¿vieja yo?

Una maldición llamada Milton..

- Sí. Gracias. – Grazno más que hablo. Algunos curiosos han visto la escena y están de cotillas, los desgraciados...- Con permiso. – Empiezo la huida de nuevo.

- Un momento. – Me dice y me detengo implorando que no vea quien soy. - ¿Eres tú? – Se acerca y se pone enfrente mío, gracias a Dios por las gafas y al sombrero por no haberse caído.

- ¿Tú? ¿Quién es tú? – Digo graznando nuevamente.

- Pues... tú, la que no me quiso decir su nombre.

- No sé de que habla. Tengo que irme. – Y camino de nuevo esta vez casi corriendo hacia los ascensores. Con alivio veo que alguien le habla y le detiene, pero le dice algo y le aparta y se dirige hacia mí, sin embargo llego al ascensor y las puertas se cierran, casi suspiro aliviada pero alguien detiene el ascensor para él, alguien muy solicito y que sabe con quien trata. Señor McAllister por favor suba, dice el zalamero. Gruño y la chica a mi lado me mira.

Sé que él va detrás de mí por que tiene curiosidad, seguro que nadie le había dejado atrás y huido de esa manera, digo, en otras circunstancias él estaría huyendo de mí y no al revés. Es hombre, es cacería para él, una vez que sepa quien soy se le olvidará, pero yo tendré que lidiar con Milton y su afán para echarme de la Empresa y no es mera neurosis, ese pequeñajo impertinente me tiene entre ceja y ceja, sino fuera por que aquí el pago es buenísimo me hubiera largado hace mucho. Todo mundo le hace espacio en el ascensor y yo bufo por toda esa zalamería, más de uno me mira y noto que él sonríe o medio noto por que las gafas las traigo puestas y no veo demasiado. Me tenso al ver como avanza hacia donde estoy y se pone a mi lado, empezamos a avanzar y veo que no dice nada, menos mal. Pero de pronto me habla y dice en voz alta.

- ¿Por qué sigues huyendo de mí? – Todo y todos se paralizan, es obvio que me habla a mí, pero sigo sin creérmelo. Me hago la loca y no digo nada. – E ignorándome además. – Continua. Volteo lentamente a verle y observo como toda su atención está puesta en mí. La de él y la de todos los demás de paso.

- ¿Perdón? – Atino a decir. El ascensor se abre en un piso y nadie sale, todo mundo a la expectativa. Aprovecho y salgo con él siguiendo mis pasos, escucho los murmullos y mi frente empieza a punzar. Nadie más sale pero solo por que nadie más lo hizo hace unos segundos y quedarían como chismosos declarados. Las puertas se cierran llevándose a todos con ganas de quedarse.

- ¿Y bien? Ya no hay donde correr – Me dice acercándose, estoy pegada al suelo, no puedo moverme. Con cuidado me quita las gafas, me levanta el cabello y ve mi frente verdosa. – Eres tú. – Dice sonriente y con un brillo intenso en la mirada.

- Si se refiere a la que suele caer a la más mínima oportunidad, sí, soy yo. – Respondo y me cubro la frente de nuevo apartando su mano. Doy un paso hacia atrás descubriendo que mis piernas funcionan de nuevo y elevo una mano hacia él – Mis gafas – le pido y al ver que no me las da intento quitárselas, él las aparta de inmediato y yo lo veo confundida.

- ¿Por qué ocultar esos ojos? – Me dice con voz profunda y me pone la piel chinita ¿alguien puso el aire acondicionado? parpadeo sin embargo y luego entorno los ojos al reconocer el tonito depredador. Macho Alfa en cacería.

- ¿Sabes? Esa línea la dejaron de usar en los 90s.

- Lo dije en serio – Sonríe – son de un verde oscuro que al mismo tiempo es muy intenso.

- Sí, claro. – Pongo los ojos en blanco y volteo hacia el ascensor, me he bajado mínimo diez pisos antes, al estar en Dirección, estoy en la última planta del Edificio.

No he dado ni un paso cuando las puertas se abren y sale Milton, cual ciervo moteado olisqueando con su nariz elevada buscando, seguramente buscándome a mí. Es hora de darle una pequeña lección, doy un paso hacia atrás sin girarme aun, denotando temor con ese movimiento y es que la verdad si le tengo un poco, Milton me ve y giro rápido hacia donde está Ethan quien parece observar todo con atención, sin pensarlo voy hacia donde él y me pongo detrás suyo usándolo como una especie de barrera humana, todas las señales de fémina buscando protección con Macho Alfa. La verdad es que estando sola hubiera sido el momento ideal para patear a Milton en la entrepierna y después aducir acoso sexual. Pero me conformo con esto, quizás me vea algo bruja y mala persona, pero él es horrible conmigo. Ethan lee mis señales correctamente.

- ¿Está todo bien? – Dice Ethan sin dejar de ver a Milton quien viene rápidamente hacia nosotros. No contesto y dejo que siga sacando conclusiones, si lo golpea aunque sea un poquito no me quejo, la verdad. Ando algo violenta ahora que me doy cuenta. Últimamente los hombres me inspiran eso: violencia. Aunque Ethan me inspira violencia pero en el buen sentido ¿esa existe? Besos violentos por ejemplo, con fuerza, frenesí, con intensidad... Vuelvo a la realidad al escuchar la profunda voz del hombre que tengo delante. - ¿Este quien es? – Me pregunta mientras Milton ya está enfrente señalándome con un dedo cual chiquillo acusador.

- Es de Personal. –Digo medio asomando la cabeza.

- ¿Por qué te escondes?

- ¡¿Qué haces aquí?! – Dice casi furibundo Milton y yo sonrío al ver como Ethan se tensa, casi es imperceptible pero lo noto en sus hombros, detecto molestia, sonrío más ampliamente. El bobo de Milton sigue avanzando hacia nosotros. - ¡Dije, que qué haces aquí! – Esta vez grita y yo empiezo a cabrearme, sin embargo una sola mano que Ethan pone en alto en señal de stop, logra detener al idiota de Milton.

- ¿Qué derecho tienes para gritarle así? – Le dice con voz mortalmente seria, oscura, amenazante... suena tan malditamente sexy. - ¿Es tu novio? – Me pregunta y yo doy un respingo.

- ¡Dios, no! – Respondo con vehemencia y frunzo el ceño al ver como Milton palidece un poco.

- Espero no vuelvas a hacerlo – Le dice Ethan con esa voz, esa condenada voz... - Si lo haces, estás despedido. – Añade sin más y Milton esta vez se pone rojo, creo que al final lo ha reconocido.



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En el texto hay: diversion, amor, liosromanticos

Editado: 21.12.2020

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