Choques.
Nekane
Simplemente me río, y guardo la nota en el bolsillo trasero de mi pantalón.
¿Te volveré a ver chico de buen trasero?
Acabo con mi café, guardo las cosas y me voy directo a la registradora donde está la señora. ¿Cuántos años tendrá?, no tiene el pelo canoso..único que se lo pinte, pero yo le daría unos cincuenta años. Me recuerda a mi abuela, toda sonriente y generosa. Bella mujer.
—Vengo a cancelarle y de paso a pedirle disculpas ya que no lo hice enseguida al romper los platos señora, me dio un poco de vergüenza.
—No pasa nada corazón, pequeños accidentes que suceden, personas que no siempre encontramos al chocarnos.—Frunzo el ceño porque no entiendo por qué me dijo lo último. Se ríe.—Los jóvenes les falta ser más observadores,—Lo dice mientras se gira para atender a un señor con una sonrisa coqueta que le brinda a ella.—y no hablo de lo físico. Suerte corazón.
Se va.
Y, ¿suerte?.
Salgo del local y voy en rumbo a mi casa. A mi lindo hogar.
Después de 35 minutos llego y no veo a nadie, mis padres no están y eso es raro. Pero mejor, a pesar de aceptarlo sigo sin sentirme cómoda.
Voy subiendo al segundo piso para ir a mi cuarto, darme un baño y dormir.
Al pasar por el cuarto de mi madre, escucho gemidos. Oh no otra vez.
Creo que nunca me sentiré bien con esto.
Tonta Nekane Tonta.
Camino más rápido y entro a mi cuarto sin hacer el menor ruido. Asco es lo que siento.
Dejo la mochila encima de la pequeña silla que tengo a lado de la cama y comienzo a quitarme la ropa, saco las llaves de mi bolsillos. Reviso los de atrás y es cuando recuerdo lo que guardé en en uno de ellos, lo saco enseguida.
Pelinegra me debes un café
Hasta la próxima.
"Personas que no siempre encontramos al chocarnos".