Vidas pasadas

Capítulo 17

El accidente había dejado marcas. No solo en el cuerpo de Cami, que aún llevaba un vendaje en la frente, sino también en su ánimo. Los recuerdos de su caída eran borrosos, pero cada vez que cerraba los ojos, revivía la sensación de vacío, el terror de no poder aferrarse a nada.

Estaba sentada en la cama del hospital, con Seungmin al lado, sosteniéndole la mano con suavidad. Sus visitas eran diarias, casi constantes. Parecía decidido a no dejarla sola.

—Debiste haber visto tu cara cuando entraste al hospital con un ramo de flores más grande que tú —bromeó Cami, intentando aligerar la atmósfera.

Seungmin sonrió débilmente, pero sus ojos permanecían oscuros, tensos.

—Quiero asegurarme de que estés bien. No puedo quitarme de la cabeza ese accidente... —Su voz se apagó, como si no quisiera expresar sus pensamientos en voz alta.

—Fue solo un tropiezo. Nada más —respondió Cami, aunque ni ella estaba completamente convencida de sus propias palabras.

Lía juega sus cartas.

Lía había continuado con su actuación impecable. Iba a visitar a Cami regularmente, llevándole dulces, cuadernos nuevos y notas de clases para que no se quedara atrás. Nadie podría dudar de su amabilidad. Nadie, excepto Seungmin.

Cada vez que Lía se acercaba, él encontraba una excusa para salir de la habitación. Las miradas fugaces que le dirigía eran frías y penetrantes, como si intentara ver más allá de la máscara que ella llevaba.

Pero Lía era buena. Muy buena.

—Te traje chocolates. Me dijeron que son tus favoritos —dijo Lía un día, colocando una caja colorida sobre la mesa junto a Cami.

—¡Gracias! Siempre eres tan considerada —respondió Cami con gratitud genuina.

—No es nada. Solo quiero ayudarte a recuperarte pronto —respondió Lía, con una dulzura calculada.

Pero mientras hablaban, Lía no podía evitar notar que Seungmin la observaba desde la puerta, con los brazos cruzados y la mandíbula tensa. No le gustaba nada aquello.

La semilla de la desconfianza.

Una tarde, mientras Cami descansaba en el hospital, Seungmin se encontraba solo en el jardín de la escuela, su mente dando vueltas a lo ocurrido. Algo no encajaba.

Lía había estado demasiado cerca de Cami ese día. Demasiado oportuna. Como si hubiera sabido exactamente lo que iba a ocurrir.

—¿Seungmin? —Lía apareció detrás de él, su voz suave y preocupada.

—¿Qué quieres, Lía? —preguntó él sin molestarse en ocultar la hostilidad.

—¿He hecho algo malo? Siento que últimamente me estás evitando.

Ella parpadeó, fingiendo confusión.

—Ya te dije… quería pasar tiempo con ustedes. Me siento sola, ¿sabes? Creí que éramos amigos.

—¿Amigos? —Seungmin dejó escapar una risa amarga—. No puedo dejar de pensar que tú... que tú... —Se detuvo, sin poder continuar.

—¿Crees que tuve algo que ver con el accidente de Cami? —dijo Lía con voz rota, sus ojos llenándose de lágrimas perfectamente fingidas—. ¿Cómo puedes pensar eso de mí?

Seungmin desvió la mirada, avergonzado por su propia desconfianza. Pero la duda permanecía.

—Lo siento. No debí... —Seungmin se llevó una mano a la nuca, incómodo.

—No pasa nada. Entiendo que estás preocupado por Cami. Es natural. Pero yo también estoy preocupada por ella. Y por ti... —añadió Lía, dejando que su voz temblara justo lo suficiente para parecer auténtica.

Seungmin no respondió, pero el peso de su mirada se suavizó. Aunque no por completo.

Reencuentros y secretos

El día en que dieron de alta a Cami, Seungmin fue a recogerla al hospital. Lía había insistido en acompañarlos, asegurando que quería asegurarse de que todo estuviera bien.

Sus padres también estaban ahí, Olivia con una caja de chocolate, Felix con un ramo de Lilys –las flores favoritas de Cami– y Rachel simplemente... la esperaba a brazos abiertos al igual que sus padres, solo con la diferencia de que ella cargaba a Jiyu.

–Aw, mi bebé... mira como te dejaron el cabello... lo tienes tan corto... – hablo su mamá... debido a la caída le detectaron a Cami un trauma cerebral por lo que tuvieron que realizarle una neurocirugia y era necesario cortar su cabello.

–Está todo plano... por eso no hay problema, simplemente le damos más volumen. –hablo simplemente entusiasmada Rachel.

Durante el trayecto de regreso a casa, Lía trató de mantenerse alegre, intentando hacerse indispensable para ambos. Pero Cami notó que Seungmin parecía más distante que de costumbre.

—¿Ocurre algo? —le preguntó Cami mientras caminaban por el parque.

—No... solo me preocupa que vuelvas a salir herida. Ese lugar... esas escaleras. Fue tan raro. —Seungmin hablaba con voz baja, como si temiera ser escuchado.

—Fue solo un accidente. No quiero que te preocupes tanto.

—No lo entiendes, Cami... —Seungmin se detuvo, mirando al suelo—. Tengo un mal presentimiento. Desde que Lía apareció, nada ha sido igual... –este se detuvo para tomar las manos de Cami y entrelazar sus dedos— No quiero perderte... no otra vez...

–Y no lo harás, minnie... –Fue lo que respondió Cami para luego abrazar a Seungmin y seguir caminando...

Cami frunció el ceño... habia analizado mucho mejor las palabras de Seungmin, y se giro para hacerle frentes sorprendida por las palabras de este.

—¿Lía? Pero ella ha sido muy amable conmigo...

—Demasiado amable —replicó Seungmin con amargura—. No sé cómo explicarlo, pero cada vez que está cerca, siento que algo va mal.

Cami permaneció en silencio, sintiendo que un frío inexplicable le recorría la espalda. ¿Podría ser que Seungmin tuviera razón?

Los nuevos planes de Lia.



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En el texto hay: fanfic, skz, straykids

Editado: 12.04.2025

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