Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

54. NYU

Lucy

-¿pero qué...? -dijo Nicolás observando la escena. Se veía todo mal. Yo en toalla, Chase llorando con furia observando fijamente como si en cualquier momento fuera a lanzarse encima de mí y hacer quién sabe qué. Noté que Nicolás estaba tratando de reprimir sus instintos de quererse lanzar sobre Chase, pero él era más razonable y seguramente quería saber qué estaba pasando antes de atacar.

Durante tal vez un minuto todo estuvo en silencio mientras nos mirábamos entre nosotros. Bueno, casi solo Tere y yo compartimos miradas, Nicolás solo veía fijamente a Chase y Chase a mí. Después de ese tiempo, Chase salió disparado de las duchas sin decir nada más. Nadie hizo nada. Nadie dijo nada. Solo lo vimos, noté la intención de Nicolás de detenerlo, pero al parecer se arrepintió en el mismo segundo y luego me vio. Yo me ajusté nuevamente la toalla, incómoda. Tere le dio una mirada y luego se acercó a mí.

-¿estás bien? -asentí. -¿intentó hacer algo?

-no... Bueno no exactamente. Me tomó por sorpresa e hice lo que por instinto hago y logré desorientarlo un momento... aunque solo quería hablar. -aclaré antes que se alteraran. Tere parecía más calmada que Nicolás en esto.

-¿hablar sobre qué? -preguntó él.

-yo... no quiero hablar sobre eso. -dije y lo observé. -Más bien quisiera saber cómo sabían que estaba aquí.

-bueno, cuando salí de las duchas me encontré con Tere y me preguntó si ya habías salido de los vestidores. -comenzó a decir Nicolás. -le dije que no y preguntamos a las demás chicas, nos dijeron que no y que alguien había visto a Chase rondando por aquí.

-creímos que había venido a intentar hacerte algo... ya sabes... -terminó de hablar Tere bastante angustiada.

-pues no, no me hizo nada. -les aseguré observándolos.

-Aún así es un pervertido. ¿Cómo se le ocurre venir a buscarte a las duchas? -dijo y noté como apretaba sus puños a sus costados y los volvía a abrir tratando de liberar estrés.

-No lo sé. Según él le urgía hablar conmigo. -me encogí de hombros y apreté los labios. Nicolás murmuró algo que no pude entender, hubiese entendido si aunque sea hubiese sido en inglés o español porque tampoco es que lo dijo demasiado bajo, ni tampoco estábamos muy lejos. Pero no, había sido en quién sabe qué idioma.

-es mejor que vayas a vestirte. -sugiere Tere y yo asiento de inmediato.

Nicolás se apartó de la puerta y me dejó pasar hacia la siguiente puerta que estaba a unos pocos metros que daba a los vestidores. Tan rápido como pude, llegué a mi taquilla, saqué mi ropa limpia y me vestí. Pantalón, camiseta, tenis. Lo más práctico y rápido. Solté mi cabello y lo desenrede. Saqué todo y salí nuevamente de los vestidores. Nicolás estaba reclinado sobre la pared junto a la puerta, de brazos cruzados. Tere estaba del otro lado en cuclillas contra la pared. En cuanto salí, se dieron cuenta de mi presencia y me miraron. Me sentía bastante extraña, parecía que me hubiese pasado algo terrible y ellos se sintieran culpables por no poderme salvar a tiempo. Cuando no había ocurrido absolutamente nada de nada.

Tere se puso de pie.

-no le diremos nada a ninguno de tus hermanos porque se volverán locos, pero sí tendrás que tener más cuidado. No debes estar sola con ese tipo rondando por los pasillos. -me dijo bastante seria. Casi nunca se ponía de ese modo a menos que de verdad estuviera preocupada o debía tocar un tema de suma importancia. Éste era uno de esos casos.

-no sabemos qué querrá hacer ahora que sabe que se enteraron de sus cosas. -habló Nicolás a mis espaldas.

-Sé cuidarme sola y no se preocupen por eso. Ya veremos qué hacer luego con él. -repliqué cruzándome nuevamente de brazos.

 

***

 

Las prácticas de básquet y de porristas estaban pasando bastante rápido. Me había quedado esperando a Tomás junto a Alex en la gradería. También esperaba a Tere. Quería hablar con ella acerca de su falta de ánimos durante los últimos dos días. Es muy raro en ella esa actitud, aunque cabía la posibilidad de que era por estar en sus días... Bueno, yo creo que ya se le había pasado. Le vino el domingo, hoy era jueves... le duraba alrededor de cuatro días... no, ya se le había pasado definitivamente así que tenía que ser algo más. Pensar en eso me hacía recordar que ya me debería haber bajado... me preocuparía si no supiera que soy la próxima Virgen María.

-deja de verlo así, lo distraes. -escuché a Alex. Su voz sonaba súper mal. Por mí no debía haber venido. Podría contagiar a cualquiera de la gripe que cachó quién sabe dónde. Mamá le dijo que faltara hasta el lunes, pero él detestaba perder clases. Preferiría infectar a medio salón a perderse más de dos días de clase. No es que esté mal, pero aun así, yo daría lo que fuera por faltar aunque sea un día. Eso me bastaría.

-¿ver a quién? -fruncí el ceño.

Rodó los ojos.

-Nicolás. Llevas viéndolo desde que comenzaron las prácticas.

-¿Qué? No. Claro que no. Estaba pensando. -bufé y me acomodé en mi asiento.

-bueno, tal vez si te quedaste un rato viendo a la nada, pero al principio sí que has estado atenta a él. -dijo y sacó un pañuelo de su bolsillo para limpiarse la nariz.

-Es porque casi siempre tiene la pelota. -señalé hacia la cancha obvia. -Las personas ven la pelota.

-bueno, en ese caso sí, pero he visto que te devuelve algunas miradas, como si sintiera que lo estás viendo fijamente y eso lo está distrayendo. No está dándolo todo hoy por esa razón. -dijo y rodé los ojos.

-oye, esa ya no es mi culpa.

-¿el qué te esté viendo o que esté distraído?

-ambos. Yo solo estoy viendo el partido y pensando. -lo fulminé con la mirada.

-no se traen nada entre ustedes ¿verdad? -arqueó una ceja.

-¿por qué todos insinúan lo mismo? Él y yo no somos nada de nada, pero si no fuera así no sería de su incumbencia. -crucé los brazos sobre mi pecho y lo vi fijamente.




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