Vínculos

2 - Alara - 1

Alara estaba viendo a su alumno entrenar en el hangar mientras la nave se detenía frente a Palanhi. Allí pudo ver en su máximo esplendor el continente principal del planeta. Shin saltó desde el suelo para acercarse junto a Mirabella, que había pasado la mayoría del viaje junto a ellos. En los días que compartieron, Alara solo aprendió que era una gran tiradora. Su alumno no había tenido mejor suerte, ya que la mujer parecía desconfiar de él. Sudado, Shin se acercó a la ventana para ver el planeta con detenimiento mientras ella intercambiaba una mirada con su protegida.
"¿Cómo contactas a tu gente?" Preguntó con curiosidad la jedi.
"Solo necesito acceso a una terminal." Dijo con seriedad Mirabella.
"Nos van a dejar en un pueblo mientras ellos hacen lo que necesitan hacer." Dijo pensante Alara.
"Entendido." Dijo pensante Mirabella.
Alara sintió la mirada del comandante que los llamaba. Un pequeño grupo de soldados subieron a la nave de tropas para descender a la superficie. La nave los dejó detrás de unas palmeras. El viento estaba seco y lleno de polvo. Su alumno estaba sonriente, como siempre que visitaba un planeta nuevo. Nunca iba a perder su espíritu aventurero. Mientras caminaban hacia el pueblo, notó que ahora era más alto que ella y ya se notaba muchísimo el entrenamiento que hacía todos los días. Su cabello ya estaba atado sobre su cabeza en una pequeña coleta.
"¿Desde cuándo eres más alto que yo?" Preguntó divertida Alara.
Shin se acercó para comprarse con la mirada.
"No lo había notado." Dijo apenado. "Lak dice que todavía me falta un poco..."
"Estás más... atlético que cuando nos conocimos. Cosa que es normal cuando entrenas como un jedi." Aclaró divertida Alara.
"Todavía no se mueve como un jedi..." Opinó de un lado Mirabella.
"Es cierto, le falta experiencia..." Agregó divertida Alara. "Es solo cuestión de tiempo, Shin."
Cuando Shin iba a responder fueron interrumpidos por una horda de pasos mecánicos. Frente a ellos se acercó una docena de robots listos para pelear, sus armas estaban apuntadas a ellos. Estos eran de los nuevos modelos de batalla que se usaban en el Imperio, estaban pintados de negro y lo único peculiar era la marca de los mandalorianos en sus hombros. Detrás de ellos había un mandaloriano. Su armadura era roja y tenía el sello de su clan en el pecho. Su casco había perdido un cuerno y parecía que su armadura era metálica. Alara notó una manguera que conectaba a su mano izquierda y estaba segura que podía volar o planear con sus propulsores ocultos en sus botas y espalda. Shin se detuvo a su lado, listo para pelear.
"¿Dos jedis? No sabía que la República rompía los tratados con tanta facilidad." Dijo divertido el hombre de la armadura.
"Solo estamos protegiendo a nuestra amiga..." Dijo divertida Alara. "Shin, quiero que analices con cuidado la situación..." Agregó sin mirarlo.
"Maestra..." Dijo con seriedad el muchacho, que ya sabía que tenía que hacer.
"¿No puedes hacerte a un lado? No era mi intención matar jedis hoy..." Dijo distraído el mandaloriano mientras atravesaba la línea de sus robots para hablar con ellos. "Mi nombre es Mordo y voy a hacer lo necesario para terminar con esa recompensa entre mis manos."
"Parece que estos cazarrecompensas son parlanchines." Dijo divertido Shin.
Los robots prepararon sus armas, pero Alara sabía que no iban a disparar, ya que su alumno no había reaccionado a ellos.
"Mordo, no queremos pelear contigo o tus robots, pero si nos obligas terminaras arrepentido por tus decisiones." Dijo con seriedad Alara.
"No eres la primera jedi que me cruzado en el camino, pequeña..." Dijo jocoso Mordo.
