Vida entre dos mundos Lucy Grey 1° Entrega

RELATO NARRADO POR TRACY TYLER

RELATO NARRADO POR TRACY TYLER

Carta escrita por mi amiga Tracy, que me hizo llegar a través de Dark Fire, meses después de su desaparición.

No puedo decir más, solo añadir que después de leer su relato esa persona ya no era Tracy, sino un ser de otro mundo que se encontraba locamente enamorada y feliz.

 

CROW LAND; MI NUEVA VIDA

Cuando abrí los ojos, una extraña sensación de incertidumbre me embargó por completo al ver que no sabía, con exactitud, donde me encontraba. Tenía claro que era Crow Land, pero ese lugar no lo conocía. Me sentía extraña, insegura y lo que más me preocupó fue la sensación que mi propio cuerpo producía hacia mí. Ese cuerpo no era el mío, no en el modo en que solía sentirlo en la tierra.

Miré mi entorno  y vi que me encontraba tumbada en una cómoda cama de sábanas blancas, sin saber a ciencia cierta de quien pertenecía esa habitación, porque en una cosa estaba segura, esa no era la casa de Brian. Me quedé pasiva e inmóvil mirando el oscuro techo de piedra que se alzaba sobre mí con autoridad y con un color gris desvanecido, sintiendo pánico en mover mi extraño cuerpo e intentando recordar lo que había sucedido antes de llegar allí.

Hasta ese momento lo recordaba todo…

 

Recordaba con exactitud el momento en que le dije a Brian que me iba con él;

 

“―He pasado todo el día pensando que hacer y cómo hacerlo. Me he planteado la vida sin ti y la vida sin mi marido ―comencé a decirle con la voz embargada por la emoción―, sé que va a ser duro y difícil, pero creo que más duro será vivir sin ti ―con un movimiento relajado me abracé a su cintura escondiendo mi rostro entre su cuello y su hombro―. Quiero irme contigo Brian, quiero estar contigo eternamente. ―Le susurré dejando que mi aliento acariciara su cálida piel.

― ¿Estás segura? ―Preguntó dudando mientras me acariciaba el pelo.

―Sí. ―Mi voz tembló sin saber la causa.

― ¿Y por qué noto que te da miedo y te hace daño la decisión que has tomado?

Le miré a los ojos sin saber qué contestar e intentando ganar tiempo para decirle una respuesta que no le doliera. Sus ojos al mirarme se convirtieron en algo muy dulce provocando que me riera silenciosamente.

―No me da miedo la decisión, solo que…, solo que me duele dejar a mi marido sin dar la cara, sin despedirme y sin darle una explicación justa. Le voy a hacer mucho daño y me duele. Él ha sido, durante todo este tiempo, el pilar de mi vida y tengo la sensación de que cuando lo rompa algo malo va a suceder, es como si lo estuviera traicionando y no me gusta.

― ¡Ya! ―Noté un aire de recelo en su afirmación y no me gustó en absoluto. No entendía bien por qué esa reacción hacia alguien que no conocía. Su expresión cambió a un tono oscuro y peligroso a mí pensar y eso provocó que me apartase de él.

― ¿Qué ocurre, Brian?

―Nada ―vi como su mandíbula se endurecía y se relajaba seguidamente―. Lo siento ―acarició mi rostro con ternura―. Lo siento, cariño, solo que…, me pone celoso cuando hablas de él, sé que no tengo motivo alguno para tenerle envidia…, perdóname ―no le creí, pero sus brazos alrededor de mi cuerpo me hicieron pasar página a esa reacción―. ¿Cuándo quieres que…?

―Lo antes posible, pero no sin antes dejar unas cosas arregladas en la tierra ―le dije pensando en mi hermana―. Te amo, Brian.

―Y yo, mi dulce alma. ―Sus tiernos labios se posaron en los míos uniéndose con dulzura y fiereza a la vez.

Con suavidad, una de sus manos recorrió mi hombro hasta llegar a mi nuca, donde se agarró a ella con fuerza mientras que la otra me ceñía la cintura apretándome contra su cuerpo. Mis labios comenzaron a jadear al notar como su aliento se entremezclaba con el mío. Poco a poco fue apoyando mi espalda contra la suave y aterciopelada sabana de su cama y apretó su cuerpo aún más contra el mío. En ese momento solo existíamos los dos, nada a nuestro alrededor parecía real, solo él y yo fundiéndonos en uno solo.”

 

Al recordar ese momento mi cuerpo fue notando un fuego intenso en el interior, teniendo el deseo de volver a perderme entre los brazos de Brian y unir mis labios a los suyos para saborear su dulzura.

 

Recordaba las súplicas de mi hermana por acompañarme a este eterno viaje la misma noche que la traje a Crow Land. ¿Por qué la llevé?... Le enseñé ese mundo para que verificara por ella misma que lo que le había contado era real, aunque no sé bien cómo la llevé allí. Tan solo me abracé a ella en el momento de ir a dormir y juntas aparecimos en aquel mundo.

 

“― ¿Dónde estamos? ―Me preguntó agarrándose a mí con fuerza y con voz de pánico.

―En Crow Land, Claris, ese mundo que llevo visitando noche tras noche, ese mundo donde vive la persona a la que amo, ese mundo que tú no quisiste creer cuando te lo conté.

― ¿Quién es él? ―Deshizo su nudo en mi brazo para señalar a Brian que se encontraba de pie mirando a mi hermana con tensión. A Brian le sorprendió bastante la llegada de Claris y no hizo ningún gesto en moverse.

―Es Brian, la persona a la que le voy a entregar mi alma para poder estar junto a él ―nos dedicamos una enternecedora mirada cargada de amor, aunque el cuerpo de Brian no se relajó en ningún momento, el alma de mi hermana era libre y a Brian, hambriento como se encontraba esa noche le costaba mucho esfuerzo contenerse―. Brian, ella es mi hermana…, he tenido que traerla porque ella es la única persona quien de verdad me importa en la tierra. Por eso la he traído aquí para que comprenda y sepa donde me voy. ―Él no contestó, solo se limitó a dedicarme una sonrisa dulce.




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