Vínculo

CAPÍTULO I

"Amenazas Ocultas"

Sienna

La pasarela se desplegaba majestuosa, una franja de luz que se adentraba en la oscuridad de la sala. 

Una hilera de reflectores brillantes se alineaba a ambos lados, proyectando rayos de luz resplandeciente sobre la pasarela, como estrellas que guían el camino hacia el centro del escenario. 

La atmósfera estaba cargada de anticipación y expectación palpable en el aire que vibraba con la emoción del público expectante.

El suelo de mármol blanco reflejaba los destellos de luz que se deslizaban por encima, creando un efecto de caleidoscopio que realzaba la elegancia del lugar. A lo largo de la pasarela, enormes pilares decorativos, ornamentados con arreglos florales en tonos vibrantes, dividían visualmente el espacio, agregando un toque de sofisticación al entorno.

La iluminación suavemente difusa, proveniente de lámparas colgantes, creaba un ambiente de ensueño, bañando la pasarela con un brillo tenue que resaltaba los contornos de los modelos mientras caminaban con gracia y confianza. El sonido constante de los flashes de las cámaras se mezclaba con una música de fondo suave pero enérgica, añadiendo ritmo y emoción a cada paso que daban los modelos.

Al final de la pasarela, un gran telón de fondo, elegantemente diseñado, destacaba la marca de mi colección, proyectando una imagen de modernidad y estilo. Todo el conjunto estaba cuidadosamente dispuesto para realzar la belleza y la creatividad, como si cada detalle estuviera coreografiado para deslumbrar y cautivar a la audiencia.

De lejos podía observar a mi mejor amiga sonriendo y tomando fotos mientras yo modelaba con elegancia y confianza, mostrando creatividad y pasión por la moda.

Se escuchaban fuertes aplausos mientras desaparecía de la pasarela, esta vez sí que me costó hacerlo por lo que estaba un poco nerviosa, era mi oportunidad de estar frente a diseñadores extranjeros y muy importantes. 

—¡Esa es mi hija! —escuché la voz de papá gritar de fondo y yo río por lo bajo.

Me dirijo al camerino y Ayla, mi mejor amiga se acerca con una sonrisa radiante y ojos brillantes de emoción.

Una vez dentro ella casi grita.

—¡Sienna, fue increíble! ¡Estuviste absolutamente deslumbrante en la pasarela! No puedo creer lo asombrosa que estabas. ¡Simplemente arrasaste!

Ella me abraza.

—Gracias, Ayla —sonrió tímidamente—. Significa mucho viniendo de ti. Estaba un poco nerviosa, pero creo que todo salió bien.

—¡Nerviosa dices! No lo parecías en absoluto. Tu confianza, tu gracia al caminar, la forma en que llevaste cada pieza de la colección... ¡Fue magistral! Cada mirada, cada gesto... dejaste a todos sin aliento. Estoy segura de que aceptaran tus diseños.

Esas son las palabras reconfortantes que necesito.

—Realmente aprecio tus palabras —digo emocionada— es un alivio saber que el esfuerzo valió la pena. Pero, ¿qué hay de ti? ¡Tus diseños fueron increíbles! ¡La audiencia quedó encantada!

Ella ríe emocionada.

—¡Ah, Sienna! Siempre tan considerada. Pero hoy es tu día. Este desfile ha sido todo tuyo y has brillado como una estrella. Estoy tan orgullosa de ti. ¡Realmente lo has hecho de maravilla!

—Otra vez gracias, Ayla. Eres una gran amiga y tu apoyo significa mucho para mí. 

—Estoy emocionada de haber sido testigo de este momento contigo —ella me abraza—. Sabía que tenías talento, pero hoy demostraste un nivel completamente nuevo. ¡Eres increíble!

—Me gusta darte cumplidos siempre, así que hiciste que cada atuendo fuera único, como si contaran una historia por sí mismos. No puedo esperar a ver qué sorpresas nos tienes preparadas para la próxima temporada.

—Tengo algunas ideas —digo entusiasmada— que podrían ser muy emocionantes. 

—Lo ves, eres una verdadera inspiración, Sienna. Por cierto, tu padre está esperando afuera, te dejo para que te vistas.

Asiento.

Agarro un vestido de color anaranjado que es suelto hasta las rodillas. 

Ayla suele ser una persona muy entusiasta porque a ella le gusta demostrar cuán agradable pueden ser los demás. Hemos sido amigas desde la infancia, así que llevamos años manteniendo la amistad. 

Agarro mi bolso y salgo del camerino.

En una esquina del salón, el desfile estaba en su apogeo, los flashes de las cámaras iluminaban la pasarela y la multitud aplaudía con entusiasmo. Salí radiante con mi vestido, y buscaba entre el público con una sonrisa anhelante. Al encontrar a mi padre, lo vi pálido, con el teléfono casi temblándole  la mano.

—Papá, ¿estás bien? —me acerqué preocupada—. ¿Qué pasa? Te ves pálido de repente.

Veo que guarda rápido el móvil.

—No, no pasa nada, cariño —dijo forzando una sonrisa—. Solo... un mensaje inoportuno. Nada importante.

Insisto.

—Papá, no parece "nada" para nada. ¿Qué ocurrió? Estás alterado.

Mi padre tragó saliva y me miró en un intento de calmarme.



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En el texto hay: empresa, guardaespaldas, empresarios mafia y familia

Editado: 07.12.2023

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