Annalise
—Por favor, Annie, ya quédate quieta —me trata de calmar mi mejor amiga Jane, había venido a una clínica ginecológica camuflada, con gorra y lentes grandes de sol, para que nadie me viera.
—No puedo, creo que esto de venir a esta clínica fue un error.
—Claro que no, si tú quieres tener sexo con Alan, tendrás que cuidarte y que mejor manera que con anticonceptivos, yo los tomo y en dos años nunca tuve problemas, mírame disfruto del sexo con protección sin tener que estar con miedo por un embarazo no deseado.
—Tienes razón, es mejor estar prevenida… —en ese momento ingresa mi madre a la clínica, en este lugar solo atienden especialmente a embarazadas y hacen consultas ginecológicas, al verme envuelta en tremendo lío, me levanto y salgo hacía quien sabe dónde.
—¿Annie? —me llama mi amiga y mientras camino apurada, veo una puerta abierta, no lo pienso dos veces e ingreso allí.
—¿Señorita Thompson? —me giro al oír una voz masculina llamarme.
—¿Qué? ¡No! Yo… —no sabía que decir, pero tampoco quería salir de aquí —Eh sí, soy yo —mentí, pero todo fue para no ser descubierta por mi madre.
—Me habían informado que estaba atrasada —pregunta al ver la planilla.
—Ah, sí, pero ya llegué —dije entre risas nerviosas.
—Entonces iniciemos, por favor sáquese la ropa y se coloca, está bata.
—¿Qué? —consulte sin saber qué pasaba.
—Es para el procedimiento, usted leyó la información sobre el estudio…
—Ahí sí, claro que lo leí, me cambio ahí —señalo el biombo y él asiente, en ese momento la puerta es golpeada y rápidamente me cubro allí para no ser vista.
—Disculpe doctor, una señora creyó ver a su hija entrar aquí.
—¿Cómo? —cerré mis ojos y maldecí al ser descubierta.
—Sí, a una jovencita.
—No lo siento, estoy solo con mi paciente, por favor que no me molesten, estoy iniciando el… —en ese momento mi teléfono sonó y atendí era mi amiga.
—¿Qué pasó?
—¿Dónde estás?
—No importa, espérame en tu auto, cuando veas a mi mamá salir, me mandas un mensaje —rápido cuelgo y me cambio por la ropa que me dio el médico, no entendía porque hacía esto, pero ya no había vuelta atrás, era esto o que mi madre me vea.
—Señorita Thompson —me llama el médico, bueno, en realidad no era yo, ya que entre en donde no debía.
—¡Ya estoy!
—Muy bien, suba en la camilla, coloque sus piernas aquí, será rápido —por primera vez alguien iba a ver mi vagina, calme mis nervios e hice todo lo que me dijo, fue incómodo, no entendía bien qué sucedía o que me hacía, pero al ser médico supongo que no es nada malo.
—¡Listo! Puede cambiarse, por favor no se vaya, voy por sus medicinas —dijo aquello y se fue, me baje y cambie rápido, no lo espere y me fui, preguntando llegue a la salida por la puerta de atrás, llame a mi amiga y ella me busco para partir a su casa, este día había sido una total locura.
Paul
—Tranquilo hermano, todo saldrá bien —me da ánimos, mi hermana Ellie.
—Sé que Christopher es el mejor haciendo inseminación, pero aun así estoy nervioso.
Hace unos meses había decidido ser padre junto a Elena, mi mejor amiga, ella tampoco tenía pareja y decidimos que lo mejor era hacerlo así, mi amigo Christopher quien hace unos días había llegado de Europa se ofreció a hacer la inseminación, ya que Elena no quería que ningún médico del staff de mi clínica lo hiciera, él era el mejor y por ese motivo lo había contratado para hacer el procedimiento.
El teléfono de mi oficina suena y Ellie contesta por mí, tener un bebé de la manera natural había sido lo ideal, pero no quería mezclar nada con Elena, la conocía de chico y solo le tenía cariño.
—¿Qué pasó? Porque tienes esa cara.
—Es Richard, que Elena… —se quedó muda y en una nube al parecer.
—¿Qué Elena? ¿Qué?
—Sufrió un accidente…
—¡Todo listo! —ingresa Christopher con cara de satisfacción— En unas cuantas semanas sabremos si el proceso fue un éxito.
—¿Qué? Repite lo que dijiste —no entendía nada, mire a mi hermana y ella estaba igual o más confundida.
—Ya inseminé a tu amiga, no vine a hacer eso hoy, solo que ella se fue antes de que le entregué sus medicamentos —me muestra las cajas que traía en sus manos.
—¿Qué hiciste? —me lleve mis manos a mi cabeza, al saber que otra mujer fue inseminada en su lugar.
Un mes después
—Dime que tienes noticias —le pregunto al oficial quien llevaba la investigación para dar con la mujer que había inseminado por error.
—Así es, una vez más investigamos a todas las mujeres que ingresaron ese día, y dimos con ella, su nombre es Annalise Mars, es la única del listado que ingreso a una consulta ginecológica, pago y no fue atendida, ya que se fue antes de ser llamada —me entrega una carpeta con los datos de aquella mujer, quien apenas tenía 18 años.
—No creo que sea ella —me dice Christopher al leer el informe sobre la mujer, mejor dicho, niña en cuestión.
—No probaron viendo las cámaras de seguridad, tal vez si Cris la ve, la reconoce.
—Ya lo vi muchas veces, al parecer a esa mujer se la trago la tierra.
—Así me cueste la vida, la encontraré, ella lleva en su vientre a mi hijo.
—Sabes que hay posibilidades de que ese embarazo no se logre.
—¿Y si funcionó?
—Paul, no puedes saberlo, es mejor esperar a que ella sola venga por aquí —trata de calmarme Ellie, pero el tiempo corría y no tenía novedades aún.
Annalise
—Ya no llores Annie, ese imbécil no merece tus lágrimas —me consuela mi amiga, ya que Alan me había dejado porque no quise tener relaciones con él.
—Pero yo lo amo — limpié mis mejillas con el puño de mi camisa escolar, estábamos en el último mes de clases.