Vikingo

Capítulo 1

―Dije qué. ¡No!― Cruzo mis brazos fingiendo estar molesta con mis amigas.

―Eres una amargada―Dice Glory.

―Solo será un rato― Murmura Mandy ―Vamos por fis, por fis― Entrelaza sus manos en forma de súplica.

―Me parece estúpido ir a una cosa de esas― Digo sentándome en el mueble de mi sala mirando a mis tres mejores amigas con cara de fastidio ―¿Ustedes no están muy grandecitas para creer en esos trucos estúpidos?― Bufo molesta.

―Y tú eres una amargada de mierda― Responde Glory molesta ―¿Acaso es mucho pedir que nos acompañes?― Ruedo los ojos.

―Tengo que cuidar a mis hermanos― Digo.

―Pues que se queden con la señora Carmen―Susurra Mandy ―No es la primera vez que los dejas con ella―Suspiro pesadamente, siempre mis amigas me terminan arrastrando a sus aburridos sitios.

―Está bien― Digo levantándome del mueble para ir a preparar a mis hermanos.

―Siempre es lo mismo, te gusta que te rueguen― Glory me ataca y yo solo camino ignorándola mostrando mi bello dedo del medio y escucho reír a mis amigas y un pequeño susurro.

―Perra―

― ¡Te escuché! ― Grito.

― ¡Lo sé!― Escucho su respuesta y río entrando a la habitación de mis pequeños hermanos.

Tengo veintiuno años y tengo la custodia de mis pequeños hermanos, Susana de diez y Óscar de ocho. Mis pequeños hermanos y yo somos la única familia, mi madre Cristina viajó conmigo desde Colombia cuando tenía cinco años. No recuerdo a mi padre y mucho menos a mis hermanos. Digamos que mi madre tuvo mala suerte con los hombres.

Conocía a un hombre y se enamoraba para después ser botada al saber de su embarazo, con ello tuvo dos hijos de padres diferentes y que nunca fueron responsables de mis hermanos y que jamás ellos pudieron conocer.

Crecí ayudando a mi madre con el Cáceres de la casa y cuidando de mis hermanos mientras estudiaba y mi madre trabajaba día y noche para poder darnos un techo y comida. Un día ella no llego a dormir y fue cuando nos dimos cuenta de que ella había muerto en un accidente.

Un conductor borracho la había atropellado.

En ese entonces yo era menor de edad, tenía quince y mis hermanos muy pequeños cuando eso sucedió. Al no tener familia íbamos a ser enviados a un hogar de adopción, pero la señora Carmen se apiadó de nosotros y nos adoptó temporalmente hasta que fui mayor de edad y pude tener la patria potestad de mis hermanos. Desde entonces soy su tutora y la encargada de darle un techo y alimento; sobre todo que estudien y puedan ser algo mejor de lo que yo pude ser.

Mientras estudiaba, trabajaba y ayudaba a la señora Carmen con los gastos. Luego, al hacerme cargo, nos fuimos a vivir a un pequeño departamento y terminé mi preparatoria y empecé a estudiar de noche para poder inspirar un futuro mejor, pero tuve que dejarlo para poder costear los gastos de la casa.

El poco tiempo que me queda libre lo paso con mis hermanos o estudiando por internet. Hago lo que puedo, como puedo. A veces quisiera que las cosas fueran diferentes, pero no podemos cambiar lo que pasó.

Adoro a mis hermanos, haría lo que fuera por ellos. Son lo único que me queda, aparte de la señora Carmen, que siempre ha estado con nosotros y mis amigas Glory, Mandy y Laura. Mi única familia.

Por esa razón, cuando puedo tener tiempo libre, mis amigas me arrastran con ellas para poder divertirme un poco, pero es complicado hacerlo cuando tienes tantas responsabilidades en tu cabeza.

Ahora mis amigas se han ganado cuatro boletas para ver a un ridículo mago y son un grano de culo cuando se lo proponen y no descansan hasta irme con ellas para que supuestamente me divierta. Como si me fuera a divertir viendo unos estúpidos trucos de mierda en vez de estar en cama leyendo algunos de mis libros eróticos o románticos donde puedes sentir como si tú fueras la protagonista de esas historias y por un momento tu vida cambiarla por ella.

¡Pero no! Tenían que aparecer justo cuando estoy en el mejor momento de la novela y llevarme con ellas.

―Puedes dejar esa cara― Glory golpea mis costillas con el codo.

― ¡Oye estúpida! ― Le devuelvo el golpe y la escucho bufar.

Estoy en esta estúpida sala esperando que empiece el estúpido show con las estúpidas de mis amigas. Gruño.

Amo a mis amigas, cada una tiene su personalidad.

Glory es la más altanera, malgeniada y siempre está cuando la necesitas. Mandy es dulce, cariñosa y cobarde para algunos sucesos, como cuando te cortas o te lastimas, ella no puede ver sangre y sale corriendo. Laura es la más callada, inteligente y es la que siempre te hace poner los pies sobre la tierra ¿Y yo? Soy una combinación de todas y a la vez nada. Pero las cuatro somos el mejor equipo.

―Tengo hambre― Susurro solo para molestar a Glory.

―Cállate― Toma un mechón de mi cabello y lo jala.

―Estúpida― Golpeó sus costillas y ella vuelve a jalar mi pelo.

― ¡Basta!― Murmura un poco alto, Laura ―Siempre tienen que comportarse como niñas― Nos señala.

― ¡Ella empezó! ― Glory y yo nos señalamos con el dedo.

―Por favor niñas, ya el acto va a empezar― Mandy pone su dedo en la boca y señala la tarima.

Ambas bufamos y nos erguimos para prestar atención al acto. Como era de esperarse, Glory y yo empezamos a burlarnos de los actos destrozos que hacía el pobre mago. Este cada vez se ponía nervioso por nuestro bullicio y hacía reír al público. Laura negaba con la cabeza y Mandy cada vez se encogía en su asiento.

―Necesito alguien del público que por favor me pueda ayudar en el siguiente acto― Dice el mago y busca entre el público, pero nadie se ofrece.

―Ella― Grita Glory a mi lado y me señala. Abro los ojos y cuando trato de replicar, la muy estúpida me ha jalado del brazo para levantarme del asiento y me ha empujado hacia el mago, quien me logra sostener antes de que mi bello rostro impacte en el suelo.



#716 en Otros
#229 en Humor
#1831 en Novela romántica

En el texto hay: humor, familia, vikingos

Editado: 13.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.