Alex
Llegué a la entrada del colegio de Olive y me recosté contra un muro en su espera. Quiero darle una sorpresa y aprovechando que hoy fue el primer día de mi penúltimo año del colegio y no hemos hecho prácticamente nada, vine por él. Pocos estudiantes comenzaron a salir. Todos con aquel uniforme que se veía tan incómodo. Autos lujosos estaban estacionados por todo el lugar. Incluso había una limusina pequeña frente a mí.
Sí, Olive asiste a un colegio privado gracias al dinero de su padre. Él no mantiene ninguna relación directa con él, sus padres se divorciaron cuando él era un niño todavía y la custodia quedó para su madre, sin embargo su padre no se libró de él puesto que le solicitaron contribución monetaria para cualquier necesidad básica u educacional en nombre de Olive. El señor fue tan modesto que ahora paga una fortuna cada año por él y una "mejor educación".
Adinerados queriendo gastar, supongo.
No me siento de menos ni nada por estar en un colegio público, tampoco mal por las miradas que muchos estudiantes me daban. Ellos no son importantes, ni sus opiniones me interesan porque seguramente no volveré a ver a ninguno de los presentes. Si lo llegaba a hacer, probablemente para ese entonces ya habría olvidado sus rostros. Aquí a lo único que le prestaba atención era buscar a mi novio entre la multitud.
Cuando finalmente lo vi, éste se encontraba al lado de una chica charlando animadamente. No notó mi presencia inmediatamente, lo hizo hasta que ella vio en mi dirección por lo cual él siguió la corriente y también me vio sonreír.
Extendí los brazos al verlo y éste corrió a abrazarme. Se sentía muy bien abrazarlo luego de no habernos visto hace ya varias semanas. Me encanta el hecho de que no es como otros chicos en cuanto a su fisonomía. Es mucho más menudo, delgado y bajo que un adolescente promedio y eso me fascina porque parece tan pequeño a mi lado y cabe a la perfección entre mis brazos.
-¿qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste que venías? -dijo mientras seguía apegado a mi pecho.
-Quise sorprenderte. -le di un ligero apretón y sonreí como bobo queriendo permanecer así todo el día. Sin embargo, un carraspeo de garganta nos hizo regresar a la realidad.
-ay, perdona. -pronunció Olive y se separó de mí. -Quería presentarte a Aiko, mi nueva compañera. -me dijo y señaló la chica a sus espaldas.
Ella bastante baja, seguramente me llega al hombro. Se notan sus raíces asiáticas con solo verle el rostro. Su piel extremadamente blanca, cabello rubio hasta los hombros (probablemente teñido), ojos oscuros, nariz y boca pequeños, cuerpo delgado (con pocos atributos) y en resumidas palabras podría describirla como una monita china de animé.
-kon'ichiwa, hajimemashite. -pronunció ella juntando sus manos y haciendo una reverencia. Hice lo mismo y sonreí.
-También es un placer conocerte.
-Pensé que no sabías japonés. -dijo y rió ligeramente.
-No sé, pero conozco ciertas cosas básicas. El animé ayuda. -me encogí de hombros y rodeé a mi novio con mi brazo.
-te dije que él era muy listo. -dijo Olive con una sonrisa.
-¿le hablaste de mí? -le pregunté.
-Un poquito...
-eres adorable. -sonreí y besé su mejilla. En eso, un claxon sonó muy cerca de nosotros.
-es hora de irme, sayōnara. -dijo ella haciendo otra reverencia, esta vez, ambos la imitamos y la vimos subirse en una camioneta gris bastante lujosa.
-Me cae bien. -dije en cuanto el auto de la chica arrancó.
-sí, es muy agradable.
-¿de qué parte de Japón es? -pregunté curioso.
-Creo que me dijo que era de Osaka, no sé... hoy he estado algo distraído. -respondió mientras comenzábamos a caminar. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.
-¿Y eso por qué?
-No sé, tal vez porque pronto cumpliremos un año puede ser... -dijo y sonrió algo avergonzado.
-falta más de un mes...
-lo sé, pero aun así no paro de pensar en eso.
-¿te gustaría que preparara algo especial ese día? O ¿prefieres improvisar?
-No importa, solo quiero pasar ese día contigo. -se abrazó a mi brazo y sonreí para besar su frente.
***
-¿puedo cargarla? -preguntó Olive.
-claro, solo ten cuidado con la cabeza. -respondió Tere pasándole a mi sobrina con suma precaución hasta que ésta estuvo en brazos de mi novio. Sonreí acercándome y vi a la pequeña dormida mientras Olive la cargaba.
-¿sigues pensando en no tener hijos? -La voz de mi hermana se hizo presente a mis espaldas, espantándome un poco.
-¿qué?
-que sí después de ver esto sigues pensando en no tener hijos. -volvió a preguntar.
-sí, estoy muy seguro de ello. -Rodé los ojos.
-¿Qué no te gustaría ver a Olive así pero con sus propios bebés? Obvio tendrían que adoptar o rentar vientres pero aun así.
-en primer lugar, nada me asegura que esto con Olive va a durar toda la vida y en segundo, tranquilízate, además tengo dieciséis, no trates de convencerme todavía. -le reñí y me alejé de ella para sentarme al lado de mi novio.
Amber abrió los ojitos y se removió incómoda en su lugar antes de comenzar a hacer un puchero lo cual alertó a su madre.
-¡Tomás! ¡Apúrate con ese biberón! ¡Tu hija tiene hambre! -le gritó y de inmediato, éste salió corriendo desde la cocina con el biberón en manos. Justo a tiempo para cuando Amber comenzó a llorar.
-Tranquila hija, ya llegó papá. -dijo él mientras Olive se la pasaba para que le diera de comer. La pequeña se calmó al instante.
-Ya tiene práctica al parecer. -dijo Olive mientras Tomás se encargaba de mecer a la niña a la vez que caminaba alrededor del salón.
-sí, cuando llega del trabajo, lo primero que hace es ir por ella, estoy considerando que la está queriendo más que a mí, pero no me quejo en lo absoluto. -Tere soltó una risa y luego se levantó de su lugar para acercarse a Tomás.