Viktor

Capítulo 09. Cambio de Guardia

VIKTOR

Por
WingzemonX & Denisse-chan

Capítulo 09.
Cambio de Guardia

La cocina de la casa de campo de impregnó con el aroma del pastel de manzana una vez éste se encontró en el horno. Melissa observaba de cuclillas frente la ventanilla como el pastel se cocinaba lentamente. Aunque había ayudado lo más que pudo, lo cierto era que casi toda la preparación la había realizado la oficial Williams directamente.

Melissa no estaba acostumbrada a ver a Nuitsens realizar tales tareas por su cuenta. En la casa de los Montallo, todo lo que implicara cocinar o limpiar, era responsabilidad de sus compañeros y ella. Pero en el tiempo que llevaba ahí, conviviendo con esas personas, se pudo percatar de que no era necesariamente igual en todas partes. Quizás la oficial Williams había crecido en una casa en donde los siervos cumplían otro tipo de funciones, o quizás una en la que en realidad no contaban con alguno a su servicio.

El oficial Stillion había comentado antes que la oficial sería una buena esposa, al elogiar sus habilidades de cocina. ¿Para los Nuitsens el saber cocinar era algo importante para contraer matrimonio? Bueno, no recordaba nunca haber visto a la Srta. Illia cocinar, aunque su señora igualmente tampoco estaba casada. ¿Podría uno estar relacionada con lo otro?

«¿Por qué piensas en esas cosas que no te corresponden?» se reprendió Melissa en su propia mente. A ella no le concernía cuestionarse porque su señora seguía sin contraer matrimonio o no. Esos asuntos eran demasiados complicados para una simple sierva como ella.

Después de todo, eso del “matrimonio” era un concepto meramente Nutisen. Los siervos no se casaban; al menos, no hasta dónde Melissa tenía entendido.

—¿Cómo va? —preguntó Jolly de pronto con curiosidad, poniéndose de rodillas a su lado para también echar un vistazo.

—Creo que bien —respondió Melissa con una media sonrisita—. Lo revisaré en unos minutos más. Pero sólo por el olor, puedo decir que quedará delicioso.

—Eso espero —indicó Jolly con optimismo—. Tuve que modificar un poco la receta de mi madre para adaptarla a los ingredientes que teníamos a mano. Espero no haberla arruinado.

—Estoy segura que no —pronunció Melissa rápidamente con convicción—. Cada vez que ha cocinado en estos días que llevamos aquí, lo ha hecho muy bien. Será una muy buena… esposa… así como dice el oficial Stillion.

Melissa sonrió y observó a Jolly con atención. Esperaba que sus palabras la halagaran de alguna forma, pero lo que notó en el semblante de la oficial resultó ser un poco… distinto.

Jolly primero pareció sorprenderse por el repentino comentario, quedándose unos segundos con los ojos bien abiertos y azorados. Luego, cuando le fue posible reaccionar, agachó la mirada, y sus facciones dibujaron un semblante un tanto apagado, muy diferente al rostro iluminado que siempre tenía. Era como si abruptamente alguien hubiera soplado las velas, dejando todo en oscuridad.

—¿Está bien, oficial? —le cuestionó Melissa, preocupada—. ¿Dije algo malo?

—¡No!, ¡para nada! —exclamó Jolly de inmediato, forzándose a sonreír despreocupada, pero sin lograr parecer del todo sincera al hacerlo—. Estoy bien, no te preocupes. Sólo… me acordé de algo, pero no importa.

Melissa inclinó su cabeza hacia un lado, y observó a Jolly con curiosidad. Era genuinamente extraño verla comportarse de esa forma. Por primera vez en ese tiempo que llevaba de conocerla, sentía que detrás de esa sonrisa amistosa y esos ojos brillantes, se oculta algo; algo que la oficial no quería que ella, o nadie más, vieran.

—¿No le agrada hablar sobre ser una esposa? —susurró Melissa, vacilante.

Jolly respingó un poco por la pregunta.

—No es eso —masculló con dejo nervioso, girándose hacia un lado como si quisiera rehuir de su mirada—. Es… complicado.

—Entiendo —musitó Melissa despacio, y agachó su mirada, abatida—. Sólo soy una sierva, y sé que no puedo comprender ese tipo de asuntos complicados. Discúlpeme por favor por haberla molestado.

—¿Qué? ¡No! —exclamó Jolly de pronto, alarmada—. ¡No, Melissa! Eso no fue lo que quise decir.

—Pero es verdad —suspiró Melissa, apenada—. Yo no entiendo muy bien cómo funciona eso de casarse. Y siento que cada conocido que me lo intenta explicar tiene una idea distinta.

De pronto, una pequeña sonrisita se asomó en sus labios; una sonrisa que parecía casi alegre.

—Pero una vez alguien me dijo que es un acto de amor verdadero, en donde dos Nuitsens se hacen la promesa de unir sus vidas para siempre. No me queda del todo clara la idea, pero me parece algo… lindo.

Jolly la escuchó con atención mientras relataba aquello. Su rostro era una máscara indescifrable, incapaz de transmitir cuál era su sentir directo sobre aquella descripción de lo que debía ser un matrimonio. Una idea linda, en efecto, y que ella estaba segura debía encajar muy bien en las historias de varias parejas, incluso en algunas que ella conocía.

Sin embargo, lindo no sería la primera palabra que ella elegiría en su caso.

—Sí, supongo que sí lo es —susurró reflexiva, volteando de nuevo a mirar hacia el horno, y al pastel en preparación—. O así debería de ser al menos. Pero, mi prometido… Bueno, él y yo… Lo nuestro no es así.



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En el texto hay: vampiros, hombres lobo, detective

Editado: 08.02.2025

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