Alara no pudo hacer nada para ayudar a su alumno. Este había quedado atrapado entre los contenedores que el gigantesco sith había manipulado. Kysho apenas podía moverse y no había mucho que pudiera hacer para enfrentarse a sus enemigos. La sith sonrió divertida para saltar sobre los contenedores y perderse entre ellos. Preocupada, se enfrentó al gigantesco sith junto a Kysho.
"Para ser una amante de la paz te mueves muy bien en la guerra, jedi." Dijo con distorsionada voz el sith.
"Nosotros... somos los protectores de la paz." Dijo cansada Kysho.
Alara sintió a Lira correr hacia ellos. La jedi se detuvo a su lado lista para pelear. Su azulado sable estaba temblando nerviosamente frente a ella.
"Kysho, nosotros nos encargaremos de él." Dijo con seriedad Alara, que no podía dejar de pensar en su alumno.
"Estás malgastando tu talento, mujer." Dijo con seriedad Rohus. "¿Quién es ese muchacho? ¿Por qué no puedo sentirlo a través de la Fuerza?"
Alara apretó su sable.
"Alara, recuerda que la sabiduría también está del lado oscuro, este sith parece entender las habilidades de los jedi que se cruza." Dijo con seriedad Kysho mientras Lira se paraba frente a ella.
"Debe ser una sombra... Bah, tú eres una sombra, él es algo más... algo diferente." Dijo con curiosidad Rohus.
"¿Sombra?" Preguntó sorprendida Lira.
"Una sombra es una clase de jedi." Dijo con prestancia Kysho. "Luego te lo..."
"Los siths también podemos ser sombras, jedi." Interrumpió con firmeza Rohus para saltar sobre ellas.
Alara bloqueó el ataque con todas sus fuerzas, pero parecía que estaba intentando frenar una nave con sus manos. Lira lanzó una estocada hacia el cuerpo del sith, ya que su sable estaba ocupado con su maestra. La armadura atajó gran parte del daño, recibiendo una profunda marca a cambio. El sith dio un pisotón en el suelo para que una explosión telequinética las mande a volar por los aires. Kysho se golpeó contra una pared mientras ellas se levantaban a toda velocidad para atacar a Rohus. El gigantesco sith era mucho más rápido de lo que su tamaño anunciaba, cada uno de sus golpes estaba siendo acarreado por la furia que se sentía en el aire. Alara no sabía cómo pelear con Lira, ya que nunca había trabajado con ella. Lira era una gran esgrimista y su sable parecía danzar en los alrededores del sith, que bloqueaba todo lo que le lanzaban. La primera sorpresa fue cuando bloqueó su atraque con un revés de su mano. Alara sintió la diferencia entre ellos en ese preciso momento. Lira bloqueó un ataque, pero no iba a poder resistirlo por mucho tiempo. Alara se desvaneció en la penumbra del hangar para moverse rápidamente detrás del sith. Su sable iba directo a la mitad de su espalda, pero en lugar de tocar a su contrincante recibió una violenta patada que la arrojó contra unos barriles. El sith levantó la mano para que Lira empezara a flotar en el aire, como si la estuviera ahorcando él mismo. La joven perdió su sable mientras pataleaba en vano en el aire. Un afilado fierro apareció de un lado, rompiendo la concentración de Rohus, ya que iba directo hacia su cara. Vatse se acercó para ayudarlas mientras el sith empezaba a crepitar con electricidad violeta, exactamente como la imaginaba de las historias de Syo. Vatse levantó las manos para protegerse con una barrera, pero solo pudo resistirlo por instante. Lira estaba inconsciente en el suelo mientras Vatse estaba siendo electrocutado por el sith. La caballera arrojó su sable para ayudarlo, pero el sith solo le dio un revés con su mano para mandarlo a volar. Vatse estaba en el suelo, humeando. Alara nunca se había sentido tan impotente como ahora, nada de lo que hacía tenía efecto en su enemigo, que ahora estaba caminando hacia ella. Por un instante pudo sentir a su alumno, cosa que también llamó la atención de Rohus. Este se volteó para empujar hacia adelante uno de los contenedores que tenía enfrente, aplastando todo lo que tenía enfrente. Shin apareció en los aires para ser golpeado por un swooper, cayendo cerca de Lira. Sus ojos estaban clavados sobre su enemigo. Alara notó que tenía una pierna rota cuando intentó levantarse en vano.
"¿Cómo ocultas tu presencia en la Fuerza, jedi?" Preguntó con seriedad Rohus.
Shin estaba bastante lastimado y tenía cortes en todo su cuerpo. Alara notó que estaba tan enfocado como siempre. El sith se acercó unos pasos hacia él sin quitarle la mirada de encima.
"Eres un interesante espécimen." Terminó para atacarlo con su sable.
Shin bloqueó el ataque con firmeza. Sus sables estaban emitiendo una extraña luz y Alara sabía que el sith no se estaba esforzando para nada. Shin esquivó un puñetazo para luego girar y lanzar un revés que chocó contra la espada de Rohus. Este dio un pisotón para explotar los alrededores con la Fuerza. Shin movió a Lira con un empujón mientras saltaba hacia atrás, esquivando el peculiar ataque del sith, que levantó la mano para lanzarle un relámpago que era más violeta que azul. Shin gritó de dolor mientras sentía como cada uno de sus músculos se contraían contra su voluntad, como su boca se secaba y sus manos se acalambraban. Su frente tocó el suelo cuando el sith pasó a su lado a mover un contenedor con sus habilidades. Alara no podía hacer nada por su alumno más que verlo sufrir en la distancia. La sith estaba lastimada y le dio una patada a Shin mientras intercambiaba una mirada con Rohus.
