Lucy
Tomás dio un paso adelante con inseguridad y al no moverme, se acercó a ella. No lo podía creer... algo explotó en mi cabeza, me alteré como nunca jamás pensé que pasaría. Derek y Rubén tuvieron que retener cada uno de un brazo porque si no lo hacían, no sabían de lo que podría ser capaz en este estado.
-¡MALDITO! ¡TE ADVERTÍ UNA Y MIL VECES QUE NO TE ACERCARAS A ELLA Y VE CÓMO ME LA DEJASTE! -grité como nunca.
Lo más probable era que los vecinos ya estuvieran enterados de todo por mis gritos. Sin embargo ya no me importaba nada, es como si mi alma hubiese abandonado mi cuerpo y un demonio lleno de furia era el que tenía el dominio de mí. Sentí el agarre de los chicos apretarse pero aquel dolor no lograba calmarme, yo seguía intentando zafarme de ellos para lanzarme sobre Tomás y estrangularlo hasta que se pusiera morado.
-¡No fue algo que planeamos! ¡Solo sucedió! -chilló la rubia soltándose del abrazo de mi hermano.
-¡¿CÓMO ES QUE TE ENTREGASTE ASÍ COMO ASÍ AL ÉL?! Tere, ¡tú no eres así! -grité casi quedándome sin voz. Ella dio un paso adelante dejando a mi hermano atrás y me observó.
-¡YA LO SÉ Y NO ME IMPORTA! ¡No había razón para no hacerlo! ¡Lo quiero y lo conozco de casi toda mi vida, cuando sucedió sabía al cien por ciento que sus intenciones conmigo eran realmente buenas y que no solo quería utilizarme! ¡Tomás siempre me demostró lo que sentía por mí al acercárseme! ¡Y ESO HASTA TÚ LO SABES! -hizo una breve pausa y apretó sus labios, quise decir algo pero, no tenía nada que argumentar al respecto, lo único que hice fue dejar de sacudirme lo cual logró que mis hermanos aflojaran un poco su agarre.
-Es que... ¡ni siquiera son algo!
-¡Las etiquetas no importan, Lucy! Yo... ¡YO AMO A TOMÁS Y SÉ QUE ÉL A MÍ! Siempre, algo muy en el fondo me decía que ese cariño que sentía por él era muchísimo más grande de lo que creía. Todo el tiempo lo supe y nunca me atreví a aceptarlo ¡Por ti! Sabía que si tan siquiera te mencionaba algo parecido te pondrías así y de todas maneras no me importó después porque desde la primera vez que lo besé, me di cuenta que quería estar con él pase lo que pase.
>>Me siento feliz a su lado y si tú no quieres aceptarlo, pues bien, nada va arruinar mi felicidad ya que sé que no me va a dejar sola y eso ya es hacer demasiado. -tomó un respiro y se limpió las lágrimas. -No quiero perderte tampoco, ni pienso cambiarte por él, eres indispensable para mi vida y en vez de pelear deberías apoyarme en esto. Estoy asustada, por Dios, tengo 17 y ya hay algo formándose en mi interior; necesito a mi mejor amiga. ¡TE NECESITO A TI TE AGRADE O NO!
-Tere yo...
-Sé que te costará aceptarlo, pero ve haciéndote la idea de que nosotros no pensamos separarnos solo por tus caprichos y menos ahora que vamos a tener un bebé. Ya lo hablamos y criaremos a nuestro hijo, juntos. -bajé la mirada sin saber qué decir o hacer. Jamás en la vida se me ocurrió que iba a estar en una situación como ésta.
Había demasiada información que procesar y quería dejar de gritar porque si no mi garganta se terminaría de desgarrar.
-No entiendo por qué no me dijiste nada... ni a mí ni a nadie... -dije casi en un susurro.
-Porque te alterarías así... aunque sí planeaba decírtelo ya que de alguna u otra manera lo sabrías y quería que lo escucharas de mi boca y no por terceros. -dijo ella y se acercó más a mí.
-¿Por qué esperar tanto tiempo y permitir que esto sucediera? -pregunté y sentí mis ojos picar.
-Esto no lo tenía en mis planes... es solo que estaba borracha... Ambos estábamos borrachos esa noche y simplemente nos dejamos llevar... Además, nunca encontré el momento indicado para hablarlo. -bajó la mirada y tomó mis manos. Derek y Rubén me soltaron finalmente, tenía un ligero ardor en mis antebrazos pero, no me importó porque yo solo miraba aquellos ojos grises que me veían fijamente.
-debiste decírmelo en cuanto lo del beso pasó... sí, me hubiese molestado mucho pero, al menos no me sentiría tan mal como me siento ahora, siento que es mi culpa que ahora cargues con semejante responsabilidad. -dije y bajé el rostro. Cerré mis ojos y algunas lágrimas cayeron de ellos. Tere me abrazó, sin embargo aún sentía un gran vacío por dentro.
-perdóname... fue mi culpa, no tuya, pero tú de igual forma debes calmarte, necesito apoyo aunque no estés de acuerdo. Este bebé va a nacer en su debido momento y no quiero que haya rencores entre nosotras. -dijo recostando su cabeza en mi hombro. Sentí algo mojarme la camisa, ella también estaba llorando.
-Solo... necesito tiempo ¿sí?
-Todo lo que necesites con tal de que las cosas mejoren. -asentí y me separé de ella. Observé a Tomás y solo le di una mirada fría, él la sintió y dio un paso atrás. Luego charlaré con él. Por los momentos necesito salir de la casa.
-¿A dónde vas? -preguntó Rubén mientras yo caminaba hasta la entrada.
-déjenla... necesita refrescar su mente. -habló Tomás y agradecí aquello.
-caminaré y volveré en la noche... no se preocupen por mí. -dije sin ver a nadie a la cara. Tomé aire y giré el pomo de la puerta para salir de la casa y dirigirme al único lugar en el que me apetecía estar ahora mismo.
Salí de la casa y caminé mientras el sol se ponía.
Estaba absorta en mi mundo pensando en lo que acababa de ocurrir. Seguía en shock, sin poder creer. Me sentía asustada, impactada y por encima de todo: traicionada y preocupada.
Por lo que dijo, estaban borrachos lo cual indica que fue en la fiesta de año nuevo. Seguramente cuando me fui con Nicolás a la playa. Sabía que sería un terrible error dejar a Tomás a cargo de llevar a mi mejor amiga. ¿En qué estaba pensando? soy una tonta, una completa tonta. No puedo creer que dejara que esto sucediera. Debí buscar a Chris directamente o a Rubén, yo que sé, pero no, dejé a Tomás borracho encargarse.