Vidas Paranormales.

Capítulo 15-Identidad

En la hora del almuerzo, en la escuela de Shawn y Samuel, los dos amigos estaban preocupados con Sara, que ya llevaba dos días de no venir a clases; el más afectado de esto era Shawn, debido a la relación sentimental con ella.

—¿Crees que ella esté bien? —preguntó Samuel preocupado tanto por Sara como por Shawn—.  Quizás debamos ir a buscarla para ver cómo está.

—Eso es cierto, enterarse de un detalle así de su vida sería demasiado para cualquiera —respondió Shawn dejando de lado su comida—. Sé donde vive ella, pediré el día libre en mi trabajo e iremos a ver como esta.

En aquella tarde, los dos adolescentes fueron rápidamente a la casa de Sara, querían acompañarla en todo este proceso, hacerla saber que puede contar con ellos dos para todo. Al llegar tocan el timbre de la casa y les abre una mujer embarazada, como de unos treinta y tantos años, con cabello negro, ojos café y labial de color azul. Era la tía de Sara, Maya García.

Los dos chicos le dijeron que eran amigos de Sara, por lo que la mujer los dejó pasar y les pidió que se sentaran en la sala mientras les sirvía algo de café. Mientras la tía embarazada de Sara estaba en la cocina, llegó otra persona, un hombre, con cabello rubio, ojos castaños, bastante fornido, se notaba que trabajaba con la fuerza de su cuerpo, él era el tío de Sara, Antonio García; al ver a los dos chicos, estos se presentaron y el hombre los identificó de inmediato como los amigos de Sara.

—Me alegra que estén preocupados por ella, se ve que son buenos amigos —dijo tomando asiento—. Ella no ha vuelto casa desde hace un par de días, me preocupa que este volviendo a drogarse.

—Le aseguro señor García que no se trata sobre eso —dijo Shawn, en un intento de que el hombre no desconfíe de Sara—. Está atravesando un duro momento en estos días, por eso necesitamos encontrarla.

—¿Tienen alguna idea de dónde podría estar? —preguntó Samuel.

—Yo tengo una pista —dijo la tía de Sara entrando con tazas de café en las manos para los chicos—. Es poco probable, pero vale la pena estar seguros, hace tiempo me hablo que había encontrando un deshuesadero de autos junto las vías del tren; dijo algo... de convertirlo en una guarida, o algo así.

—¿Está junto a las vías del tren? —preguntó Shawn, ansioso.

—Sí, saliendo de la ciudad, por la izquierda de la carretera —dijo haciendo uso de la memoria.

Los dos amigos se terminaron de un sorbo el café y salieron corriendo de la sala, mientra corrían tan rápido como podían chocaron con un conocido que los hizo caer, Lucifer.

—¡Wow! ¿Por qué tanta prisa chicos? —preguntó Lucifer ayudándolos a levantarse del suelo.

—Estamos buscando a Sara, ¿crees que puedas llevarnos hasta donde ella esté? —preguntó Shawn con apuro.

—Claro... ¡boom! —exclamó abriendo las puertas de su lamborghini— ¡¿Qué es esto?! ¡Es mi auto nuevo!

Estuvieron media hora conduciendo hasta el mencionado deshuesadero, el lugar estaba sumamente abandonado, todos los autos que se encontraban allí ya estaban oxidados y corroídos, en el cielo notaron humo negro, lo que les indicó que había una fogata cerca y fueron corriendo hasta la fuente del humo. Allí estaba Sara, con una pila de sus pinturas, las estaba utilizando para avivar el fuego, su rostro expresaba tristeza, el color de sus ojos estaba apagado, miraba al fuego o más bien, miraba las pinturas arder en las llamas y siendo consumidas.

—¿Qué es lo que quieren? —preguntó Sara al percatarse de la presencia de ellos tres.

—Estamos preocupados por ti Sara, queremos hablar, puedes decirnos cómo te sientes —dijo Lucifer con empatía.

—¡¿Qué "cómo me siento"?! ¡¿Acaso ustedes pueden saber cómo me siento?! Toda mi vida fue una mentira; las drogas, mis pinturas, mis poemas. Todo fue obra de "mis vidas pasadas", nada de lo que he hecho ha sido por mi misma, ya no se quien soy —decía sollozando, mientras quemaba las pinturas que tenía al lado—. Desearía que jamás me hubieras dicho la verdad.

—¿Qué hubieras preferido? ¿Vivir en la ignorancia total o saber la verdad? —inquirió Lucifer con tono firme, pero con delicadeza—. Lo que se hizo ya no puede... oye, ese es el retrato que hiciste de mí... no, no lo tires... ¡no! ¡¿Por qué?!

—Ya te lo dije, todo esto fue una mentira —dijo con ira hacía Lucifer.

—Esa no es excusa para quemar el retrato de un hombre guapo —dijo dándole la espalda aguantando la ira—. Bien, ya me harte de esto, ¿crees que no se como se siente ya no saber quien eres? ¡Yo también me sentí así antes de venir a la tierra!

—Tú escogiste la vida que quisiste una vez que llegaste aquí ¡Yo jamás desee ser una Errante! —exclamó Sara, poniéndose cada vez más furiosa— ¡Solo quiero mi vida normal, quiero mi vida de antes!

—Lucifer, algo anda mal, por favor para —dijo Shawn con cautela.

A Sara le empezó a doler la cabeza, apretaba los dientes del dolor y sus ojos reflejaban una ira incontrolable. En sus brazos aparecieron de nueva cuenta, la virtud de la castidad y los pecados de la lujuria y la avaricia.

—"Amigos que por siempre nos dejaron, caros amigos para siempre idos, ¡fuera del tiempo y del espacio!" —exclamaba citando un poema escrito por una de sus vidas pasadas.

 

Una onda de poder lanzó lejos a nuestros protagonistas, Lucifer les advirtió a Shawn y a Samuel que se preparen para luchar, Sara acababa de perder el control, estaba dispuesta a luchar contra Lucifer y contra quien sea. Shawn sacó de su mochila su libro de hechizos y Samuel activó su Kunda-taijutsu.

Sara los atacó con rápidas ráfagas de viento, propias de la técnica Vientos de la Lujuria del pecado de la lujuria. Nuestros protagonistas logranron esquivarlas, Shawn se dispuso a detener a Sara sin lastimarla.

Agua que brinda la bella espuma de la playa, atrapa a mi oponente en esa misma espuma.




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