Encuentros lejanos
Me despierto sobresaltada, con lágrimas en los ojos y desconcentrada porque la niña de mi sueño se parece mucho a mi. Me quedo unos segundos más acostada en la cama con la mirada hacia arriba pensando en silencio.
Al final de un rato me levanto, voy hacia el baño a lavarme y a despejar mi mente de lo que acabo de soñar. Al salir del baño, optó por unos jeans azules oscuros e una sudadera roja, me pongo mis Adidas de color blanco, peino mi melena negra y bajo a desayunar.
Al bajar no veo a mi papá ni tampoco a mamá pero si una nota en la mesa. Cojo la nota y la abro para leerla:
Hola hija, perdón por no estar contigo en el desayuno pero he tenido una emergencia en el trabajo y tú mamá también tuvo que venir. Nos vemos en la noche. Te quiere tu papá.
Pd. En el salon tienes unos deliciosos gofres que tu mamá te ha preparado.
Dejo la nota donde estaba al principio y voy hacia el salón a comer. Me siento en el sitio junto a la ventana y empiezo a comer tranquilamente.
Al terminar de comer, me levanto de la mesa, cojo mi mochila, mi móvil y voy hacia la parada del autobús.
Salgo de casa, cierro la puerta con la llave y me voy.
Camino tranquilamente pensado en las cosas que he visto a través de mis sueños e intento comprenderlos, pero mis pensamientos son interrumpidos por culpa de un chico que casi me atropella con su bicicleta.
―Hey, casi me lastimas con tu maldita bicicleta!―le digo gritando y mirando hacia donde pedalea el. Pero, ni caso me hace.
Enfurecida, dejo de mirar al chico y sigo caminando hacia la parada del autobús. Al llegar ahí, me subo y cojo como siempre el asiento de atrás que es el que me gusta más e me siento tranquila escuchando música.
Cuando el autobús se para, me quitó los cascos, me los guardo en la mochila y bajo. En frente de la puerta de la academia, veo a mi mejor amiga Ayana que está mirando con una cara larga y, se que eso no es bueno.
- Hola Aya! Que tal estás?-.le digo sacando una sonrisa a fuerzo.
- Hola Mei, estoy súper bien y tú?-.me dice sarcástica.
- Bien y este sarcasmo a que viene?.
- Bueno, verás, nada más que hoy viene mi hermanito querido y, tendré que enseñarle toda la academia-.me dice volteando los ojos y con una cara de que se va a perder la merienda y el patio.
- En serio? Tú estás de mal humor porque le vas a enseñar la academia a tu hermano o porque te vas a perder la merienda y el patio?-.le digo aguantandome la risa.
- Pues si!
Al oir-la decir eso, empiezo a reírme descontroladamente.
- Venga ya, que cabrona!-.me dice cruzándose los brazos.
- Bueno.- dice al final.- Mejor entra tu Mei que mi hermanito querido está tardando y, cuando llegue, vamos a tener una charla muuuy larga!.- dice furiosa y a la vez con sarcasmo.
- Vale, te veo en la classe-.digo aguantandome la risa.
Me despido de ella y voy hacia mi aula. Al llegar en la classe, me siento en mi mesa, saco el libro de historia junto con una llibreta y un bolígrafo.
Por la puerta, entra la señora Bech con una sonrisa en su rostro diciéndonos:
- Buenos días alumnos! Como ya sabéis hoy a las 12:30 se celebrará el comité de bienvenida al nuevo director de la academia. Así que, no quiero que nadie falte a la reunión. Y esto es todo, ahora vamos a empezar la classe.
Empezamos con la clase y la señora Bech empezó a explicarnos sobre el descubrimiento de América y sus acontecimientos. Después de treinta minutos, por la puerta aparece Ayana.
- Señorita Ayana, que hora es está para venir a mi clase?-.dice la profesora furiosa por haberla interrumpido.
- Lo siento mucho señora Bech pero he tenido que esperar a mí hermano para llevarlo a su clase-.dice ella mirándola.
- Esa no es excusa para faltar a mí clase! Ahora ve a tu sitio y siéntate. Después ya hablaremos.
- Si señora.
Ayana le lanza una mirada asesina por la espalda y viene hacia la mesa.
- Bueno que me he perdido?.-me dice en voz baja e irónicamente.
- Nada importante, solo el descubrimiento de América y algunas cosas sobre el comité a las 12:30-.le digo con frustración.
- Genial, lo que me faltaba, que ahora me regañe está cotorra y después el comité.-dice volteando los ojos.
Al quedar solo un minuto, la señora Bech nos pone los deberes en la pizarra y suena el timbre.
- Señorita Ayana, tenemos que hablar -.dice con una sonrisa burlona en su rostro.
- Si señora Bech, ahora vengo-.dice mi amiga volteando los ojos.- Mei, nos vemos después vale?
- Vale -.me despido de ella con un abrazo y me voy directo hacia la biblioteca a despejar mi mente.
Ayana
Cuando todos del salón salieron, solo quedamos yo y la profesora de historia.
- Bien, ahora que todos se han ido, me puedes explicar porque siempre llegas tarde a mis clases y porque has faltado la semana pasada- dice cruzándose los brazos.
- Verá señora Bech, a usted no le importa mi vida. Y si quiero faltar a su clase pues faltó y ya esta. Y, antes ya se lo he dicho que había acompañado a mí hermano a su aula.
- Bien, supongo que no te importará que te expulsen por tu comportamiento!.
- Bien, que me expulsen si quieren, porque prefiero estar expulsada que estar en su clase escuchándola.-le digo eso y me marcho dejándola sola en la clase.
Salgo orgullosa de la clase por hacerle frente a esa cotorra y voy directo hacia la biblioteca donde esta Meira.
Meira
Estoy sentada frente la ventana leyendo tranquilamente, y, de pronto siento una mano cálida sobre mi hombro. Me volteo y veo a mi mejor amiga.
- Vaya, que rápida has ido con la charla con la señora Bech-.le digo mirándola.
- Si, así es-.dice volteando los ojos y sonriendo.
- Qué te ha dicho?
- Lo de siempre, porque falte la semana pasada a su clase y porque llegue tarde hoy.
- Y tú qué le has dicho?
- Me he disculpado.
- Segura? Sabes que no me lo creo porque somos amigas de hace años y se cómo eres.
- A si? Entonces como soy?-.me dice burlona.
- Pues vamos a ver, eres una cabrona que le plantea cara a todo el mundo y eres suuuuper sarcástica.
- Tú lo has dicho-.me guiña el ojo y empezamos a reírnos.
- Bueno, la verdad le dije que no le importa mi vida y ella me dijo que "seguramente no te importará que te expulse"-.dice imitándola.
- Vaya, eso sí que lo has clavado.
- Exacto!-.dice orgullosamente.
Después de la charla, nos levantamos de la mesa y nos fuimos hacia la clase que nos tocaba. Al llegar ahí, nos sentamos en las mesas para comenzar con la tortura.