Amanece un nuevo día, Virginia no duerme muy bien desde el día que apareció John Bradley por el rancho.
Ella sabe, que no puede tardar en darle una respuesta, ni ella ni su hermana Eva al otro gran desconocido, que su padre les ha puesto en su camino.
Si no se decide pronto, perderán tanto la una como la otra el gran rancho, toda la propiedad, y no sabe si está preparada para perderlo todo, o si es mejor perderlo todo y tomar el rumbo de su vida.
Ve que su hermana está enamorada, del capataz de la finca, que a ella no le transmite confianza, sabe que tiene algo oculto que no les cuenta.
Ella y su hermana Eva, ya no están unidas como antes, ellas eran inseparables, se lo contaban todo, pero ahora parece que cada una, tiene un rumbo distinto, cada una parece que va por una dirección, una dirección distinta.
Ambas quieren quedarse con la herencia de su padre, pero ninguna quiere casarse con esos desconocidos y menos aún su hermana Eva que sus ojitos son para Jack.
Jack sabe muy bien, que tiene loquita a Eva, se da cuenta que todos los días desde el porche del rancho lo ve montar a caballo, pero él no la dice nada.
Son muchas las madrugadas que Eva se levanta de la cama, porque sabe que Jack para las cinco de la mañana está en el porche.
Tienen largas conversaciones, de cuando eran niños, de cómo han sido sus vidas, alguna vez Eva cae en los brazos de Jack, pues tiene frio, en la arropa con su chaqueta y le pasa el brazo sobre su hombro y la recuesta junto a él, en alguna ocasión se han dado algún beso, Jack intenta siempre frenar a Eva, no es tonto y no quiere cometer ninguna estupidez, aunque a él, también le gusta Eva.
Jack quiere mantenerse firme, no quiere hacer dudar a Eva en la decisión que tiene que tomar, acerca de su futuro marido, si quiere quedarse con el rancho, al igual que su hermana.
El prefiere mantenerse al margen, pero al igual que ella, le gustan esos encuentros cada madrugada, mientras todo el mundo en la casa duerme.
Virginia sabe que cediendo a la orden de su padre y casándose con este estúpido abogado, que ya ha conocido y el cual no le ha gustado nada, tienen toda la herencia para ellas, casándose su hermana con el otro hombre que de momento no se ha presentado.
Ambas saben que, dando el sí, a esos desconocidos, son las propietarias del mejor y mayor rancho de la zona, con más hectáreas de siembra cultivadas y con los mejores caballos de competición.
Solamente tienen que comunicárselo a Jack.
Y saben que, si dan un no, por respuesta, lo pierden todo, se tienen que ir solo con el dinero del libro de la biblioteca y el ahorrado por la venta de la casa de su madre.
Es empezar una nueva vida, es empezar de cero.
También saben que el rancho pasa a ser propiedad de Jack, como único heredero, si ellas se niegan a cumplir la orden de su padre.
La vida en el rancho es muy tranquila, por allí no pasa nadie, hay mucho terreno para caminar, dar largos paseos, Jack trajo personal, y ellas no hacen nada, su vida es la de unas princesas, que se sienten enjauladas, que viven prisioneras en su mundo, en ese mundo que es un mal destino, un destino que jamás se pensaron que iban a tener.
Se llevan bien con todo el personal, menos con Mila, ella no las aguanta, ve en ellas unas niñas mal consentidas a las cuales Jack, le tenía que haber dado una tarea.
El desayuno y el almuerzo son muy generosos, Lúa cocina muy bien y hace unas tartas muy ricas, sus estofados están buenísimos, es muy simpática y su fiel defensora, cuándo Mila las ataca.
A Lita la consideran una buena mujer, muy organizada y siempre de buen humor, siempre pendiente de todo.
Los chicos de las caballerizas son muy educados y siempre están pendientes de su trabajo, solo están en el rancho en el desayuno y almuerzo, normalmente comen fruta en la cena y lo hacen en su habitación.
Y Jack, a Eva la tiene loca, ella solo tiene ojos y oídos para él, Virginia, sin embargo, no le cae bien desde que lo conoció, hay algo en él, que le dice que no es trigo limpio, que tiene algo oscuro escondido que no es sincero con ellas, por lo demás no tiene queja, se porta bien con todo el mundo, incluso con ellas y maneja muy bien el rancho.
Se encarga de ir a la ciudad a por todo lo que hace falta en la finca, se encarga de vigilar la siembra y del alquiler de los caballos para las competiciones, yendo a las ferias y trayéndose el caballo de regreso a la finca, maneja también los ingresos y las cuentas, presentándoselas a Eva y Virginia.
Es una propiedad que cuesta mucho dinero y genera buenos ingresos, entre las hectáreas de siembra del trigo maíz y algodón, más las competiciones de los caballos.
Pero...
¿Qué intereses tienen esos dos desconocidos, en casarse con ellas?
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Editado: 14.09.2023