Vidas pasadas

Capítulo 16

Lía había planeado todo con precisión enfermiza. Se había asegurado de que aquel día estuviera nublado y húmedo, un escenario perfecto para justificar un accidente. La cera que había derretido cuidadosamente la noche anterior la llevaba en un pequeño frasco dentro de su mochila. Nadie sospecharía de algo tan común.

Aquella mañana, se acercó a Cami con su mejor sonrisa.

—¿Vienes al jardín después de clases? Hoy parece un buen día para relajarse un rato —sugirió Lía con tono amable.

—Sí, claro. Seungmin dijo que pasaría por ahí también —respondió Cami, sin notar la ligera tensión que se reflejó en los ojos de Lía.

—¡Genial! —dijo Lía con entusiasmo fingido. Por dentro, el nombre de Seungmin solo encendía más su deseo de hacer desaparecer a Cami.

El almuerzo transcurrió con normalidad. Lía se esforzó en mantener la calma, en seguir interpretando su papel de amiga genuina. Pero en su mente, cada segundo contaba. El plan debía ejecutarse a la perfección.

Preparativos oscuros.

Cuando faltaban unos minutos para que sonara el timbre de la última clase, Lía se excusó diciendo que necesitaba pasar por la enfermería. Nadie sospechó de su ausencia.

Se dirigió con rapidez hacia las escaleras que llevaban al jardín. No había nadie cerca. Abrió el frasco con manos temblorosas, pero llenas de determinación, y dejó que la cera líquida se derramara sobre el tercer y cuarto escalón. Se aseguró de esparcirla lo suficiente para que fuera difícil de notar.

El trabajo estaba hecho. Ahora solo debía esperar.

Juego de la amistad.

Al sonar el timbre, Lía se encontró con Cami y Seungmin en la puerta del aula. Su sonrisa era perfecta.

—¡Vamos! —exclamó Cami con alegría, tomando de la mano a Seungmin mientras avanzaban por el pasillo.

Lía caminaba detrás de ellos, ocultando su frustración tras un rostro amable. Pero la expectativa de lo que estaba por ocurrir era suficiente para mantenerla tranquila.

Llegaron al jardín y comenzaron a bajar las escaleras. Cami iba delante, hablando animadamente con Seungmin sobre un proyecto que planeaban hacer juntos. Lía apenas escuchaba. Solo observaba.

—¡Oh! ¿Seungmin, recuerdas que olvidé mis apuntes en el salón? ¿Podrías ir por ellos? —dijo Lía con tono preocupado.

Seungmin dudó por un momento, pero asintió con una sonrisa.

—Claro, vuelvo enseguida.

Cuando él se alejó, Lía contuvo la respiración. Había llegado el momento.

El desliz fatal.

Cami continuó bajando las escaleras, su voz alegre llenando el aire. Pero en cuanto su pie tocó el tercer escalón, su cuerpo resbaló bruscamente hacia adelante.

—¡Ah! —gritó mientras su cuerpo se tambaleaba.

En un instante que pareció eterno, Cami perdió el equilibrio. Sus brazos se agitaron frenéticamente en un intento por aferrarse a algo, pero no había nada a su alcance.

Lía observó con una mezcla de horror y satisfacción mientras Cami caía con fuerza contra los escalones de piedra. El sonido de su cuerpo golpeando la superficie resonó en el aire, seguido por un grito ahogado de dolor.

Cami quedó tendida al pie de las escaleras, inmóvil. Un pequeño hilo de sangre corría por su frente, manchando el suelo con un carmesí inquietante.

El corazón de Lía latía con fuerza. ¿Lo había logrado? ¿Era ese el final de Cami?

Descubierta

Seungmin apareció corriendo desde el otro extremo del pasillo, con el rostro desencajado al ver a Cami tirada en el suelo.

—¡Cami! —gritó, lanzándose hacia ella y arrodillándose a su lado.

Lía descendió las escaleras con cuidado, adoptando una expresión de terror genuino.

—¡Dios mío! ¿Qué pasó? —dijo con voz temblorosa.

Seungmin no respondió. Su atención estaba completamente volcada en Cami, cuya respiración era superficial y dolorosa.

—¡Alguien, ayude! —gritó Seungmin con desesperación, su voz quebrada por la angustia.

Los estudiantes comenzaron a acercarse, atraídos por los gritos. Lía fingió llamar a la enfermería con manos temblorosas, mientras su mente calculaba rápidamente cómo actuar sin levantar sospechas.

Pero algo en la forma en que Seungmin la miró cuando sus ojos se encontraron hizo que un escalofrío le recorriera la espalda.

Había algo en su mirada. Desconfianza. Sospecha.

La culpa que no existe.

Durante los siguientes días, Cami permaneció en reposo en el hospital. Había sufrido una conmoción cerebral y algunos moretones serios, pero por suerte, nada irreversible.

Lía actuaba como una amiga preocupada, visitándola regularmente y asegurándose de que todos vieran su aparente preocupación. Pero por dentro, el fracaso le pesaba como una piedra.

No había logrado su cometido. Cami seguía viva. Y, lo peor de todo, Seungmin parecía más protector con ella que nunca.

Cada vez que Lía intentaba acercarse a Seungmin, él se mostraba distante, cortante. La miraba con un recelo que la hacía sentir desnuda.

—¿Por qué actúas así conmigo? —le preguntó Lía en una ocasión, con ojos llenos de falsa tristeza.

—¿Por qué estabas allí? —respondió Seungmin con voz fría—. Justo cuando Cami cayó. Tú estabas ahí.

Lía tragó saliva. No esperaba que él se diera cuenta de ese detalle.

—Solo… estaba preocupada por ustedes. Pensé que sería lindo pasar tiempo juntos —respondió con voz quebrada.

Seungmin la miró en silencio. Y en ese momento, Lía entendió que su actuación tendría que ser más impecable que nunca.



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En el texto hay: fanfic, skz, straykids

Editado: 12.04.2025

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