Vidas pasadas

Capítulo 15

Era impresionante la facilidad con la que Lía se deslizaba en la vida de otros. Su carisma y sonrisa genuina la hacían parecer una amiga confiable, alguien con quien todos querían estar. Pero bajo esa apariencia encantadora, su mente calculaba cada movimiento con precisión.

Había logrado que Cami la aceptara como amiga. Al menos en la medida en que podía tolerarla cerca. Las invitaciones a almorzar juntas, las conversaciones en los pasillos y hasta las risas compartidas en clase eran parte de su estrategia.

—¿Te gusta Seungmin? —preguntó Cami un día, con la naturalidad de quien confía en otra persona.

Lía se rió suavemente, bajando la mirada con una timidez perfectamente ensayada.

—¿Por qué lo dices? Apenas lo conozco. Además, parece que ya tiene ojos para alguien más.

—¿Para mí? —respondió Cami con un rubor evidente.

Lía sonrió y sacudió la cabeza.

—No tienes que ser modesta, Cami. Se nota que hay algo especial entre ustedes dos. Es lindo.

Por dentro, la envidia ardía. Pero lo que su rostro mostraba era una dulzura tan convincente que Cami se sintió culpable por haber sospechado de ella al principio.

Descubriendo habilidades...

Los días pasaron y Lía se volvió más astuta en su acercamiento. No solo quería a Seungmin para ella, quería destruir cualquier posibilidad de que él pudiera volver a interesarse por Cami.

Empezó a seguir a Cami después de clases, estudiando sus hábitos. Observó cómo tomaba siempre las mismas rutas, especialmente una pequeña calle estrecha que usaba para llegar más rápido a su casa.

Era un lugar perfecto. Sin cámaras, sin mucha gente transitando.

Lía también aprovechaba cada conversación para sacar información útil. Hacía preguntas disfrazadas de curiosidad inocente.

—¿No te asustan esos callejones? Yo nunca podría pasar por ahí sola.

—Ya me acostumbré —respondía Cami con tranquilidad—. Además, nunca me ha pasado nada malo.

—Quizás algún día deberías dejar que te acompañe. Por si acaso —ofrecía Lía con una sonrisa cómplice, escondiendo la oscuridad de su intención.

Primer intento

La idea estaba clara en su mente. Todo debía parecer un accidente. Y si algo salía mal, siempre tendría su actuación impecable para justificar cualquier cosa.

Una tarde, mientras Cami volvía a casa por el callejón habitual, Lía decidió poner a prueba su plan. Se las arregló para acercarse sin ser vista y dejar caer un pequeño charco de aceite justo en el centro del camino. El piso de concreto era resbaladizo cuando se mojaba, y con aceite, sería peor.

Desde las sombras, Lía observó a Cami caminar distraída, con la mirada fija en su teléfono.

—Vamos… solo un pequeño tropezón… —susurró para sí misma.

Pero Cami, por un golpe de suerte o simple precaución, desvió la mirada del teléfono al ver a Seungmin y sentir como la tomaban de la cintura justo a tiempo para esquivar el charco.

–No te distraigas tanto, mimi... –hablo Seungmin con la característica y linda sonrisa metálica. –No miraste el charco de aceite y agua en el suelo... –Cami solo pudo dar una sonrisa embobada... ¿como podía ser este chico tan lindo?

–gracias, minnie... –fue lo único que Cami logró encontrar en las palabras de sus cuerdas vocales...

–¿Vamos...? –pregunto él.

–Vamos... –respondió ella.

Lía contuvo la respiración mientras la veía alejarse ilesa al lado de Seungmin.

Su plan había fallado, pero en lugar de frustrarse, sintió un extraño placer al darse cuenta de que esto solo la retaba a ser más astuta.

—Parece que me lo vas a poner difícil, Cami… —murmuró con una sonrisa torcida.

Lía no pensaba rendirse. Si algo había aprendido de su obsesión por Seungmin, era que lo quería a cualquier costo. Y si eso significaba deshacerse de Cami de una vez por todas, entonces encontraría la manera perfecta de hacerlo.

La obsesión crece

Los días que Cami pasaba con Seungmin parecían multiplicarse. Lía los observaba desde lejos, ocultando su rabia bajo la fachada de una sonrisa encantadora. Las risas que compartían, las miradas que parecían contener secretos que solo ellos entendían…

Lía comenzó a estudiar no solo a Cami, sino también a Seungmin. Sus gustos, su rutina, sus preferencias. Cada detalle importaba.

Incluso se esforzó en coincidir con él en la biblioteca, en los pasillos, fingiendo que sus encuentros eran pura casualidad. Su actuación era impecable. Cuando Seungmin le sonreía amablemente, su corazón latía con fuerza.

Pero siempre había algo que se interponía. Cami.

Primer intento fallido (Lia).

El plan del aceite en el callejón había fallado, pero Lía no estaba dispuesta a darse por vencida. La obsesión la empujaba a intentarlo de nuevo. A planear con mayor cuidado.

Una tarde, mientras revisaban apuntes en el salón vacío, Lía dejó caer sus libros intencionalmente para llamar la atención de Seungmin.

—¿Estás bien? —preguntó él, ayudándola a recogerlos.

—Sí, solo soy un poco torpe —respondió Lía con una risa suave, forzando una conexión con él.

A lo lejos, Cami la observaba, con los labios fruncidos en una expresión de incomodidad que no pasó desapercibida para Lía.

Eso la hizo sonreír. Aunque fuera de manera retorcida, le complacía saber que Cami empezaba a sospechar de ella. No obstante, necesitaba ser más cuidadosa.

Planificación minuciosa.

Lía decidió que el siguiente intento no podía ser tan improvisado. Pasó noches enteras maquinando un accidente creíble. Algo que pudiera ser descartado como una simple mala suerte.



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En el texto hay: fanfic, skz, straykids

Editado: 12.04.2025

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