandado un mensaje a alguno de los dos. Esto me pasaba por usar un cargador que no funcionaba. Apenas y tenía treinta por ciento de batería esta mañana y eso que estuvo toda la noche conectado.

Me apoyé contra la pared con los brazos cruzados mientras veía estudiantes salir y ver si entre ellos se encontraba alguno de mis hermanos. Después de un rato, finalmente vi a Lucy salir. Se notaba muy alegre por alguna razón, era muy raro que mi hermana estuviera así, siempre está seria y de mal humor, más para esta fechas, que si no me equivoco, son de su periodo.

Sí, sé que es raro que haga un seguimiento de eso, pero gracias a eso me he salvado de sus malos tratos.

-¡Alex! -gritó y corrió hacia mí. -¡mira lo que tengo! -de su bolsillo sacó un billete de veinte dólares. Seguramente ganó la apuesta. -le gané a Nicolás. En tu cara. -con un gesto muy infantil me sacó la lengua. Reí levemente y solté los brazos.

-felicitaciones, hermanita. Siempre tuve fe en ti.-aplaudí un par de veces y la miré.

-claro que no, ayer dudaste de mí y ahora te restriego mi triunfo. -se cruzó de brazos orgullosa.

-sí, tal vez dude un poquito de ti, pero por favor, eres una Roberts, vives rodeada de chicos, ya presentía que por lo menos algo ibas a lograr. -dije y me encogí de hombros. Si, puede que mi hermana fuera una chica que parecía debilucha, pero era mucho más fuerte de lo que parecía.

-Ya quiero mostrarle esto a Rubén y contarle lo que pasó. -chilló emocionada. Reí de nuevo. Es extraño verla tan emocionada, pero disfrutaría por unos segundos el que se viera tan miserable como de costumbre.

-Pues suerte con eso, hoy no me iré con ustedes.

-¿a dónde vas? -frunció el ceño.

-tengo planes esta tarde, avísale a Rubén cuando llegues y dile que llegaré después de las seis, no cenaré en casa. -le dije y empecé a caminar antes que me empezara a interrogar como si fuera parte del FBI. Mi hermana era muy curiosa a veces, pero es una chica y las chicas podían ser muy cotillas e irritantes a veces.




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