"¿Cómo derrotaste al bailarín?" Preguntó ofuscada mientras le daba otra patada al muchacho.
"No ha sido un gran contrincante." Dijo con seriedad Rohus. "Sus poderes son un malgasto en un jedi."
Shin recobró la compostura y se arrodilló en el suelo para mirar a sus enemigos mientras apretaba la mandíbula por el dolor.
"Aplaudo tu resiliencia, jedi." Dijo Rohus mientras se acercaba a levantarlo de su túnica. "¿Tal vez a Lord Tharan le interese este muchacho."
"¿Quieres darle más poder a Tharan?" Preguntó ofuscada Madari. "Yo quisiera ver como se convierte al lado oscuro..." Agregó mirando hacia a Alara.
"Tal vez despierte sus verdaderas habilidades..." Agregó para tirarlo en dirección a Alara.
Shin cayó con la cara al suelo para intercambiar una mirada con ella.
"¿Qué te parece, Shin?" Preguntó divertida Madari mientras caminaba hacia su maestra.
Su sable naranja se activó de repente para rematar a Alara, pero Madari nunca pudo atacar, ya que estaba volando lejos de la jedi para golpearse contra su nave. Alara no podía creer lo que sus ojos veían, Shin se puso de pie envuelto en un remolino azulado de energía. La Fuerza lo estaba sosteniendo. Levantó la mano para atraer su sable mientras ella notaba la sorpresa en la cara de Rohus.
"No puede ser..." Dijo sorprendido el sith.
Alara podía ver la sorpresa en las expresiones no verbales del gigante. Dio un paso hacia atrás mientras su alumno se relajaba por completo. La presencia de Shin era tranquilizante, exactamente como cuando habían peleado en las ruinas de Ord Mantell, su postura se relajó por completo y parecía estar en control de la situación. El sith golpeó el hueco que había Lira en su armadura para gritar desaforadamente antes de saltar hacia su alumno, que nunca se movió de donde estaba. Shin esquivó el ataque con un pequeño movimiento para luego esquivar el siguiente ataque con un movimiento fluido. Seguido, levantó su sable para intercambiar una docena de golpes a toda velocidad. Alara nunca había visto una forma como esa. Sus movimientos eran directos y precisos. La armadura del sith empezó a despedazarse con sus ataques, que no tenían la intención de lastimar a su enemigo. Shin tenía un nivel de concentración que nunca había visto en él. El sith estaba cada vez más enojado, cada vez más violento, pero nada de eso parecía molestar a su padawan.
"¿Juyo?" Gritó enojado Rohus. "Imposible..."
Alara no conocía ese nombre.
"¿Esto son tus instintos, jedi?" Preguntó al aire el sith. "¿Este es tu poder?" Agregó agitado. "¡ERES UNA AMENAZA PARA EL IMPERIO!" Terminó a los gritos mientras saltaba hacia él.
Shin dio medio paso hacia atrás mientras tiraba hacia atrás con su mano libre, haciendo girar en el aire al sith con un sutil tirón de su telequinesis. Levantó su sable índigo para cortar ambas manos de su enemigo. Estas cayeron cerca de ella, Shin se volteó a mirar a su contrincante. El sith parecía inmutado con lo que estaba pasando. La sith apareció rengueando para interponerse entre ellos. Shin no iba a decir una palabra.
"Milord, tenemos que marcharnos de aquí." Dijo a los gritos Madari mientras ayudaba al gigantesco sith a ponerse de pie.
"La Fuerza volverá a cruzarnos, jedi. Prepárate, porque la próxima vez te convertirás en uno de nosotros o morirás como un jedi." Dijo Rohus mientras su sabe flotaba hacia él.
Alara se puso de pie con mucho esfuerzo para intentar acercarse a Shin, que estaba catatónico frente a ella. No pudo dar un paso hacia adelante que el jedi cayó de cara al suelo mientras la nave se marchaba del hangar. Athos se acercó corriendo sin entender lo que estaba pasando.
"¡Athos! Fíjate como está tu hermana." Gritó Alara mientras se acercaba a Shin. "¡Kysho!" Gritó mientras se tiraba a su lado.
Su alumno estaba pálido y su cuerpo estaba muy lastimado.
"¿Cómo está Vatse?" Preguntó con cuidado Athos mientras apoyaba a Lira junto a Shin.
"Ve a decirle a los médicos que preparen los tanques, Athos." Dijo cansada Kysho mientras se arrodillaba frente a Vatse.
La jedi apoyó las manos sobre su alumno para que ambos brillaran en azul por unos segundos. Su cuerpo no resistió demasiado, pero Alara pudo escuchar a Vatse toser en la distancia. Shin respiraba lentamente y sus ojos sangraban. Apoyó su cabeza sobre su regazo sin poder hacer nada más que esperar.