Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

22. La flor aplastada

Lucy

-Los odio. -dije cubriéndome el rostro con ambas manos. Nicolás se había ido hace apenas unos minutos porque su papá lo llamó, pero yo aún seguía avergonzada por lo que sucedió hace unos instantes con mis hermanos.

-Sabes muy bien que así son las cosas y eso lo dijo papá, no nosotros. -repuso Tomás.

-sí, pero no tienen por qué decírselo a todo chico que venga a la casa. -me descubrí el rostro y los fulminé con la mirada.

-eso los espanta y los aleja de ti. -Rubén se encogió de hombros.

-Eso ni siquiera es necesario. Lucy es espanta chicos profesional. -Tere río sentándose en donde antes estaba Derek quien se había levantado a agarrar más café. Concordaba en parte con mi mejor amiga, creo que perdí la cuenta de cuántos chicos he rechazado en mi vida. Bueno, tampoco han sido demasiados,pero todos los que se me han plantado frente a dar declaraciones o cosas así, siempre han terminado en el rechazo.

-sí, nosotros se lo enseñamos, pero igualmente tenemos que hacerlo si no papá nos mata. -dijo Tomás a su lado.

-sí, pero no saben cuántos miles de chicos andan tras ella y ni por cerca pueden acercarse porque ya los batea. -rio y siguió comiendo su desayuno.

-¿cómo que miles de chicos? -Rubén se resaltó y la volteó a ver.

-bueno, no miles, pero sí algunos. -Mi mejor amiga se encogió de hombros.

-consideraré hacer el interrogatorio de todos los chicos del colegio. -dijo Tomás tomando un sorbo de su café.

-ni se te ocurra. -lo amenacé con la mirada. -Porqué si lo haces no dudaré en decirle a ya sabes quién. -apunté a Tere con la mirada. -Algo que no quiere saber sobre ti. -terminé de decirle entre dientes.

-como si supieras algo. -rodó los ojos.

-bueno, yo sé que cuando tenías trece, hiciste un álbum de fotos sobre alguien. -este abrió los ojos como platos. -y ese alguien es... -Rápidamente él corrió a taparme la boca con una mano.

-ni se te ocurra decirlo. -me advirtió. Yo solo reí y retiré su mano de mis labios.

-y a ti ni se te ocurra hacer lo que pensabas hacer. -lo fulminé con la mirada.

-Yo quiero saber de quién era el álbum. -Tere habló insistente. Tomás volvió a abrir los ojos y sus mejillas se sonrojaron levemente. Si Tere supiera que ese álbum era de ella con fotos que él mismo le tomó y que aún lo guarda, se moriría de vergüenza. Creo que es una de las mayores locuras que mi hermano ha hecho por su enamoramiento.

El resto del día pasó lento y normal. Solo peleas con los chicos y pasármela encerrada en mi habitación con Tere hasta que se tuvo que ir a casa. Me fui a dormir muy temprano ya que todo el día me la había pasado cansada y quería estar con energía mañana en la mañana. A diferencia de la semana pasada que no dormí nada y me desperté de mal humor, esta vez me desperté menos cansada y menos molesta. Por esa razón dejarme dormir mis ocho horas diarias era muy recomendable.

-Buenos días. -dije entrando a la cocina. Derek estaba cocinando y eso era muy extraño. Él no cocinaba tan mal, pero rara vez lo hacía, es bastante bueno, sin embargo no iguala a Rubén en ello.

-ah, buenos días, Lucy. -me saludó mientras sacaba pan de la alacena.

-¿por qué estás cocinando? -dije y me senté en la isla.

-Rubén se levantó tarde, yo tenía hambre y no quería esperar a que bajara, entonces me levanté. ¿Quieres un sándwich? -me preguntó después de sacar el pan de la tostadora. Me encogí de hombros y asentí. Este me sirvió un sándwich que no sabía nada mal.

-tengo hambre ¿qué hay de comer? -preguntó Tomás entrando en la cocina.

-Hay sándwiches. -respondió Derek mientras mordía el pan.

-¡Lucy! -escuché la voz de Dylan mientras corría dentro de la cocina. Lo volteé a ver confundida cuando éste se acercó a abrazarme de la nada. Esto no es normal.

-y ¿tú qué? -reí y lo abracé de vuelta.

-Es que soñé que alguien te secuestraba y no te volvía a ver. -dijo y volví a reír.

-pues nadie me ha secuestrado y me seguirás viendo por el resto de tu vida. -le dije y éste me abrazó más. Era muy tierno de su parte. De los gemelos, creo que es el más sensible, aunque no lo parezca.

-te quiero, Lucy. -dijo y el corazón se me encogió. Era tan adorable.

-Yo a ti hermanito. -sonreí y besé su cabeza.

-eso aunque a veces seas insoportable. -esta vez golpee el área besada anteriormente. Él soltó una risa y se sobó la cabeza.

-Esta escena me hace sentir mal. -escuché a Derek decir desde la puerta de la cocina.

-Ya somos dos. -escuché a Tomás esta vez. Reí y solté a mi hermanito para luego terminar mi sándwich. En eso Dany finalmente apareció junto a Rubén, los únicos que faltaban para ya podernos ir de aquí. Ya casi se estaba haciendo hora y no quería llegar tarde.

-¿Por qué a mí nunca me has dicho algo así? -me preguntó Alex.

-Porque eres un chango más del zoológico. -dije viendo a Rubén.

Aún seguía molesta con él. Ayer no cruzamos palabra alguna, ni quería hacerlo. El sábado se portó como un idiota y no era algo de lo que me fuera a olvidar tan fácilmente. También estaba algo enojada con Tomás, pero él no me habló mal y ayer estuvo todo el día con resaca, así que eso lo recompensaba.

-Mejor apúrense. Ya es tarde. -les dije y tomé mi mochila para irme hacia el auto. Si no fuera porque tenía que esperar a mis hermanos; me iría caminando sola y llegaría más temprano ya que solo son quince o veinte minutos a pie de aquí al colegio. Esperarlos solo lograba estresarme.

 

***
 


-¿Qué tal tu fin de semana ladrona de camisas? -escuché la voz de Nicolás a mi lado mientras yo dibujaba una flor en mi cuaderno. Tere había tenido que ir a la oficina del director a hablar de no sé qué y me había dejado sola. Así que me adelanté y ahora me encontraba con Nicolás al lado.

-Tú cállate. -lo volteé a ver y lo fulminé con la mirada.

-linda flor. -dijo viendo mi cuaderno. Para mí parecía una flor aplastada por un pie y luego por un camión que llevaba bloques de cemento. -¿se suponía que era una rosa?




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