Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

37. Preguntas y respuestas

Lucy

Esperé a mamá un largo rato. Al parecer tenía mucho que hablar con papá esta noche. No me molesté en esperarla después de pasada una hora ya que sabía que no regresaría. Lo que hice fue jugar con Chispa durante un largo rato hasta que se durmió en su camita. Papá no permitía que durmiera en mi cama entonces le compró una camita que colocó en mi habitación. Me había costado mucho tiempo hacer que se durmiera ahí y no en mi cama, pero después de mucho esfuerzo, logré que me hiciera caso.

Comencé a desvestirme para colocarme mi pijama. Mi celular comenzó a sonar. Lo tomé y vi el nombre: Nico el odioso otra vez. Fruncí el ceño e igual contesté.

-¿Qué pasó ahora? -contesté.

-quería preguntarte si mañana estás libre... no creo poder encontrar un regalo yo solo. Gisele se ofreció a ayudarme, pero creo que sería mejor llevarte a ti, tú eres la experta.

-Bueno, pero tiene que ser temprano porque tengo mucho que hacer en casa antes de arreglarme para ir a la fiesta ¿ok?

-sí, muchas gracias, ladrona de camisas. -dijo y rio.

-Mejor cállate o no iré. -le advertí haciéndolo reír de nuevo. -No sé qué te parece tan gracioso.

-no, nada, es solo que así te tengo guardada en mis contactos. -confesó y no pude evitar sentirme indignada.

-Eres un... -traté de decir, pero me interrumpió inmediatamente.

-Mejor descansa ladronzuela. -rió y colgó.

Ese maldito me las iba a pagar.

 

***

 

-Mamá, papá, voy a salir. -les grité cuando iba bajando las escaleras. Sabía que ambos estaban en la sala, así que esperaba que me hubiesen escuchado.

-¿dónde vas, señorita? -escuché la voz de papá un tanto seria. Ya iba a comenzar con su sobreprotección de nuevo.

-ay, Demian, deja a la niña, irá de compras nada más. -dijo mamá golpeándole el hombro suavemente. Tenía suerte de tener una madre como la que tenía.

Ella, después de Tere, era mi mayor confidente, siempre pasábamos tiempo juntas y me defendía de los celos de mi papá y de mis hermanos. Entre mis hermanos no se notaba la preferencia de ella, pero yo consideraba que yo era esa favorita en general. Ser una mujer entre hombres era mejor de lo que se piensa (a veces). Recibo más atención de la que debería por parte de ambos cuando están aquí, me miman mucho, principalmente mi papá. A veces es molesto, pero otras veces es de lo mejor.

-¿con Tere? -alzó una ceja. -¿no crees que ella está muy ocupada hoy para salir de compras? -preguntó papá.

-sí, pero no iré con ella. Iré con Nicolás para ayudarle a comprar un regalo para Tere. -le dije con intenciones de salir de una vez por todas. Él ya me estaba esperando afuera y ya me había tardado mucho.

Noté como papá hizo el intento de levantarse más no lo dejó mamá.

-ve hija antes de que tu padre se vuelva loco. -reí por eso porque me podía imaginar la cara de papá, yo estaba de espaldas así que no la pude apreciar. Salí corriendo hasta un auto con la descripción que Nicolás me dijo por mensaje.

Al acercarme, vi que bajó el vidrió dejándome verlo sentado en el lado del conductor con unos lentes de sol puestos.

-¿nos vamos? -preguntó.

-Sí y entre antes mejor, no creo que mamá vaya a retener mucho a papá allá adentro. -Rodé los ojos y abrí la puerta; entré y me coloqué el cinturón de seguridad, pero cuando lo iba a abrochar, recibí una rociada de agua en la cara. -¡deja de hacer eso! -chillé molesta.

-lo siento, tengo qué si quiero que dejes de hacer eso. -se encogió de hombros y guardó el rociador en un compartimiento bajo la puerta.

-eres un...

-Hola, Lucy. -escuché la voz de Gisele en la parte de atrás. No la había notado cuando entré.

-Gisele, no te había visto. -reí nerviosamente. Casi insulto de pies a cabeza a Nicolás en frente de su hermana.

-lo sé, estabas muy entretenida queriendo matar a Nico. -rió mientras yo me secaba la cara. Por lo menos no llevaba maquillaje, aun.

-sí, a veces suele ser odioso.

-oye, no solo yo te rocío la cara con agua. -dijo mientras arrancaba el auto.

-eso no es lo único que te hace ser odioso.

 

***

 

Llegamos al centro comercial, Gisele iba de mi mano y la de Nicolás mientras brincaba alegremente. Era una niña muy inocente y tierna, solo esperaba que siguiera siendo así. La pubertad pronto le llegaría y esperaba que no sufriera tanto. La adolescencia no es para nada fácil.

-¿Qué crees que deberíamos comprar? -me preguntó Nicolás observando las tiendas.

-Sé a dónde ir. -sonreí y los dirigí a la tienda favorita de Tere. Ella siempre compraba cosas aquí, así que supuse que sería una buena idea venir acá.

Entramos al lugar y comencé a llevar a Nicolás por los pasillos del lugar mostrándole cosas que a Tere le encantaría, noté su rostro abrumado. Incluso podía descifrar lo que pasaba por su mente: "las mujeres son demasiado complicadas."

-a ver, Gisele ¿Qué te parece esta camisa? -dije mostrándole una camiseta blanca con perlas y con pliegues en las mangas.

-Me gusta más la verde, pero no sé si la verde menta o la verde olivo. -dijo pensativa viendo las camisas.

-No sé, a mí me gusta la menta, pero siento que a Tere le gustaría más el olivo.

-¿Por qué no se deciden de una vez? -preguntó Nicolás exasperado.

-espera un minuto. -se quejó Gisele para luego ver el estante de ropa. Seguí buscando también hasta encontrar la camisa perfecta. Gisele también la observó y nos sonreímos mutuamente.

-¿listo? ¿Ya nos podemos ir de una vez? -se volvió a quejar.

-déjame me la mido, si me queda a mí, le queda a Tere. -dije y la tomé para llevármela al vestidor.

-¿puedo probarme ropa, Nico? Quiero ropa nueva y papá me dio dinero. -escuché que dijo Gisele. Seguidamente Nicolás suspiró y aceptó. Por mientras me medí la camisa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.