Capítulo 7-Aquel que Sufrió Desgracias.

Eran las siete de la noche, un día viernes en el Burguer Queen, Shawn y Sara fueron invitados por Samuel a cenar allí, aprovechando que Shawn tiene descuento de empleado; mientras esperaban su comida, los dos tórtolos estaban jugando ajedrez y Samuel fungía como referí o algo parecido. Mientras limpiaba las mesas del lugar, Gabriel se acercó de pura curiosidad.

—Hola chicos, ¿Qué hacen? —preguntó viéndolos jugar aquel juego de mesa.

—Han estando jugando ajedrez desde el almuerzo en la prepa —dijo Samuel mirando atentamente el tablero—. Sara le está dando una paliza a Shawn.

—¡Es solo una mala racha! —interrumpió Shawn algo brusco.

—Una mala racha de cincuenta derrotas seguidas —remató Samuel a forma de broma.

—¡Rayos ¿Dónde están mis modales?! —exclamó Shawn al notar la presencia de Gabriel—.Sara, él es Gabriel Heaven, alquila una habitación en mi casa.

—¡Encantada de conocerte! —saludó con elegancia y teatralidad—. ¿Cómo haces para mantener tu cabello tan sedoso?

—¿Qué? Bueno, supongo que siempre fue así —dijo Gabriel sintiéndose un poco alagado—. Perdón si estoy un poco distraído, pero ¿nos habíamos visto? Es que me pareces algo...

—¡Gabriel! ¡¿Que estas haciendo? Las mesas no se limpiaran solas —gritó desde el otro lado del local la jefa Zepelli.

—¡Claro jefecita bella! —dijo Gabriel yéndose con prisa.

—Es un poco raro ¿no creen? —el comentario de Sara hizo que Samuel y Shawn la miraran fijo unos segundos con aires de ironía—. Jaque mate, querido.

Shawn agacho la cabeza en señal de derrota absoluta para luego disfrutar de una buena cena con sus amigos.

El día sábado, por la mañana, Gabriel se encontraba podando el césped del patio para colaborar un poco más a la dulce pareja de ancianos que lo acogió en su casa. Al terminar su trabajo Shawn decidió acercarse a él con bastante seriedad, Gabriel notaba desde lejos que algo sucedía en la mente de Shawn, algo que no le paraba de darle vueltas; él con una mirada decidida, decidió contar sus intenciones.

—Gabriel, ¡Te pido, por favor! ¡Enséñame a usar magia! —exclamó con firmeza y respeto hacía su amigo.

—¡¿Eh?! Oye... ¿sabes muy bien lo que estas pidiendo? —preguntó Gabriel sorprendido por el pedido—. Yo te lo advertí, cosas malas le suceden a los humanos que se meten en la magia.

—¡Ya lo sé! Pero... quiero realmente serles de ayuda, aún quedan monstruos del infierno sueltos por toda Nueva Orleans y no quiero quedarme de brazos cruzados.

—¡Por amor a mi padre! La magia te traerá desgracias —volvió a negarse Gabriel pero con aún más fuerza—. Un destino ruin y horrible, como él...

Gabriel se calló rápidamente cuando se dio cuenta de que empezaba a hablar de un tema tabú para él.

—¿"Él"? ¿Quien es él? —preguntó Shawn dándose cuenta de la expresión de tristeza que tenía Gabriel en ese momento.

—Grigori Rasputín, un místico que conocí hace varios años —confesó.

—Un mago de la antigua Rusia, lo conocí en uno de mis viajes por aquellas tierras —relató con cierta culpa y tristeza—. Alguna vez, yo lo cosideré mi amigo. Ayudamos a muchas personas juntos, pero su sed de poder, lujuria y riquezas lo corrompió y se volvió una persona sumamente perversa. Perdí a un amigo y discípulo por la magia, tengo miedo de que tú también caigas en la oscuridad, pero aún así, te pregunto, ¿por qué quieres aprender magia?

—Año 2000, mi padre era bastante alegre, aunque también tenía muchas adicciones —empezó a contar Shawn, mirando a Gabriel fijamente—. Apostaba a los caballos cuatro veces por semana y aún así siguió teniendo dinero, todo le llovía a los píes. Después de que murió en un accidente de trafico, encontré un montón de libros de demonología, es posible que haya vendido su alma a cambio de toda esa suerte... sé que algo así no es coincidencia, no investigue lo paranormal estos últimos años para buscar venganza, solamente no quiero que nadie sufra lo mismo que mi padre y yo.

Gabriel guardó silencio unos segundos para luego tomar algo de aire y decir su decisión.

—Te pondré una prueba —declaró con seriedad—. Si logras pasarla entonces te enseñare a usar magia.

—¡¿De verdad?! ¡Gracias! —gritó Shawn con emoción.

—Pero, no es magia lo que utilizamos, es algo llamado Energía Kundalini —aclaró para sorpresa de Shawn—. La energía Kundalini es algo que recorre por todos los seres vivos, humanos, animales, plantas e incluso ángeles, los únicos que no pueden usarla son los demonios, pero todos tenemos eso, recorre nuestro cuerpo como si se tratara de sangre que fluye por las venas, pero son pocos los humanos que pueden manipularla; se requiere de mucho trabajo y determinación por lo que te pregunto ¿aún quieres saber como usarla?

—Sí —contestó Shawn con seriedad y determinación, se podía ver el fuego en sus ojos.

—Bien, lo primero que tenemos que hacer es meditar —dijo Gabriel sentándose en el piso—. Medita conmigo Shawn.

Los dos estuvieron allí varios minutos meditando en el suelo, mientras Gabriel le decía lo que tenía que hacer.

—Enfócate en tu cuerpo, en tu alma, en la sangre que fluye por todo tu cuerpo —dirigía con una voz serena y dulce, una voz que transmitía paz de solo escucharla—. La Energía Kundalini es descrita como una serpiente que poco a poco va subiendo por la columna vertebral, desde el sacro hasta llegar al cerebelo, enfócate en tu energía y relaja cada músculo de tu cuerpo —hizo una pausa para inhalar y exhalar profundo—. Tienes que ir hasta lo más profundo de tu alma.