Vidas paralelas

Capítulo 17º Tinieblas.

Jack entró a su despacho, nada más llegar al rancho, y se encerró, en el dando un fuerte portazo.

Eva se dirigió a su habitación, para cambiarse de ropa, y ponerse un chándal y estar más cómoda.

Fue a la cocina, donde estaban Lita y Lúa.

—¿Que tal esta, Virginia? ¿Todo bien?

—Si Lúa, he hablado con ella, no hay hinchazón, el medico mañana le da el alta.

—Eso es, una buena noticia, —dice Lita.

—Si Lita, menos mal, que al final se va a quedar, en un buen susto.

—No sé cómo se le pudo ocurrir, hacer semejante locura. Es mejor hablar con alguien, cuando hay un problema y solucionarlo, pero no de esa manera, —comentó Mila.

Mila acababa de entrar en la cocina, pero había oído la conversación desde el pasillo, donde estaba limpiando los grandes candelabros de la entrada de la casa.

—Bueno, mi hermana y yo lo estamos pasando mal, y vosotras opináis de nosotras que somos unas jóvenes locas y ricas.

—Eso no es cierto, yo al menos no pienso así, de vosotras, —no vine aquí para opinar, vine a cubrir un puesto de trabajo y es lo que hago, — se defiende Lúa

—A mí me parecéis unas buenas chicas, y sé que lo estáis pasando mal, que perdisteis a vuestra madre antes de llegar aquí, no tengo mal concepto de vosotras, —dice firmemente Lita.

—Yo tengo que reconocer, que siempre me meto con vosotras, porque no hacéis nada, está claro sois las dueñas y trabajo para vosotras, pero me gusta mucho el orden y la disciplina, en sí, no voy en vuestra contra como personas, es mi personalidad, y que no tengo mucha paciencia, para la juventud, —aclaró Mila.

—Gracias por vuestras palabras, nuestra situación no es muy buena, el trabajo os lo dio, Jack el capataz y bueno si sabéis el lio que hay con la herencia y los requisitos, para que nos podamos quedar el rancho, pues os podéis imaginar nuestras vidas, casarnos con unos desconocidos, para heredar o no hacerlo y pagar los millones de dólares, de deuda que tiene nuestro padre pendiente por pagar, está es la vida que tenemos en este querido rancho, y es un verdadero infierno—aclaró Eva , a las tres mujeres.

Las tres mujeres, se quedan mirando a Eva, ellas saben que son las herederas del rancho y que tienen que cumplir unas ordenes, para poder ser sus propietarias, pero no se imaginaban que las jóvenes lo están pasando tan mal, y se miran asintiendo entre ellas.

Entra Jack a la cocina.

—¡Eva, ven conmigo, tenemos que hablar! —¡Vosotras seguir, con vuestras tareas!

Ambos entran en el despacho y Jack cierra la puerta, las tres mujeres, cada una se pone con su faena, sin decir nada.

—¡Buenas Eva! Ha llegado una carta, solicitando vuestra boda, o haceros cargo de los millones de dólares, que vuestro padre ha dejado en esta sociedad conjunta con estos hombres, que, por cierto, son muy influyentes y poderosos.

—¿Y no, se puede retrasar? ¿Nos dan, tiempo?

—Ya lleváis, seis meses en el rancho, y no habéis dado contestación, ninguna de las dos, a las visitas que os hicieron ambos interesados. No tenéis, más margen de tiempo.

—¿Pero ...? Yo no quiero disgustar, ahora a mi hermana, quiero que se recupere tranquilamente.

—No tenéis otra opción, Eva.

—¿No hay, otra alternativa? Esas personas no saben lo duro que es, lo mal que lo estamos pasando.

—Esas personas, como bien dices, no tienen escrúpulos y carecen de corazón, no le importáis nada, solo quieren recuperar su dinero.

—¿Y tenemos, ese dinero? —Preguntó Eva.

—En estos momentos, no disponemos de ese dinero Eva, es demasiado, tal vez el próximo año, después de las competiciones y las siembras, lograríamos juntarlo.

—Estamos hundidas...

—Déjame pensar, algo se me ocurrirá para ganar tiempo...

 




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