Tere
Ya era lunes. Hoy llegaba Chase al colegio y me encontraba muy emocionada. No lo veía hace muchísimo ni había sabido nada de él además de lo que me contaba mamá. Ella y la madre de Chase se volvieron muy amigas cuando él llegó a mi escuela y nos empezamos a llevar bien de niños y mantuvieron comunicación durante estos años.
Lucy se notaba nerviosa, las manos le sudaban así que se las secaba con regularidad, no veía en ningún punto fijo, sino a todas partes y no podía parar de moverse de un lado a otro. Ya había intentado calmarla, pero no lo había logrado, simplemente se sentía así por alguna razón aparente.
-¿puedes dejar de moverte tanto? Me estresa. -le pedí mientras me miraba en el pequeño espejo el cual sostenía en mi mano. Hoy me desperté algo tarde y mi coleta alta no había quedado bien, así que estaba haciendo lo mejor para arreglarla.
-perdona, es que siento que vomitaré en cualquier momento. -comentó observándome. Terminé con mi cabello y la observé también. Tomé sus manos tratando de que dejara de jugar con sus uñas.
-estás muy ansiosa ¿te encuentras bien? -le pregunté preocupada. Llevaba rato así y no me había notificado de nada anormal en su vida.
-no, estoy algo nerviosa por lo de Chase.
-¿Por qué? Es solo... Chase.
-es... complicado ¿sí? No sabría explicártelo. -comentó y la fulminé con la mirada. Finalmente solté sus manos y la dejé en paz un rato. Pronto se le pasaría.
El timbre estaba por sonar y él no aparecía. Ya me estaba estresando y más por Lucy porque aun así no se dejaba de mover. Tenía muchas ganas de pegarle un golpe para que se le pasaran esos nervios, pero yo no era una persona violenta.
Nicolás apareció por los pasillos, iba caminando al lado de Tomás y Alex. Si se lo preguntaban, Lucy se había quedado en mi casa la noche anterior, por eso habían venido por separado con sus hermanos. Yo seguía molesta con Tomás y los demás hermanos mayores de Lucy, así que cuando Tomás me sonrió, no le devolví el gesto y solo aparté la mirada mientras me cruzaba de brazos. Ellos no tenían el derecho de insultar a quien todavía considero mi mejor amigo. Tampoco me daban explicaciones de porqué habían dicho esas cosas de él, sus respuestas eran solo advertencias como: "sola te darás cuenta y nos entenderás".
Alex se retiró después de un breve saludo, Nicolás se acercó a mi mejor amiga para entregarle unas hojas que parecían de alguna clase mientras que Tomás se acercó a mí.
-¿sigues enojada? -me preguntó.
-¿qué no está claro? -arqueé una ceja.
Suspiró y vi tras su hombro hacia la entrada del edificio. Inmediatamente reconocí a la mamá de Chase y justo detrás, él se acercaba. Me sorprendió el cambio físico que había tenido en tan solo un par de años... podría aceptar que se había vuelto todo un galán.
Claramente había crecido... demasiado diría yo, posiblemente me pasaba por dos cabezas más o menos, su cabello esta largo como él siempre acostumbró a usar, sus facciones faciales se habían marcado bastante, venía sonriendo mientras hablaba con su madre y la ausencia de frenillos fue lo que más noté. Su sonrisa ahora se veía intacta. Ansiaba escuchar su voz y burlarme, recordaba perfectamente su voz infantil y ahora por razones obvias, no era la misma. Esperaba sorprenderme al escucharlo hablar. Así fue cuando corrí a abrazarlo y me saludó dejando a Tomás solo junto a su hermana y Nicolás.
-¿Tere? Por Dios, no puedo creer que eres tú. -dijo con su ronca voz. Aun recordaba su voz de preadolescente y compararla con la actual era muy gracioso.
-ni yo, has cambiado mucho. -reí soltándolo. -Lucy se sorprenderá tam... bien... ¡Lucy! ¿A dónde vas? -le grite mientras la veía irse jalando a Nicolás con ella.
-¿Esa era Lucy? -preguntó Chase mientras yo observaba por dónde se había ido. Me crucé de brazos sin entender nada.
-sí, seguramente debía hacer algo. No habría escapado si fuera otra cosa. Luego la buscamos. -dije y enganché su brazo con el mío. -Hoy seré tu guía, señora Griffin ¿puedo llevármelo?
-Claro, Tere, pero primero debemos pasar por la oficina del director, luego puedes llevarlo a recorrer el lugar. -le sonreí y asentí.
Lucy
-aquí está la nota del profesor sobre lo de mate. Ayer me lo envió y decidí imprimirlo, dijo que hay que corregir algunos ejercicios, son estos. -me dijo Nicolás entregándome un par de hojas.
-que rápido revisó todo. -dije ojeando las páginas. Algunos ejercicios los había hecho yo, otros eran de Érica y Carlos. Pero ninguno de Nicolás. No me sorprendió, pero sí me molestó en cierta manera. Él no debía hacer nada más.
Levanté la mirada de los papeles para ver a Tere, mi hermano estaba frente a ella, pero su mirada no estaba en él, sino hacia la entrada del local. Dirigí mi vista hacia allá también y sentí mi corazón detenerse. Era Chase... bueno un Chase de facciones más maduras, pero con los mismos ojos, el mismo cabello y misma sonrisa. Mi corazón se aceleró después de mi paro cardiaco imaginario. No estaba lista para lidiar con él, no, simplemente no podía ni verlo... no por el momento.
Hice lo que por intuición uno hace cuando no quiere ver a alguien. Hacer como que no estaba aquí y escapar antes de que me viera, solo que también llevé a Nicolás jalado del brazo. Él se sorprendió con mi gesto, pero se dejó llevar por mi agarre. Cuando finalmente estábamos lo suficientemente lejos de él, me detuve completamente aliviada y tomé asiento en el primer banco que vi.
-¿Qué te pasó? -me preguntó.
-Huyo. -dije sin observarlo. No solía hacer esto normalmente, siempre enfrentaba mis problemas de frente, pero esto era diferente.
-¿de quién?
-viste al rubio que iba entrando al colegio. -levanté mi mirada.
-No creo... me jalaste de la nada. -dijo y metió las manos en su chaqueta escolar de básquet.