― ¡Bájame!― Grito tratando de empujarlo para que me suelte, pero el maldito me tiene presionada a su musculoso cuerpo ― ¡Que me bajes, he dicho!― De un momento a otro el gigante detiene su caballo y me lanza como si nada al suelo haciendo que me golpee mis manos y piernas ― ¡Que te pasa imbécil!― Grito poniéndome de pie ― ¿Acaso estás demente? ¡Pude haberme lastimado!― Mierda, desde el suelo lo veo más grande.
El imbécil empieza a dar vueltas despacio en su caballo mientras me examina. Aprovecho yo para hacer lo mismo poniendo las manos en mi cintura. No sé en qué mierda me han metido mis amigas porque estoy segura de que esto tiene que ver con ellas.
Pero lo que no saben es que yo puedo jugar mejor que ellas.
―Sin ropa me veo mejor― Susurro cruzando los brazos en mi pecho como si no me importara, pero me arrepiento al ver al dios griego saltar de su caballo y acercarse hacia mí ― ¿Qué haces? ― Pregunto asustada ―Es mejor que guardes tu distancia machote― Pongo mis manos en su pecho para evitar que su pecho toque el mío. De nuevo un grave error. El gigante toma mis manos y en un movimiento ágil me tumba en el suelo con él encima de mí ―Bájate―Me remuevo, pero este se presiona más en mí― ¡Mierda! ¡Que me sueltes!― Grito desesperada.
―Quieta― Dice con voz ronca, tan ronca que hace detenerme y por un momento nos quedamos mirando a los ojos y mi corazón empieza a bombear de prisa ―Eres hermosa― Susurra y antes que pueda decir algo tengo sus labios atacan los míos con fiereza.
Su barba pica y trato de mantener la boca cerrada para que su lengua no entre a mi boca, pero esta bestia aprieta tan fuerte su agarre en mis manos que hace que suelte un gemido de dolor y es cuando aprovecha para meter su lengua en mi boca y me invade con fuerza. Su lengua entra por completo en mí evitando que pueda respirar.
Es un animal completo, como puedo levanto mi pierna dándole justo en su parte íntima haciendo que me suelte. Aprovecho para poder respirar de nuevo y me arrastro como puedo lejos de su cuerpo y limpiando mi boca que la ha dejado completamente babeada.
¡Qué asco!
― ¿Acaso no sabes besar?― Me levanto jadeando y sin verlo venir me estrella contra un árbol.
Gimo del dolor, mi espalda arde por el fuerte golpe y este tipo aprieta mi cuello con fuerza. Me empiezo a desesperar por la falta de aire ¿Acaso se está tomando bien el papel de salvaje?
Forcejeo y golpeo con mis pequeñas manos su cuerpo tratando de alejarlo de mí, pero el maldito aprieta más fuerte. Observo sus ojos que me miran con furia, pongo mis manos en su rostro y aprovecho para meter mis pulgares en sus ojos lastimando el lagrimal de ellos. El hombre de las cavernas me suelta y grita y empiezo a toser tratando de llenar de aire mis pulmones.
Cuando pienso que todo ha terminado, el maldito empuña mi pelo con su mano y empieza arrastrarme a no sé dónde.
Este maldito se está pasando conmigo, pero si quiere guerra, guerra va a tener.
Como pude, traté de agarrarme del pasto bajo mis manos, pero al ser arrastrada terminó arrancándole. La bestia se detiene y es cuando aprovecho de tomar una roca que está a mi lado y me levanto con ella.
―Mira maldito, imbécil, te estás pasando con tu papelito y más te vale que no vuelvas a tocarme o si no...―El hombre se acerca a su caballo y saca unas sogas de ellas ¿Acaso piensa amarrarme? Está loco si cree que lo voy a permitir.
Cuando lo veo acercarse hacia mí, le lanzó la roca que cae justo en su cabeza.
Abro los ojos cuando veo que sale un hilo de sangre de ella y observo como se toca la herida y mira su mano con sangre y levanta la mirada llena de furia.
¡Oh no!
Me doy la vuelta para salir corriendo y por un momento volteo mi rostro para ver por dónde está, grave error. Lo veo delante de mí y observo como levanta su mano formando un puño que va directo a mi rostro y siento un fuerte dolor antes de sumergirme en la oscuridad.
Editado: 13.03.2023