Alara notó la tensión en los pies de Shin y supo que tenía que hacer algo. Dando un cachetazo al aire formó una nube de polvo entre ellos y los robots. Los disparos no se hicieron esperar, los láseres rojos cortaban con facilidad el polvo. Su sable repelió todos los ataques mientras Shin hacía lo que ella había planeado, llevarse a su protegida hacia el pueblo. Antes de que el polvo se disipe, usó su habilidad para perderse en la arena y ocultarse entre los árboles que había cerca. Mordo los buscó con la mirada para dar un pisotón hacia el suelo. Ella sabía que debía intentar achicar los números que tenía en contra. Usó su telequinesis para partir la rama de un árbol y lanzarla sobre Mordo, que no esperaba eso de ella. Con un salto frontal terminó entre los robots, derrotando un par con un giro de su sable. Ella también había estado entrenando, si había algo que había aprendido de su alumno era que no podía conformarse con el estado de sus habilidades. Los robots se percataron de su presencia justo cuando ella hacía un gesto con su mano para hacer otra nube de polvo. Los disparos no se hicieron esperar. Su sable rebotó un para hacia Mordo, pero su armadura parecía inmune a ellos, ya que rebotaron como si hubiesen sido repelidos por su sable, removiendo un poco de la pintura roja que tenía sobre ella. Alara desactivó su sable para perderse otra vez en el polvo mientras escuchaba los cohetes de su contrincante. La nube todavía era más alta que ella, así que solo iba a encontrarla cuando activara su sable. Alara solo activó su arma para derrotar otro par de robots y terminar saltando del polvo directo al pequeño grupo de árboles. Mordo estaba en el aire armando algo. Alara notó que lo que estaba armando era un rifle y este era del mismo material que su armadura. El disparo era azul y atravesó con facilidad el árbol que estaba a su lado.
"Ya vi tu truco, jedi. No va a volver a funcionar..." Dijo el hombre desde las alturas. "Nadie va a poder salvar a tus amigos..."
Alara sabía que tenía que ayudar a su aprendiz, pero primero iba a tener que lidiar con sus problemas. No había nada en los alrededores para ayudarla, ya que el pequeño grupo de árboles donde estaba no iba a protegerla para siempre. La jedi sabía que tenía que aprovechar sus oportunidades, pero cuando iba a hacer algo escuchó a los robots moverse hacia el pueblo. Sin por hacer nada al respecto se dispuso a pelear con su oponente. Este estaba en las alturas y parecía que su arma era de larga distancia, cosa que la desfavorecía, ya que su sable era lo opuesto. Mordo daba vueltas sobre ella buscando una oportunidad para dispararle. El primero pasó cerca de su hombro y el segundo cortó la rama del árbol que la estaba protegiendo. No le quedaba mucho tiempo. Lanzó su sable entre las ramas de los árboles para que Mordo esquivara con facilidad. Mientras su espada se perdía detrás de su enemigo, usó su telequinesis para lanzar la rama que tenía a su lado distrayendo a Mordo lo suficiente para que su sable volviera a atacarlo, cortando una de las mangueras que salían de su traje. El mandaloriano empezó a girar en el aire mientras descendía, perdiendo un líquido oscuro por las mangueras que se bamboleaban para todos lados. Alara recuperó su sable para encarar a su contrincante, que parecía estar maldiciendo hacia su lado.
"No puedes confiarte en una pelea con uno de ustedes..." Decía ofuscado el hombre mientras le agregaba algo más a su arma.
Ahora parecía ser una lanza.
"Ríndete..." Dijo con seriedad Alara. "No quiero lastimarte."
El mandaloriano levantó su brazo para que un pequeño misil se dirigiera a ella. El proyectil revotó por el golpe de su telequinesis, explotando en la distancia. Seguido, ambos cargaron hacia su enemigo. Alara fue sorprendida cuando sus armas chocaron. Con un salto hacia atrás esquivó una cuchilla que su contrincante sacó del antebrazo de su armadura.
"Esa piel de hierro es formidable, Mordo." Dijo concentrada Alara.
