PARTE QUINCE

—Papi, ¿Qué te pareció mi maestra? Es muy linda ¿Cierto? —Mientras veían una película de superhéroes, tenía una fascinación por Iron man.

«Sabes papi, tú eres como Iron man — Mientras lo miraba fijamente, tratando de llamar su atención.

—Iron man ¿Por qué? Yo prefiero ser a ver, déjame pensar así, ya sé flash — Mientras trataba de pensar y recordar los superhéroes que le gustaban a su hijo,

—No, pues papi, él es aburrido, eres como Iron Man, porque siempre andas en traje y tienes a un montón de hombres como Happy ese señor muy grande que cuida siempre a Tony Star, claro ahora si sé tío Edward es como Happy, siempre lleva esa cosa rara en su oreja —Sus ojitos se llenaron de un brillo especial.

Pasaron un rato más juntos antes de que Max, se quedara dormido en el sofá de la sala de cine que tenían en el sótano, Cuando lo acostó y dejo la lámpara de su habitación encendida, en ese momento recibió un mensaje a su móvil, salió inmediatamente del lugar.

—Señor, ya nos desasimos de los que lo dejaron escapar — Mientras abría la puerta del auto para luego arrancar rumbo a la bodega.

—Quiero que se queden, que no se muevan de ahí, me van a conocer, detesto a los imbéciles

Una hora después y un par de dientes tirados en el suelo, un par de cejas rotas y un par de labios hinchados., Maximiliano se remangaba la camisa y se lavaba las manos manchadas.

«A ver por donde empezamos, ¡¿Cómo mierda se supone que ustedes eran mis mejores hombres?! Tu metro noventa Carlo y ese par de ladrillos como músculos que tienes y tu negro se supone que eras más que músculos — Seguido de un golpe más y una risa macabra,

—Señor, juro que nos noqueó a los dos, no sabemos cómo, pero nos noqueó — Con las manos atadas a sus espaldas sentadas en unas viejas sillas en la bodega, aquel lugar cerca al mar, mientras ellos suplicaban por sus vidas se oían las olas del mar romper contra los cimientos del muelle,

—Ustedes sabían perfectamente quién era ese tipo en mi plan, sabían que ahorita debe estar en la maldita Italia abriendo la boca como ¡El maldito cobarde que es! Mientras que mis hombres son un par de inútiles, buenos para nada, que no saben hacer un trabajo bien, esa rata debe estar comiendo el queso luego de escupir una sarta de estupideces.

—Señor, pero esa rata no sabe realmente el plan, solo cree que le quiere robar las rutas por donde pasa la mercancía, de ahí no sabe nada, nosotros le hicimos creer eso, lo juramos,

Maximiliano se alejó un poco mientras hablaba con Edward.

—Usa el agua y las pinzas durante diez minutos y luego le dices que es la última que les paso, sin darse cuenta salvaron su pellejo y lograron que esa rata escapara y haga exactamente lo que yo quiero, eso salió mucho mejor que planeado.

MIENTRAS EN LA CIUDAD

—Rocky, tu amiga es perfecta, es una joya ¿Cómo puedes ser tan estúpido en dejarla ir? No me digas mejor para mí — Mientras embobado veía a la bella Queen volverse una en el escenario, recorrer con sus hermosas piernas con un aire como si vieras a una bailarina de ballet clásico, era como si hubiera nacido para eso

FLASHBACK

—Nana, esto es inútil, no sirvo para esto — Mientras se levantaba del piso luego de practicar varios pasos que su nana la hacía ver por internet,

—Mi niña, yo lo sé, pero te aseguró que te va a servir de mucho, tienes que captar la atención de los hombres, no solo con sonreír y parecer tímida es suficiente, tienes que envolverlos, que todo tu ser atraiga miradas y suspiros, tienes que hacer que coman de tu mano, una vez tengas al pez grande el resto caen como moscas.

FIN DEL FLASHBACK

—Sí, sé que soy un estúpido, pero no puedo hacer nada más — Mientras se bebía un Cosmopolitan y jugaba con la aceituna en él sin dejar de ver la supuesta Queen

—Pero ¿Por qué la dejaste ir? — Casi se atora con la aceituna y escupe el trago.

—Problemas con el jefe y no me pongas esa cara, que el jefe nunca le vio la cara, siempre fue la numero ocho y además que el jefe casi nunca iba salvo ese día, pero tu tranquilo que el aquí viene menos,

Ella se bajó del escenario luego de un par de trucos más que hicieron que el dueño del lugar aplaudiera cuál foca de acuario.