Annalise
Mientras leía el resultado de los análisis, lloraba desconsolada en los brazos de mi mejor amiga Jane.
—Doctor, ese resultado está mal, yo no puedo estar embarazada.
—Tranquila Annalise, entiendo su angustia, usted es joven, pero si tiene sexo sin protección todo es posible.
—No, no entiende, nunca estuve con nadie, soy virgen —la cara del médico fue de asombro.
—¿Cómo dijo?
—Eso que escucho, jamás en mi vida tuve sexo.
—Entonces vamos a tener que hacer otro estudio, pero diferente, enseguida vuelvo.
—¿Qué voy a hacer?
—¡Nada! Porque ese resultado está mal Annie, es una locura que estés embarazada, no debes ponerte mal, si nunca tuviste sexo ¿Cierto?
—Claro que no, tu serías la primera en saberlo, pero y si… ¡No!
—¿Qué?
—No, no, nada —a mi memoria vino la vez que fui a una consulta ginecológica y terminé abierta de piernas para un estudio.
—Ahora si saldremos de dudas, tome está agua y después cuando tenga ganas de hacer pis, lo hace aquí —al regresar el médico me entrega una botella con agua y un vaso esterilizado para juntar orina, hago lo que me dice y luego hace el examen.
—¿Y doctor?
—Positivo —me mostró el resultado y me quería morir, cómo era posible.
Días después
—¿Qué voy a hacer Jane? —me encontraba en mi cena de egresados, no podía dejar de mirar la fotografía de la ecografía del bebé que llevaba en mi vientre, cómo les decía a mis padres que estaba embarazada sin haber tenido sexo.
—Decir la verdad, porque no me dijiste que entraste en ese consultorio y que te hicieron ahí el bebé.
—¿Y yo que iba a saber? No soy adivina, pensé que era un examen, no una germinación de bebé.
—Cuando le vas a decir a tus padres —mire hacia donde ellos se encontraban sentados, juntos con la familia de Alan.
—¡Nunca!
—Annie, no puedes ocultarlo para siempre.
—Si puedo, en un mes nos vamos a la universidad, curso mi embarazo allí, luego lo tengo y doy en adopción, nadie sabrá.
—¿Y nuestros compañeros?
—Tomaré las clases virtuales.
—Annie, eso es peligroso, mejor vamos a la clínica, buscamos al médico, luego hablas con tus padres y les explicas.
—¿Qué? Y que todos me vean embarazada y hablen, eso jamás.
—Aun así, creo que no es una buena idea.
—Olvidemos por esta noche lo que tengo y vamos a bailar —me levanté y tome de la mano a Jane, hice dos pasos y todo se volvió oscuridad.
Ellie
—Ellie se desmayó Annie ¿Puedes ayudarla? —me pide Alan, mi hermano, rápido voy hacia donde estaba todo el mundo, su compañera se había desmayado, estaba muy pálida, me agache y le tome el pulso, estaba débil.
—Pidan una ambulancia —pedí, pero está se tardó, entonces el padre de ella la levanto en sus brazos y la llevamos a la clínica, en el vehículo íbamos con su amiga en la parte trasera, mientras que adelante iban sus padres.
—¿Ella está enferma? No sé, está pasando mucho estrés, tal vez tiene problemas de alimentación —me preocupaba ver qué ella no despertaba.
—No, mi Annie es sana, no entiendo qué pasó, hoy almorzó y también tomo el té conmigo en la tarde —en ese momento su amiga me muestra una foto de ecografía en su celular y me pide silencio, ahí entendí que está mujer está embarazada y sus padres no lo saben.
—Vamos a la clínica Cooper, está a unas tres calles de aquí.
—No será mejor ir a una clínica general doctora.
—Mientras más rápido la vemos mejor, mi hermano Paul es médico clínico, además de ginecólogo.
—¡Está bien! Confío en su criterio.
Llegamos y la ingresamos en urgencias, allí ya nos esperaba Paul, quien rápidamente comenzó a atenderla.
—¿Qué le pasó? Es una clínica ginecológica ¿Lo sabes?
—Se desmayó en la fiesta y si, la traje es porque está embarazada, sus padres no lo saben.
Le expliqué todo a mi hermano mientras la examinamos, había sufrido una subida de presión y se encontraba deshidratada debido a los vómitos.
—El bebé está bien, ella mejorará con el paso de las horas, el suero la ayudará.
—Hay que decirles a sus padres, pero eso no es todo.
—¿Hay más?
—Sí, ella era la novia de Alan.
—¿Qué? Pero si él me dijo que entre ellos no paso nada.
—¿Y tú le crees? Seguro la uso y por eso la dejo, pobre, pero no importa porque si este bebé es de nuestro hermano, tendrá que hacerse cargo.
Annalise
Me despierto aturdida, no entendía qué me sucedía, miro a mí alrededor y me encuentro sola en una habitación, al ver mi mano noté que tenía puesto un suero, allí mismo me doy cuenta de todo, me pongo mal, seguro mis padres ya lo saben, respiro profundo e intento quitarme el suero, tenía que salir de aquí.
—¿Qué hace? —me detiene una voz masculina, al ver al frente me quedo hipnotizada con su belleza, hombre alto, cabello negro y ojos color cielo, que decir de su mirada sería que me apuñalaba.
—Quiero irme, no puedo estar aquí, por favor no me complique más todo.
—Lo lamento señorita Mars, pero usted no puede irse, su estado de salud es delicado, debe hacerlo por su hijo —al oír aquellas palabras mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba embarazada de un desconocido y sin haber tenido sexo.
—No lo diga, quiero ver a mis padres.
—Enseguida los llamo —al salir ingresa Alan Cooper, quien, al verme despierta, se acerca hasta mí y me grita.
—Eres una golfa, ese bebé no es mío —me dice enojado y no entendía nada ¿Qué hacía el aquí? Porque suponía que mi bebé era suyo.
—Alan, basta, si ese bebé es tuyo vas a hacerte cargo, quieras o no, además no debes obligarte a nada aún, cuando el bebé nazca puedes hacerte un ADN —respondió el médico, todo lo lindo que tenía se fue a la mierda cuando dijo aquello al tratarme como una cualquiera.