Vida Entre Chicos (sc Libro# 1)

Extra: Rubén

Rubén

Tomé mis cosas en cuanto el profesor dio por terminada la clase de primeros auxilios, he mejorado mucho en la práctica, principalmente gracias a la ayuda de Rachel, la cual no me habla hace semanas, seguro aún se siente avergonzada por lo de Chris. Me limité a darle una mirada a lo lejos. Siento que todo esto es estúpido, ella puede hacer lo que quiera con quien quiera.

Tampoco he hablado mucho con Chris, aunque eso es por motivos de falta de tiempo. Solo le hablé cuando me envió el número de su amigo detective.

-Rubén, ¿podemos hablar? -escuché la voz de la chica cerca. Levanté la mirada y me colgué la mochila en el hombro. Me sorprendió que al fin se me hubiese acercado. Creí que este momento nunca llegaría ya que es una persona muy orgullosa.

-¿Hay algo en particular de lo cual hablar? -me hice el interesante.

-Creo que no te dije que etoy agradecida de que llegaras a tiempo... no habría podido con una recaída y me disculpo por haberte hecho pasar por eso, tú si cumpliste con lo que pedí y también lo agradezco. No quiero tampoco que por mi culpa tu amistad de toda la vida con Chris se quebrante porque él fue la víctima en esto. -apretó la boca y le di una mirada.

Suspiré.

-No haz quebrantado nada Reich. Con él no te preocupes. No es la primera vez que sucede algo como esto, todo le entra por un oído y le sale por el otro, tú tampoco tienes la culpa de absolutamente nada. -Le dediqué una pequeña sonrisa y con un movimiento de cabeza, le indiqué que saliéramos del salón antes que los de la próxima hora entraran. Ella siguió mi paso hasta afuera en el pasillo.

-¿Has tenido otras mejores amigas con las que Chris casi se acostó? -arqueó una ceja.

-No precisamente. Como has de saber, él se mete con todo lo que sea vistosamente agradable y bueno, a las chicas también les encanta el tipo así que ha habido varias veces que le he presentado amigas o incluso ligues y terminó liándoselas a todas de alguna u otra manera. -le expliqué brevemente mientras caminábamos.

-¿Se ha acostado con tus ligues? ¿Qué eso no va en contra del código de amigos?

-Sí, pero estás comprendiendo mal. He tenido mis ligues que pues después de un tiempo me doy cuenta que no son mi tipo o simplemente me dejan de interesar, entonces ahí es cuando Chris entra en acción. De lo contrario, respeta eso aunque eso sí, con las únicas chicas que tienen que ver conmigo y no se mete, son o a mis novias o mis ex novias. Por esa razón no lo he mandado a la mierda por mujeriego. -confesé con una pequeña risa.

-¿Desde cuándo es tan... activo?

-No lo recuerdo claramente pero probablemente desde que tuvo su primera vez aproximadamente a los quince.

-De la que me salvé entonces.

-De la que te salvé querrás decir.

-Es lo mismo.

-Él nunca ha buscado compromisos con nadie pero hay chicas que no les queda claro el término "acostón de una noche" y lo buscan. Pero él no se junta más de una vez con la misma persona, solo bajo ciertas circunstancias. Termina rechazando a muchas, eso para evitar romper tantos corazones, aún así lo hace. -me encogí de hombros y apreté la boca.

-Me recuerda un poco a mí... aunque me hubiese gustado que mi vida fuese así de simple... -dijo abrazándose a sí misma. La observé, y me acerqué a rodearla con mi brazo.

Sé a lo que se refiere. Su secreto. El motivo por el cual no se mete con ningún chico como Chris o bueno... cualquier hombre en general.

-No pienses en eso, no es momento.

-Siempre se me viene un mal sabor de boca... simplemente no puedo bloquear esas memorias, todavía me cuesta lidiar con ellas.

-Entiendo, pero no hablemos de eso. Es mejor olvidar por el momento. -ella asintió de acuerdo y continuamos caminando hasta que nos tocó tomar caminos diferentes.

 

***

 

Abrí la puerta del auto para poder ir por los gemelos a la escuela, sin embargo un grito me detuvo repentinamente.

-¡RUBÉN! ¡TE NECESITO, DESGRACIADO! ¡ESTO ES DE VIDA O MUERTE! -era Chris y estaba gritando en medio del estacionamiento caminando a mi dirección a la vez que me señalaba. Al encontrarse lo suficientemente cerca, me tomó por la camisa y colocó su cara en mi pecho. Por mi parte, solo seguía confundido.

-Para que tengas que hacer semejante show, supongo que es urgente. -dije queriendo apartarlo de mí, sin embargo no me dejó hacerlo.

-Es más que urgente y no sé qué me pasa. -chilló fingiendo un sollozo.

-Primero quítate de encima y hablamos. -lo volví a apartar, esta vez fue más blando así que logré alejarlo lo suficiente de mí para poder hablar. -Ahora sí, ¿qué te pasa? -me crucé de brazos y me recosté contra mi auto.

Tomó aire y alzó sus manos a la altura de su pecho y apretó los puños.

-No se me paró. -fue lo que dijo volviendo a bajar sus brazos. No pude evitar soltar una sonora carcajada.

-¿Qué? -pregunté entre risas.




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