Alex
Suspiré rendido al enviarle otro mensaje a Olive al que no respondió. Llevaba enojado conmigo desde la fiesta de mi hermano. Aunque más bien debería ser yo el molesto porque le había dicho que no fuera y aun así lo hizo. No sé qué tenía en la cabeza en ese momento que decidió ir. Quise matarlo en cuanto lo vi, pero no era capaz de hacerle algo así a mi mejor amigo.
Todavía no comprende que no es el momento para que conozca a mi familia. Ya se lo he repetido pero es necio y no entiende.
Me deprimía el hecho de que me estuviera ignorando. Solo quiero disculparme por cómo lo traté. Fui demasiado agresivo, lo sé, pero en ese momento no podía pensar con claridad, me dejé llevar por mi enojo. Decidí irlo a visitar, tal vez así se atrevería a hablarme porque ya había pasado casi una semana y ni señales de él y eso me preocupaba un poco.
Me levanté de mi cama y tomé una chaqueta para dirigirme a la salida de la casa. Aún era algo temprano y no pensaba estar ahí mucho tiempo. Solamente quería hablar con él y dejar todo bien. No me gustaba estar peleados.
Salí de casa con prisa para que nadie notara mi presencia y me dirigí a su casa casi corriendo. Llegué después de unos minutos y crucé la verja. Curty me recibió moviendo la colita con alegría. Le sonreí y le acaricié la cabeza ligeramente. Toqué el timbre rápidamente. Casi al instante, su mamá me recibió con una sonrisa como siempre. Me gustaba mucho su actitud positiva todo el tiempo. Quise quedarme a hablar un rato, pero simplemente la saludé con rapidez y me dirigí a la habitación de Olive tratando de calmarme un poco. Estaba algo desesperado por verlo.
Toqué la puerta y esperé unos segundos antes de que abriera.
-¿Qué haces aquí? -me preguntó con cierto tono molesto. Sonreí con cierta incomodidad, pero con sinceridad para intentar transmitirle calma.
-Solo quiero hablar contigo... sobre lo que pasó el sábado. -dije calmado. Él suspiró y me dejó pasar de inmediato. Me sorprendí cuando lo hizo. Había pensado que me iba a rechazar y a cerrarme la puerta en la cara, pero hizo todo lo contrario y eso me aliviaba un montón. Al parecer no estaba tan molesto como creía.
Entré con rapidez y me senté en la orilla de la cama. Él se acercó y se sentó a mi lado mientras guardaba la distancia conmigo. Me acerqué un poco más a él y traté de analizar y pensar bien lo que iba a decir antes que saliera de mi boca, no quería arruinar más el asunto de estar peleados.
-En primer lugar, me disculpo por mi actitud, no fue nada prudente.
-Solo dime tan solo una razón por la que no deba conocer a tu familia y te perdonaré. -dijo y mi mente dio un par de vueltas pensando en qué decirle exactamente.
-No lo sé...
-Lo más seguro es que te avergüenzas de mí. -me interrumpió. Noté la tristeza en su voz y eso me partió el alma. Olive es un chico muy sensible y odiaba verlo en otro estado que no era el feliz.
-¡Claro que no es eso! -exclamé de inmediato.
-¡Entonces dime! ¡Dime porque evitas que los conozca! ¿Qué tiene de malo que lo haga? -me gritó en la cara mientras se levantaba de mi lado. Tenía los puños apretados a sus costados y sus ojos se encontraban cristalizados detrás de sus lentes.
-Olive... solo... solo déjame hablar y pensar bien las cosas. -traté de calmarlo. Me levanté de la cama y me acerqué a él. No pude hacerlo mucho ya que evitaba que lo tocase tomando mis muñecas con fuerza.
-¡Estoy harto de tu maldito misterio! ¡Decídete u olvida existencia! -me gritó soltando mis manos para luego dirigirse a la puerta. -Vete y no regreses hasta que tomes una decisión. Tampoco quiero que me llames o me mandes mensajes hasta que aclares tus ideas. -dijo indicándome la salida.
-No me iré, Olive. No hasta que arreglemos las cosas. -dije firme tratando de cerrar la puerta que anteriormente él había abierto.
-No hay nada que arreglar, solo quiero que tomes tu espacio y no te acerques a mí hasta que tengas en claro tu cabeza.
-Ya te dije que no me iré. -repetí de nuevo. -Solo quiero que no estemos peleados de esta manera, eres mi mejor amigo y no me gusta esta situación. -aclaré calmadamente. Quería relajar la gran tensión que había dentro de la habitación, pero él no parecía querer ceder ya que sus ojos delataban como se sentía por dentro; completamente furioso.
-no seguiré siendo tu amigo si me sigues ocultando cosas ¿acaso no me tienes confianza?
-claro que te tengo confianza. Me conoces más que a nadie, te cuento todo.
-¿entonces por qué tanto misterio con este asunto?
-yo... no sé. -bajé la mirada pensativo. Tenía que analizar esa pregunta: ¿por qué no quería que Olive conociera a mis hermanos? Necesitaba respuestas.
-mira, sigues con tu maldito misterio. -levantó las manos exasperadamente. -Mejor vete, es la última vez que te lo digo y ni siquiera pienses en volver hasta que te decidas. -volvió a indicarme la salida. Esta vez no repliqué y salí del lugar sin más. No quería empeorar el asunto.
Él tenía razón. Necesitaba tomarme mi espacio y un tiempo para organizar mi cabeza. Sentía que tenía la mente llena de nudos que debía desenredar para conseguir respuestas. Eso me estresaba. Nunca me había sentido de esta manera, ni siquiera cuando tenía exámenes me estresa así. Aunque también sentía algo en el pecho... algo extraño que tampoco sabía el causante. Solo se me venía a la cabeza que me daría un infarto o una crisis nerviosa, pero este no era el caso.
Me despedí amablemente de su mamá y salí de su casa para ir a dar un par de vueltas sin rumbo para pensar tranquilamente. Más o menos unas dos horas volví a casa con la mente más tranquila, pero sin respuestas aún.
-Alex, ¿Dónde estabas? -escuché la voz de uno de mis hermanos mayores en la sala. No me molesté en voltearlo a ver. Simplemente entré a la casa y me acomodé en el sillón boca abajo.
-em... ¿A ti qué te pasó?
-Déjame en paz, Derek. -gruñí con uno de los cojines en la cara.