Lucy
Tere se fue y yo aún necesitaba la evidencia. Nicolás no había enviado nada todavía, así que decidí llamarle. Podía parecer desesperada y sí, lo estaba y mucho, no me importaba que se notase.
Por suerte, él contestó bastante rápido.
-ladrona de camisetas ¿por qué me honras con esta llamada? -dijo con un tono de voz demasiado sarcástico para mi gusto. Me abstuve de rodar los ojos y me recosté en la cama.
-¿Ya conseguiste lo necesario? Ya advertí a Tere pero no le expliqué todo y sigue molesta por eso.
-tranquila, justamente acaban de enviarme otro par de cosas. Además mi mejor amiga me dijo que está dispuesta a conseguir testimonios de chicas que se han involucrado con Chase. -dijo y escuché claramente cómo tecleaba en su computadora algo.
-¿en serio? -abrí los ojos con impresión para luego recostarme contra el respaldo de la cama.
-sí, dice que será pan comido para ella. Siempre ha querido ser detective y dice que es un buen comienzo desenmascarar un par de cosas extra de ese chico.
-wow... siento que eso será de muchísima ayuda. Pero a ver, ¿qué te acaban de enviar? -pregunté interesada en saber qué era lo que seguía tecleando.
-déjame te muestro. -inmediatamente apareció en mi celular "Nico el odioso quiere cambiar a videollamada". Apreté aceptar y vi su cara. Me pareció muy gracioso verlo con un gorrito de lana y con gafas. Parecía todo un cerebrito. No pude ver mucho tiempo su cara porque cambió a cámara frontal y apuntó hacia su computadora.
Vi que tenía unos chats abiertos con varias fotos. Abrió la primera y vio a Chase en un jacuzzi con una chica semidesnuda rubia sobre él. La foto llevaba la fecha de un año atrás. La segunda foto también tenía fecha, era solo dos días después con una chica diferente sentada a horcajadas sobre él besándole el cuello. La tercera era también dos días después de la segunda y esta vez era una... niña. O bueno, parecía tener al menos unos 14 años y no solo por su estatura, sino también su rostro y su cuerpo aún en pleno desarrollo. Había muchísimas fotos con más niñas, en realidad la mayoría eran así y en todas sin excepción, las estaba tocando o besando. Y todas tenían fechas muy cercanas.
-¿crees que esto sirva para convencer a Tere? -le pregunté cuando terminamos de ver las variadas fotos. Él cambió nuevamente la cámara y apuntó a su rostro.
-No lo sé... pero si te soy sincero, no creo que lo que ya he conseguido sirva. Puesto que no parece estar haciendo nada demasiado grave. Solamente un chico mujeriego. -suspiró y retiró sus gafas para frotarse el rostro con una mano.
-lo sé, pensé lo mismo. Aunque si te das cuenta parecían haber varias chicas un tanto pequeñas...
-Vi lo mismo, pero no sabemos qué pasó previo a esas fotos. Tal vez solo fue un besuqueo. Ya sabes cómo son las chicas a los 13, 14 años, muchas veces les gusta experimentar con mayores... Aunque Chase tampoco las supera por mucho, tendrá 16.
-Oye, no todas somos así. -Lo miré mal. -Y sí, es unos meses menor que yo.
-No te lo tomes muy a pecho, solo decía que hay algunas que son así y más cuando se vive en Londres y tus padres tienen el suficiente dinero para pagarte una escuela exclusivamente para mujeres. Es eso o se vuelven lesbianas.
-¿de qué hablas? -fruncí el ceño.
-en algunas fotos las chicas tienen el uniforme y pues por lo que sé es una de las escuelas femeninas más exclusivas en Londres y muchas posiblemente llevan ahí toda su vida, entonces cuando ya tiene compañía masculina... son otras. -dijo y apretó los labios.
-Pero... quién sabe. Necesitamos algo más en concreto... no lo sé, algún video o algo parecido. Sino, todo esto será inútil.
-veré si encuentran alguno... -dijo y acomodó su celular en la mesa para que pudiera seguir viéndolo.
Aprovechando que él estaba concentrado en la computadora, vi la panorámica. En el fondo se veía una cama con sábanas verdes al igual que sus paredes. No pude llegar a apreciar bien algo que estaba pegado en su pared. Su cabeza lo tapaba, pero podía ver que había algo ahí. Félix estaba acurrucado en la cama justo sobre su almohada y eso me pareció bastante tierno. Después de ver un poco más su fondo, volví a verlo a la cara y noté el desconcierto que tenía. Parecía hasta estar algo pálido.
-Lucy... debo irme. Hablamos mañana. -dijo algo alterado. Traté de preguntarle qué pasaba, pero me colgó de inmediato. Quise llamarlo de nuevo, pero seguramente no me contestaría, así que pasé de eso y comencé con mis tareas. Tanto ajetreo hoy me había hecho olvidar de mis responsabilidades.
***
Tocaron mi puerta, yo aún seguía con mis tareas, eran casi las 11pm; hora en la que normalmente ya estaría durmiendo. Pero tenía que terminar para mañana todo esto. Esto me pasaba por estar en otras cosas. Necesitaba esas buenas notas finales para irme a Nueva York.
-hija ¿sigues despierta? -escuché la voz de papá.
-sí, ¿qué pasa? -le pregunté cerrando mi libro.
-deberías estar durmiendo. -dijo y trató de abrir la puerta, pero recordé que la tenía con seguro. Casi la mayor parte del tiempo cerraba con seguro porque si no cualquiera de mis idiotas hermanos podría entrar en algún momento inoportuno y sorprenderme. Me sentía insegura cuando la puerta estaba abierta. Cuando mi llavín se arruinó fue un infierno el asunto, pero es una historia completamente aparte. Solo les contaré que más de alguna vez me encontraron semidesnuda, y otra vez, Tomás comenzó a jugar con la luz y terminó quemandola.
Con pereza me levanté de la cama y fui a abrirle a papá antes de que se pusiera ansioso.
-Perdona, papá, estoy terminando unos trabajos.
-¿Por qué no los hiciste más temprano? No me gusta que te desveles. -dijo en forma de regaño pero con un tono de voz suave. Más como si fuera preocupación nada más. Él nunca me levantaba la voz, ni siquiera para regañarme y agradecía eso. Aunque, tampoco es que me regañara seguido, posiblemente yo soy la que menos se mete en problemas de los 7.