Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

79. Tragando Orgullo

Lucy

-Hola de nuevo señoritas. -La voz de Nicolás se hizo presente a mis espaldas mientras que mi mejor amiga sacaba sus cosas del casillero. Me giré y lo vi sonriendo, una sonrisa que logró derretirme por dentro, pero lo disimulé. Éste rodeó mis hombros con su brazo e inconscientemente recosté mi cabeza en su hombro.

-¿emocionado por el baile? -le preguntó Tere observando fijamente a su hermanastro.

-sí, porque sé que llevaré a la chica más hermosa del colegio. -respondió y me dio un leve apretón.

-todavía no te he dado un sí definitivo, así que deja de hablar. -respondí golpeándole ligeramente el pecho.

-Sé que dirás que sí al final, falta una semana y las personas disponibles son muy pero muy pocas. -dijo y rodé los ojos divertida.

-yo lo único que espero es que me quede el vestido porque hay algo que, aunque no parezca, no deja de crecer. -dijo y disimuladamente apuntó a su vientre.

-Al menos pensaste en no dejarlo ajustado con la modista porque si no, tendríamos un problema. -le dije y asintió.

Ya casi es fin de año. El tiempo pasó volando en un chasquido. Tere dentro de poco cumple sus cinco meses de embarazo y apenas se le nota, lo cual supongo es normal en un primer embarazo. Los vestidos para la graduación y el baile escolar están casi listos. El colegio entero se encuentra emocionado, principalmente los de último año ya que nosotros hemos sido los encargados de recaudar todo el dinero y luego organizar los preparativos. Aún hacen falta ciertos detalles pero, muy pocos. Ahora nuestra concentración son los exámenes.

Ya he aplicado mi beca a la NYU, envié mi solicitud para el próximo año, realicé el examen de admisión y solo hace falta tener mi título porque mi cupo allá estaría apartado para cuando ingrese. Estoy súper contenta al respecto. Finalmente cumpliré uno de mis sueños más grandes y falta poco para culminar todo. Una semana y me graduaré.

Creo que me tomaré un año sabático porque no tengo ni la más remota idea de qué estudiar todavía, poseía bastantes ahorros y con los consejos de Derek podría viajar económica. Aunque me hubiese gustado viajar conTere, más su condición no se lo permite por los momentos. Obviamente estaré con ella para cuando el bebé nazca, pero aun así quiero al menos una sola compañía en el viaje.

Con el tema de Nicolás, no hay muchas novedades, durante estos meses hemos salido mucho, (sí, papá accedió cuando fue a pedir consentimiento después de relatarle una larga lista de condiciones) desde entonces hemos tenido desde citas en restaurantes con menús llenos de nombres extraños, hasta citas en las cuales solo corremos por la calle como locos sin rumbo alguno. Adoro salir con él sin embargo no le he dado respuesta aún acerca de mis sentimientos.

Tengo claro que sí, me gusta, pero no poseo el valor ni las palabras para admitirlo. No sé qué hacer al respecto. A él no parece importarle esperar, me esta dando mi tiempo y espacio lo cual me agrada mucho.

Mi hermano se hizo presente y besó a Tere. Aún no me acostumbro al hecho de que estén juntos, se ven como la pareja ideal y todo, pero de todas maneras, me es difícil asimilarlo.

-La prueba de física fue un infierno, pero gracias a alguien muy especial que me ayudó a estudiar, creo que saldré bien. -dijo y pellizcó la nariz de la rubia a lo cual ella sonrió y apartó su mano para luego observarnos. -¿planes hoy? -preguntó en general y abrazó por la cintura a Tere.

-Yo sí, tengo que hablar seriamente con alguien. -dijo Tere viéndome fijamente. Hundí las cejas y la vi.

-¿entonces no quieres helado?

-mi chocolatito jamás negará un helado. -dijo en referencia al bebé.

Por el momento, nadie del colegio está enterado de nada, solo del hecho de que ellos son pareja. No se le nota el vientre principalmente con la ropa adecuada y sus náuseas fueron controladas al cumplir los dos meses y medio. Ella entrenaba perfectamente con las porristas, pero el último partido del año ya ha pasado hace un par de semanas así que ahora se encontraba tranquila.

"Chocolatito" porque bueno, ese fue su primer y más frecuente antojo, así que el bebé (el cual no quiere saber su sexo hasta que nazca) se bautizó con ese nombre para hablar en público. Era un apodo neutro, sin género, así se quedó.

-Entonces ¿pueden hablar en la casa? Así pasamos por ese helado.

-Perfecto entonces. -le sonrió y planteó un rápido beso en sus labios.

-ustedes son más dulces que un caramelo pegajoso. -me quejé apartando la mirada.

-ja, ja. Habla la que sonríe como tonta al ver a cierto pelinegro. -habló mi hermano, clara y evidentemente refiriéndose al chico que aún permanecía rodeándome los hombros. Rodé los ojos en respuesta y Nicolás se limitó a reír. -¿cuándo finalmente serán pareja? Ese jueguito de salimos, nos abrazamos y damos miraditas sin ser nada, ya se está haciendo muy aburrido.

-Solo espero por ella y su respuesta. -se encogió de hombros y me miró.

-qué paciencia tienes.

-oye, tú me esperaste por nueve años, ¿acaso a eso no le llamas paciencia? -Tere lo golpeó suavemente en el pecho.

-Eso es completamente diferente, cariño. Él ya se declaró y aun así sigue esperando. -La señaló con su dedo índice.




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