Vidas Secretas

PARTE CUARENTA Y SEIS

 

—Vamos a tu departamento para que descanses, todo esto es demasiado y está alterando tus nervios — Mary lo abrazo más, subió su rostro lleno de lágrimas y lo miro.

 

—Quiero que vivamos juntos.

 

Nunca de los nunca hubiera imaginado que ella le pediría algo como eso, él daría lo que fuera por despertar todos los días con ella en sus brazos, poder oler su aroma a cítricos que deja su cabello sobre la almohada, él daría lo que fuera por hacerle el amor en las mañanas sin necesidad de preocuparse por la hora, como decirle que no a una mujer tan valiente que había demostrado amar tanto a su hijo como si fuera el suyo propio.

 

—Si no te lo he pedido antes, es porque no quería parecer apresurado y asustarte, además que pensaba que tal vez tú más adelante querías, no sé cómo decirlo, es que yo quería decirlo en otro momento, quería hacer un pequeño viaje y este — Se empezaba a poner nervioso sentía que la el cuello de la camisa que le apretaba a cada segundo que pasaba a pesar de tener varios botones del cuello suelto.

 

—¿Qué no me puedes decir que te tiene así de nervioso? — Dejo de abrazarlo mientras con la manga de su blusa se quitaba las lágrimas del rostro, ya se sentía mejor, pero la duda en la voz de Maximiliano la asustaba y si la quería dejar por ser tan impulsiva y no guardar la compostura, no pensaba, es que cuando se metieron con Max es como si su cordura se hubiera esfumado.

 

Si Maximiliano no la hubiera detenido, no sabe que hubiera sido capaz, ¿será igual si tuviera a Ángelo delante de ella? No dejaba de rondar esa idea por la cabeza jamás pensó que alguna vez disfrutaría viendo sufrir a alguien y ver la cara de Doña Elena retorciéndose del dolor, verla doblegada y casi arrodillada la había llenado de satisfacción porque estaba haciendo que pagara un poquito el dolor de un dulce niño como Maxito, no se sentía bien haber actuado así que ejemplo le daría a tantos niños que confían en ella, con los padres que durante horas le dan el poder de cuidar a sus hijos, por lo que trato de no pensar en aquella situación y concentrarse en el hombre que amaba que tenía la mirada dudosa, con los pensamientos muy lejos de ahí,   ya que no sabía dónde concentrarse, no se le ocurrió mejor idea que   en un rápido moviendo que lo sorprendió, se sentó sobre sus piernas haciendo que sus caderas   choquen con   el centro de guapo novio que automáticamente   respondía ante su dueña, porque para Maximiliano todo él era de ella y toda ella era de él.

 

—Ahora si me vas a responder y decirme ¿Por qué estás tan nervioso? ¿No quieres que vivíamos juntos? Es eso ¿Verdad? He sido muy apresurada, qué tonta —Dándose un golpe con la palma abierta sobre la frente. Mientras jugaba con el cuello de su camisa y lo ponía cada vez más nervioso, cuando acerco su rostro al cuello de él y lo aspiro provocando que el corazón de Maximiliano se acelerara como una locomotora, le era difícil articular pensamientos, pero eran nublados por la mujer sobre sus piernas que sabía cómo provocarlo cuando introdujo sus dedos dentro su   camisa, acariciando los bellos de su cuerpo.

 

—Si haces eso, no me dejas pensar en lo que quiero decirte, no todo es —Pasando saliva de manera brusca, quería ser serio, pero la risa de Mary se oyó en todo el auto y provocando que su corazón sintiera esa felicidad que solo su hijo y ella provocaban.

 

—Maximiliano Del Monte ¿Me está diciendo que no todo es sexo? El hombre que apenas entra en mi apartamento lo primero que haces es desvestirse y hacer que mi cordura se vaya por la ventana, el hombre que por las noches no respeta mi sueño y se mete por debajo de mis sabanas devorando todo mi centro y cada pliegue de él, el hombre que ni las duchas respecta porque no solo me pasa la esponja sino todo él por mi cuerpo besándolo desde la punta del pie hasta la punta de mi cabello.

 

Y era verdad, cuando la tenía cerca no podía contenerse y quería aprovechar cada minuto cerca de ella, quería oírla gemir, quería oírla gritar su nombre y decir que ella era suya, quería sentir ese poder de solo ser el que provoque sus más húmedos sueños y desencadenar esa fogosa mujer que había resultado ser.

 

—Te lo voy a decir, tienes razón, es que lo que te quiero decir es importante, no quería que vivas conmigo

 

Cuando se lo dijo Mary sintió que su corazón se rompía, trato de quitarse de su   cuerpo, pero era imposible él el sujeto más fuerte de aquellas caderas que lo estaban torturando desde hace varios minutos, para luego apoderarse de sus labios al hacerlo sintió como si le devolvieran el alma, para luego él pegar su frente con la de ella recuperando el aliento sintiendo su aliento sobre su rostro.

 

》 Si te digo que no quiero que vivamos juntos, es porque yo quería pedirte en un momento más romántico que SEAS MI ESPOSA y no sé si pedírtelo en medio del tráfico y sin un anillo sea lo apropiado, eres la mujer que amo, con la que imagino pasar todos los años que me queden de vida, quiero que me enseñes a amarte como te mereces, a veces soy algo bruto y dices que me paso de romántico, es que supongo que es porque tengo miedo de no ser lo suficientemente bueno para ti, de no ser lo que te mereces, y si no te he pedido que seas mi esposa desde la primera vez que hicimos el amor es porque quería que me creyeras y te dieras cuenta lo loco que me tienes.




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