Episodio 2

✨🌷 Hola, ¿estás disfrutando de la historia? Haz clic en seguir y dime tu opinión. 🌷✨

La carreta avanzaba por las calles adoquinadas, el crujido de la gravilla bajo las ruedas marcando el ritmo firme del trote de los caballos. En su interior, Lady Evangeline se cubría del frío matinal con el capuchón de su manto, mientras tamborileaba los dedos enguantados contra el asiento: cada golpe, una expresión de la impaciencia que hervía en su pecho.
«Clara Wellington.» El nombre le resultaba insoportable. Nunca, en todos los años que conocía a Damien, lo había visto tan fascinado por una mujer. ¿Cuántas veces intentó atraer su mirada sin éxito? Y ahora, él la miraba a ella como si fuera su único deseo.
Evangeline apretó los puños. «Los rumores solo fueron el comienzo. Necesitaba algo mayor. Irrefutable. Algo que ni siquiera Damien pudiera ignorar.»
Respiró hondo para calmar la furia que le quemaba por dentro, y sus labios se curvaron en una sonrisa lenta y cruel.
«Lord Whitaker…» Recordaba el escándalo de Lilian y Gabriel Sinclair. Él había intentado investigarles y aunque no tuvo éxito, su intención revelaba su disposición. Y esta vez, serviría a sus propósitos.

La silueta de la Torre de Londres apareció en el horizonte, como una cicatriz de otro tiempo. Evangeline corrió la cortina para observar mejor el edificio imponente.
Cuando la carreta se detuvo en la entrada, entregó un pergamino sellado —cortesía de Lord Carlisle, otro hombre que había confundido su deseo con importancia. El guardia leyó el documento, asintió y permitió la entrada.
Dentro, un hombre de uniforme impecable ya la esperaba.
— Lady Evangeline. Soy el director de la Torre. Lord Whitaker la espera.

Ella le dio la mano con gesto elegante, posando los dedos sobre su brazo. Avanzaron por un corredor oscuro, con paredes húmedas que olían a hierro, tiempo y secretos.
Cada paso resonaba como una promesa.
Evangeline sonrió.
«Es hora de despertar a Lord Whitaker… y convertirlo en mi arma.»

✨🌷 Hola, ¿estás disfrutando de la historia? Haz clic en seguir y dime tu opinión. 🌷✨

Clara bajó las escaleras, encontrando a su madre y al Duque ya sentados para el desayuno.
— Lilian y Gabriel salieron con los gemelos, pero volverán antes del almuerzo —informó Lady Penélope.

Clara tomó una tostada y la untó con mantequilla.
— Imagino que fueron al parque.

El Duque dejó el periódico.
— Tener niños les da la excusa perfecta para evitar las formalidades.
— ¿Y tú cómo sabes eso? —preguntó Lady Penélope.

Él le lanzó una mirada por encima de la taza de té, sin molestarse en contestar. Entonces, una criada entró y entregó a Clara un sobre sellado.
Ella reconoció la letra de Theo al instante y lo abrió con rapidez.
— ¿De Lady Theodora? —preguntó su madre.
— Sí. Me invita esta tarde al British Museum.

— Un plan educativo —dijo el Duque con sarcasmo.
— Un lugar ideal para estar lejos de las miradas curiosas —respondió Penélope.

Clara dobló la nota, pensativa. Una parte de ella se preguntaba si Damien también iría. Con Theo, nada era casual.
— Voy a responderle. Iré con ella.

— Decisión sensata —asintió Penélope.
— Esperemos que Lady Ashford no convierta la visita en un escándalo —murmuró el Duque.
— No puedo garantizar eso —dijo Clara con una sonrisa traviesa.

En otra parte de la ciudad, Damien sostenía una taza de café sin tocarla.
— Si no vas a beberlo, pásamelo —dijo Alexandre.

Damien le acercó la cafetera sin mirar.
— Tienes una adicción preocupante.
— Y tú una adicción preocupante… con cierta señorita.

— Hablábamos de café.
— Yo hablo de lo que importa. No necesitas fingir. Ese palco no estaba tan oscuro, Damien. Y la expresión de Lady Evangeline al marcharse… lo decía todo.

Damien masticó una tostada sin contestar.
— ¿Vas a negarlo? —insistió Alexandre.
— ¿Y si me das una lección de moral, puedo irme?

Antes de que pudiera responder, un criado le entregó un sobre. Damien reconoció la caligrafía.
— Qué curioso… —murmuró.
— ¿Notas secretas de Lady Ashford? —bromeó Alexandre, leyendo por encima de su hombro.

Damien abrió la nota.
— Una invitación al British Museum.

— ¿Y aceptarás?
— Depende.
— ¿De qué?
— De si Clara también fue invitada.

Alexandre leyó rápidamente y rió.
— Apostaría que sí.

Damien se levantó, tomó su chaqueta.
— Entonces, el museo acaba de volverse interesante.

— Finalmente, algo de cultura en tu vida —bromeó Alexandre, alzando su taza como brindis.
Damien le lanzó una mirada letal antes de salir.

✨🌷 Hola, ¿estás disfrutando de la historia? Haz clic en seguir y dime tu opinión. 🌷✨