Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

78. Seis idiotas

Lucy

No sé qué es lo que Nicolás pretende. Desde ayer no hemos hablado ni siquiera por mensaje, eso es muy poco común por parte suya. Los pocos días que no hablábamos al menos me daba un motivo por el cual no podría estar con el teléfono. Esta vez, sólo desapareció la tarde de ayer y Tere dijo no saber nada al respecto por su desaparición. Sí, llegó de nuevo en la noche pero, no supo dónde fue solo sabía que estaba muy callado en casa también.

Decidí no tomarle mucha importancia por ahora ya que a veces el chico se pone en modo misterioso de la nada, me preocuparía más si no hubiese llegado a la casa, pero según mi mejor amiga está vivito y coleando así que estoy relajada.

Por otro lado, la tensión en casa es súper densa. Papá solicitó conversar con Tomás a solas y seguramente es acerca del bebé. No le había dirigido la palabra durante su estadía desde que se lo enunció aunque ésta fue por nada más de tres días porque le surgió una reunión importante a último minuto. Tuvieron que volar a Nueva York de inmediato. Esperamos dos largas semanas para su regreso. En cuánto llegó, ni siquiera me dejó abrazarlo cuando ya preguntó por mi hermano.

Le pregunté a mamá al respecto y me explicó que lo convenció de hablar con él seriamente. Según ella, cuándo no quiso tocar el tema, tuvo que tomar sus propias medidas y le empezó a ser indiferente diciéndole que no cambiaría de actitud hasta que discutieran el asunto. Era obvio que Papá no iba aguantar más de 48 horas con mi madre estando enojada así que pidió esa conversación unos días después de haber aterrizado en Nueva York. Al final acordaron que en cuanto regresara a casa él hablaría con Tomás.

Ya llevan alrededor de una hora en el patio charlando. Desde acá no se puede escuchar absolutamente nada porque estan bastante lejos de la puerta y no queremos ser tan metiches tampoco. Ese asunto es entre ambos y no tenemos porqué intervenir a menos que escucháramos gritos, insultos o lo que sea que altere el silencio afuera.

Parece que las cosas no van para mal ya que no se han levantado la voz y parecen estar hablando bastante civilizadamente. Alex y yo nos encontramos en su habitación esperando desde la ventana ya que ésta daba una vista hacia el patio a la perfección. Rubén espiaba en la cocina junto con Derek mientras que Mamá permanecía en el salón. Obviamente sólo vemos por precaución ya que si algo surgía tendremos que intervenir.

Mi teléfono vibró, me aparté de la ventana y lo tomé de la cama de Alex en donde lo había dejado con anterioridad cargando. Era un mensaje de Nicolás que preguntaba si yo me encontraba en casa, respondí con un "sí, ¿por qué?" Y me dejó en visto. Abrí la boca indignada, pero sólo rodé los ojos y volví a dejar el celular donde estaba. Justo en ese momento cuando regresé a ver, mi padre le sostenía el hombro a mi hermano mientras sonreía lo cual daba indicios que todo iba bien. Ambos regresaron adentro y nosotros los hermanos, tomamos a Tomás y lo llevamos a la habitación para interrogarlo.

-¿qué te dijo? ¿De qué hablaron? -fui la primera en hablar.

-Nada muy interesante, primero se disculpó por haber reaccionado tan explosivamente, dijo no querer que termináramos como el abuelo y él.

>>Que está molesto, pero no demasiado en realidad, lo que le causó actuar de aquella manera fueron los recuerdos de Adam. -comenzó a decir y tomó aire haciendo una breve pausa. -le dije que no había problema porque no fue su culpa lo que le pasó, así que me preguntó mis planes con Tere y demás detalles que la verdad no voy a repetir. Me dio muchos consejos y me dio un largo sermón acerca de paternidad, cosas un tanto aburridas pero, creo que me serán útiles. Luego de eso bromeó un rato y mencionó algo sobre Rubén que sinceramente no quería escuchar y acabamos la plática. -terminó de hablar encogiéndose de hombros.

-¿qué dijo de mí? -preguntó Rubén interrumpiendo.

-Acerca de tu etapa de bebé cuando solías tener problemas estomacales que bueno... tenías diarrea a cada rato...

-suficiente con eso. -espetó colocando las manos enfrente parando sus palabras. Todos reímos por aquello que es cierto, mamá dijo en varias ocasiones que Rubén fue algo delicado del estómago hasta que cumplió más o menos los dos años y les causó varios problemas.

-Entonces... ¿te va a apoyar o sólo se va a hacer el indiferente? -pregunté en cuanto las risas cesaron.

-no dijo nada de eso pero supongo que sí lo hará, no le queda más que hacer. Será abuelo, eso de alguna u otra manera le ha de emocionar.

-Yo estoy emocionada ¡seré tía! -chillé y pegué un brinquito. Derek dio un paso hacia mí y rodeó mis hombros con uno de sus brazos.

-corrección, seremos tíos. -dijo y me sacudió ligeramente. Con mi dedo índice y pulgar, tomé uno de sus dedos y con una mueca, como si estuviera agarrando un pañal sucio, lo aparté de mí.

-Yo creía que el primero en ser padre sería... no, sí creí que sería Tomás. -habló Alex recostándose en la pared. -aunque no pensé que sería tan pronto.

-¿por qué? -le pregunté y me reí.

-Rubén, un desafortunado en el amor y lo más probable es que se quede solo hasta los cuarenta. -señaló al mayor y éste lo fulminó con la mirada. -Derek... Creo que se casará primero, eso sí, pero no tendrá hijos antes de los veinticinco aproximadamente.

-completamente de acuerdo hermanito. -respondió el ruloso chasqueando la lengua.




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