✨🌷 Hola, ¿estás disfrutando de la historia? Haz clic en seguir y dime tu opinión. 🌷✨
A algunas galerías de distancia, Theo admiraba una colección de joyas egipcias cuando una voz masculina, profunda y aterciopelada, la sorprendió.
—Fascinantes, ¿no le parece?
Theo giró y encontró a un hombre alto, moreno, de ojos azules tan penetrantes que parecían atravessá‑la. El cabello oscuro, algo más largo de lo habitual y cuidadosamente trenzado, le daba un aire exótico. La barba delineada realzaba la firmeza del rostro.
—Impresionantes, sin duda —respondió Theo.
Él sonrió y se inclinó ligeramente.
—Permítame presentarme. Soy el príncipe Dmitri Alexandrov, antiguo heredero del trono de Cartia.
Theo lo evaluó con interés. Cartia… aquel pequeño principado que había sufrido un golpe de estado reciente.
—Lady Theodora Ashford. Así que tenemos realeza exiliada entre sarcófagos y pergaminos.
Dmitri dejó escapar una risa baja.
—Exploro nuevas posibilidades mientras mi país resuelve sus… desacuerdos.
—¿Y ha encontrado alguna posibilidad entre momias y jeroglíficos?
—Una —contestó él, con una mirada que no ocultaba nada—. Aunque aún no sé si vale la pena explorarla.
Theo sostenía el desafío justo cuando Clara y Damien aparecieron, demasiado compostos para disimular lo que querían ocultar.
—¡Qué coincidencia encantadora! —dijo ela.
Tras un breve intercambio, Theo presentó al príncipe. Dmitri saludó con cortesía, evaluando al grupo con interés. Antes de despedirse, lanzó a Theo una invitación para continuar la conversación en su residencia de Mayfair.
Ella lo observó marchar, los ojos brillando.
—Supongo que no fui la única que hizo un descubrimiento hoy —comentó Clara.
—Algunas piezas llaman más la atención que otras —dijo Theo, misteriosa.
✨🌷 Hola, ¿estás disfrutando de la historia? Haz clic en seguir y dime tu opinión. 🌷✨