Me remuevo y gimo al sentir que mi cabeza va a estallar. Mierda, que sueño tuve.
Al tratar de levantar mis manos me doy cuenta de que algo lo impide que lo haga. Abro mis ojos y me encuentro en una habitación que no es la mía y una cama dura. Miro hacia abajo y mis manos y piernas están amarradas con una soga gruesa.
Hijas de puta, esto les va a salir caro a mis amigas, de verdad se pasaron con esta payasada. Me remuevo y siento palpitar mi rostro, trato de tocarme, pero no alcanzo con mis manos y cuando levanto mi cabeza para mirar alrededor un gemido de dolor sale de mis labios.
Mierda, todo mi cuerpo me duele, mi rostro, mis manos, mis piernas y mi espalda me están matando.
― ¡Alguien que me ayude! ― Grito y no escucho nada ― ¡Ayuda!― Escucho unos pasos y la puerta es abierta con fuerza. Trago saliva al ver el rostro de aquella bestia. Joder, ese hombre sí que es un Adonáis completo. Tiene su torso descubierto, solo un pantalón horrible lo acompaña, mi garganta se seca y con solo pensar en pasar mi lengua por aquel pecho me hace palpitar mi entrepierna―Me puedes soltar maldito animal― Digo tratando de mantener la calma, mientras veo como me observa ―En serio chico, no sé cuánto te hayan pagado mis amigas, pero esto se acabó― Susurro cansada ―Te has pasado con el golpe y no solo...― Me quedo muda al ver cómo camina hacia mí y saca un enorme cuchillo de su espalda ―¡Espera! ¿Qué vas a hacer?― Murmuro nerviosa a punto de hacerme pis encima.
―Quieta― Susurra de nuevo esa voz que me hace sentir cosquillas.
― ¿Pero qué?― Toma la soga y la jala hasta levantarme.
―Si gritas de nuevo, degollaré tu cuello― Dice y mi corazón se agita ―Si me golpeas, te degollaré el cuello― Trago saliva ―Si corres, te degollaré el cuello― Humedezco mis labios y observo que no le pasa desapercibido mi movimiento así que aprovecho para hacerlo de nuevo en forma provocativa ―Sí...―Su voz suena más ronca ―Si tratas de huir te...―Lo interrumpo.
―Sí, ya se me degollará el cuello― Ruedo los ojos ― ¿Acaso hay algo que pueda hacer para que no me degüelle?― Pregunto seductora y me acerco hasta que mis manos tocan su pecho. Su cuerpo se tensiona y aprovecho para acercarme hasta su oreja y lanzó un pequeño gemido y le susurro ― ¿Sí gimo tu nombre también vas a degollarme?― Pregunto provocando. Su pecho sube y baja con fuerza y lanzo un grito al sentir que soy empujada al duro colchón― ¡Oye! ¿Qué vas a hacer? ― El hombre desata la soga que envuelve mis manos y piernas.
Me tensiono al ver su cuerpo cerca al mío, su cuchillo pasa por mi mejilla y va bajando despacio hasta llegar al borde de mi blusa, es de tiras y se pega muy bien a mi cuerpo. Mi pecho sube y baja aceleradamente y jadeo abriendo los ojos al ver que con solo tocar el borde este se abre por la mitad.
Mierda sí que tiene filo ese cuchillo.
Este hombre se queda observando el encaje de mi brasier, lo mira extraño y baja el cuchillo y lo pone del medio como para cortarlo, pero antes que lo haga lo detengo.
No quiero terminar sin ropa interior.
―Espera... Si quieres verme desnuda lo puedes pedir y no tener que romper mi ropa― Controlo mi voz que sale un poco ronca por la excitación que me da este hombre con solo mirarme.
Me mira y se separa de mí dándome espacio.
―Desnúdate― Su voz grave me excita, pero lo que más me pone es escuchar el tono de que lo dijo, no me lo pide, me lo ordena.
―Como ordene su majestad―Murmuro con sarcasmo.
―No soy un rey, soy el guerrero de mi tribu y…―Levanto la mano interrumpiéndolo.
―Sí. Sí, como sea.
Me levanto del camastrón y me pongo delante de él. Muerdo mis labios para provocar, él no pierde detalle de ningún movimiento de mi cuerpo. Por un momento me detengo a pensar si no está de más acostarme con él, la verdad llevo meses con abstinencia y mis amigas lo saben.
Mierda me acostaré con un completo desconocido, pero con uno que vale la pena.
¿Acaso te olvidas que él te golpeo y te arrastro hasta este horrible lugar?
Mi mente es un caos y aunque debería estarlo apuñalando con su propio cuchillo, no puedo negar que este manjar de hombre me calienta como el infierno.
Pongo mis manos hacia atrás para desabrochar mi pequeño brasier de encaje, con movimientos sensuales lo dejo caer por los lados la tiras hasta que cae completamente al suelo. Este hombre me mira con lujuria, con hambre, como si fuera el mejor plato o lo más hermoso.
Follátelo y después lo matas.
Sí, claro. Como si de verdad pudiera matarlo, pero sin duda le daré un escarmiento para que le quede el recuerdo que conmigo no se meten. Además, esto sin duda es parte del plan de mis amigas y las haré pagar con sangre lo que me hicieron. Puede que sea fanática de la novela, los hombres son cavernícolas y están obsesionados con sus mujeres, pero esto es el colmo.
Tomo los botones de mis jeans y los abro despacio tomándome mi tiempo y con movimientos de un lado a otro lo deslizó por mis caderas, muslos y piernas, pero cuando llega abajo me doy cuenta de que no me he quitado mis vans, así que sonrió en forma de disculpa y me quito mis zapatos con mi propio pies y poder sacar por completo el pantalón.
Observa mi panti y lo veo relamer sus labios. Es una pequeña y sexy tanga que hace juego con el brasier. Se levanta y se da la vuelta observando mi cuerpo. Cierro los ojos al sentir su aliento en mi cuello y cómo va dejando pequeños besos en él.
Gimo al sentir su mano envolver unos de mis senos, se siente áspera, callosa, pero eso no impide sentir como toca delicadamente mis pezones. Mierda, este hombre me va a volver loca.
Respingo al sentir su virilidad en mi cintura y como se cierne en mi cola ¿A qué horas se desnudó?
―Qué extraño atuendo es que el que traes, pero es exquisitamente delicioso verlo puesto― Dice con voz ronca en mi oído hacer que me erice más la piel al sentir su barba. Muevo mis caderas hacia atrás y él mete mi mano dentro de mi panti. Lo siento tensionarse y me voltea brusco ― ¿Qué edad tienes?― Pregunta y baja mi panty y mira con horror al ver mi coño depilado ― ¿Acaso eres una niña?―Dice con dureza y se separa de mí en busca de su ropa ―No me interesa las crías― Me mira de reojo ―Aunque te veas como si fueras una mujer nunca...―Lo interrumpo.
Editado: 13.03.2023