Las semanas pasaron y la distancia entre Gojo y Megumi solo se hizo más evidente. Yuji no pudo evitar darse cuenta que su amigo esperaba cada día a su maestro, por lo que decidió preguntar al director Masamichi. Satoru se sumergió en sus misiones, cosa que extrañaba a Yaga; pensar que su ex alumno atendiera a las ordenes sin refutar, era demasiado extraño.
—Está tratando de evitarte, Fushiguro —dijo Nobara sin mucho ánimo sentada en el banquillo frente al campo de entrenamiento, mientras tomaba un sorbo de su té de burbujas.
Yuji ve a su amigo en silencio, pensaba en miles de manera para animarlo pero nada parecía funcionar. La idea de hablar con los senpais sobre su maestro le venía como una idea innovadora, pero de nuevo el obstáculo de que si alguien conoce mejor a su maestro seria su amigo, quien ha convivido con él desde su infancia, no los senpais. Una pelea familiar, el recuerdo de no llevarse bien en algunos momentos con su abuelo dibujó una sonrisa triste en los labios de Itadori. Muchas veces estaban en desacuerdo pero eso no era impedimento para no hablarse o distanciarse.
Al verlos perdidos Maki se acerca a ellos.
—Oigan idiotas, no se queden allí pasmados —dijo a la vez que Panda e Inumaki daban señales de que se acercaran.
—Unas vueltas de calentamiento antes de enfrentarse a Maki —Panda hizo una risilla.
—Salmon.
Se dispusieron a entrenar. Panda no dejaba de dar vueltas con Nobara para luego hacerla volar por los aires, cosa que la irritaba. Maki por su parte sostenía una batalla contra Yuji y Megumi, sin estos poder asestarle golpe alguno. Yuta quien estaba llegando junto a Gojo veían la escena, Yuta se acerca para saludar a Inumaki y pregunta por si el entrenamiento va bien para los de primer año; a lo que Inumaki asiente.
Megumi al estar un poco distanciado de Maki mira hacia las gradas y ve a su maestro allí parado. Este saluda mientras esboza una sonrisa, no parecía estar afectado como en aquella ocasión ¿Qué le habrá ocurrido exactamente? Muchas preguntas se formulan y ninguna tiene una respuesta. Yuji cayendo a su lado lo saca de su pensamiento.
—Dales un respiro Maki – san —dijo Yuta con voz tímida. Maki respondió chisteando la lengua.
—Las maldiciones son los que no le darán respiro. A ver que dicen cuando estén muertos.
— ¡Vamos de nuevo! —la emoción de Yuji hace que Gojo se ría y aplauda para llamar la atención de sus estudiantes.
—Bien, me gusta el entusiasmo que tienen mis queridos estudiantes pero deben prepararse para su misión. Ijichi les dará las instrucciones mas tarde.
Nobara se acerca derrotada hacia sus compañeros apoyándose en Itadori para mantenerse en pie, Gojo está por irse cuando Megumi quien con la mirada fija en suelo le llama.
—Gojo... sensei.
— ¿Si?
Silencio, los presentes se sintieron incómodos como si no debieran estar presente ante lo que sea que quisieran hablar esos dos en este momento. Megumi nunca ha tenido algún impedimento para dirigirse hacia la persona en frente, pero por alguna razón las palabras se atoran en su garganta. “Las palabras no deben ser dichas”, se dice. No debe preguntar, así como nunca ha preguntado nada durante una década. No se ha interesado en realmente en la pregunta: ¿Quién es realmente su maestro? ¿Qué es lo que ha pasado? Nada le ha importado y no preguntaría.
—Ah... nada. No es importante.
—Megumi... —dijo Satoru mientras colocaba su mano en su cuello como si doliera— ¿tu herida está bien?
Megumi levanta la vista, aunque no pueda verlo directo a los ojos por las vendas podría especular que hay preocupación en ellos. Una que no veía desde aquella ocasión cuando tenía diez años y que nunca olvidaría.
—Estoy bien, Ieiri – san se encargó de ello.
Sin decir nada más, Satoru se fue a dar el reporte de su misión al director, dejando a sus estudiantes atrás. Yuji quiso detenerlo pero Nobara lo sujeta para negar con su cabeza. Yuta sin comprender el motivo de tanta incomodidad decide preguntar.
— ¿Hay algún problema con Gojo – sensei?
Todos lo miraron con ganas de arrancarle la cabeza, los lentes de Maki parecían nublarse mientras tomaba a Yuta por el cuello para arrastrarlo lejos. Yuji se mostraba asustado, pues lo mismo le hubiese ocurrido si momentos antes abría la boca y no siendo detenido por su compañera. Ambos senpais volvieron, con un Yuta que se disculpaba vagamente por el comportamiento anterior. A Megumi no podía importarle menos, ya que, también se formulaba esa misma cuestión. Los murmullos de sus discusiones se apagaban a sus oídos dando paso a conjeturas del extraño comportamiento de su maestro. Como si no pudiera guardar sus pensamientos deja escapar una pregunta.
— ¿Cómo fue la primera vez que conocieron a sensei?
Sorpresa, todos se quedaron viéndole sin comprender exactamente que habían escuchado. Quedaron pensativos por un momento, Yuji no dijo mucho puesto que solo lo conocía porque este lo había salvado antes; Nobara tampoco aporto mucho, ya que era nueva en la escuela; Inumaki como pudo expresarse se dejaba entender que lo conoció de niño porque su clan había pedido ayuda a la escuela para contener el discurso maldito que estaba fuera de control debido a la edad de este, y los enviados para esa tarea eran los estudiantes de segundo en ese momento conformados por Shoko Ieri, Suguru Geto y Satoru Gojo.