"Beskar'gam, estoy sorprendido que conozcas nuestra cultura, jetii." Dijo con seriedad Mordo mientras hacia un giro con su lanza para clavarle en el suelo. "Me encanta el olor del metal quemado por tu sable..."
"¿No podemos arreglar esto de otra manera?" Preguntó con seriedad Alara.
"Puedes entregarme a la muchacha..." Dijo con prestancia el cazarrecompensas mientras miraba algo en su antebrazo. "Ese muchacho es más capaz de lo que esperaba."
A Alara le gustaría ver a través del visor del casco de su enemigo para saber cómo se sentía, pero el casco cubría toda su cabeza y su visor en forma de te era perfectamente negro desde su punto de vista. Su armadura tenías muchas marcas y parecía que su lanza no había sufrido daño alguno.
"¿Beskar?" Preguntó con curiosidad Alara, haciendo tiempo para su alumno.
"Sigo sorprendido por tu cultura galáctica, jetii." Dijo con seriedad el mandaloriano. "¿Cómo te llaman?"
"Caballera Alara Domo-Sareh." Dijo con seriedad la jedi. "Mucho gusto."
"No te sirve nada hacer tiempo para el muchacho..." Dijo el mandaloriano para saltar hacia ella.
El cazarrecompensas se propulsó con la mitad funcional de su traje para chocar su lanza con la espada de la jedi mientras giraba rápidamente su mano libre. La daga acarició la cara de Alara, que apenas pudo esquivar el embate. Su sable tocó el torso de su enemigo, pero tan solo quemó la pintura roja que cubría el duro metal mandaloriano. La daga de la armadura de su contrincante se volvió monótona y pudo esquivarla con facilidad mientras pensaba en como derrotar a un enemigo como ese. De repente, Mordo trabó su sable para lanzarse otro ataque con su otra mano, pero esta vez la daga no estaba. En cambio, recibió una violenta llamarada de su lanzallamas portátil. Apenas pudo desviar el fuego que iba hacia ella al levantar la palma de su mano, a cambio recibió un fuerte golpe en la cara para luego rodar por el piso. Mordo intentó rematarla con su lanza, pero pudo escapar al dar un salto hacia atrás. Alara escupió sangre hacia el suelo mirando a su enemigo, sabiendo que no podía derrotarlo si seguía así.
"Admirable tenacidad, jetii." Dijo desde su casco Mordo. "Ya habrás notado que no eres rival para mí."
Alara encendió el otro lado de su sable.
"Ah, me parecía que era más grande que los demás... Supongo que al fin vas a pelear conmigo."
Alara estaba segura que su enemigo estaba disfrutando de todo lo que estaba pasando.
"Siempre les cuesta un poco percatarse del peligro que implica pelear con un Mando'ad. No te preocupes, vas a tener el honor de morir en batalla."
Alara se lanzó directamente al ataque, su espada golpeó la lanza de su enemigo, pero con un rápido giro también golpeó el centro de la armadura. Seguido, dio un salto hacia atrás mientras daba un amplio golpe hacia adelante, marcando el metal de su adversario.
"Nar dralshy'a, Jetii." Gritó mientras se golpeaba el pecho con la lanza.
Alara soltó su sable para que su pierna golpeara en vano el costado se su enemigo mientras su arma daba una vuelta detrás de ella para atacar las piernas de Mordo, que saltó hacia atrás para esquivar el filo de su sable. En el medio del giró volvió a girar para atacar verticalmente a su enemigo, que interpuso su lanza para trabar su sable. Alara desactivó el lado que estaba tocando la lanza mientras saltaba hacia atrás dando un ataque al levantar la mano que estaba del filo activado. El casco parecía ser de durasteel, ya que perdió un pedazo por el golpe. Mordo parecía ser un humano.
"Eres más de lo que aparentas, Alara..." Dijo con seriedad Mordo.
Los ojos de Alara estaban clavados sobre él.
"Ríndete." Respondió con severidad.
El zumbido de su sable era lo único que estaba entre ellos.



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En el texto hay: aventura y romance, starwars, star wars

Editado: 09.02.2023

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