Virgen ¿y embarazada?

Capítulo 4

Paul

 

—¿Cómo? ¿Mi hija fue embarazada por error? ¡Es una locura! —dijo furioso el señor Mars.

—Arthur, por favor calma, no es momento.

—¿Y cuándo lo es Susan? Nuestra única hija mujer fue embarazada, arruinaron su vida.

—Arthur, por favor, nadie le arruino la vida a tu hija, fue un error de nuestro médico, ella consintió el procedimiento, sé que no es fácil, pero en esta clínica no suceden estas cosas.

—Entonces culpas a mi hija Julián —el padre de la chica Mars estaba enfurecido y no lo culpaba.

—Claro que no, ese niño en camino también es mi nieto.

—¿Cómo? —dijeron ambos al unísono.

—¡Ya basta! —interfirió Ellie— Nadie quería esto, nuestro médico Christopher Brístol, quien realizó la inseminación, siguió el procedimiento de manera correcta, tal como dijo mi madre Julián, su hija se hizo pasar por la paciente, el donante en cuestión es Paul Cooper, mi hermano —finalizo ella señalándome.

Los señores Mars se retiraron poco convencidos con lo sucedido.

—Perdón por llegar tarde, no podía sacar el coche del hotel —dijo mi padre al llegar al consultorio en donde estaba con Christopher y mamá.

—Tranquilo cariño, lo peor ya pasó.

—¿De qué hablas?

—Annalise Mars la ex novia de Alan, espera un hijo mío.

—¿Cómo? ¿Tu fuiste capaz…? Es… por eso Arthur no me devolvió el saludo — llevé mis manos a mi cabeza al darme cuenta de que mi padre creyó cualquier cosa.

Entre mamá y Ellie le explicaron lo sucedido, él se sorprendió al igual que todos y aún faltaba lo peor, hablar con Adam.

 

Al día siguiente

 

—Te preocupas demasiado Paul, esa chiquilla no querrá al bebé ¿Cuántos meses faltan? —me dice mi amigo Richard, a quien había hablado para tomar un whisky.

—En teoría ocho ¡No lo puedo creer! Esto es una mierda, solo quería un bebé, no el combo completo —dije furioso.

—Anoche al escuchar tu audio, no lo podía creer, pero tienes suerte, esa chiquilla está preciosa y no solo eso ¡Es virgen!

—No seas bruto Richard —interrumpe Ellie al aparecer en la sala— Annalise Mars apenas tiene 18 años, es mucha diferencia con Paul.

—Perdóname Ellie, pero quien sabe, además Paul no es viejo ¿Cuántos años tienes?

—27 años, pero eso no es importante ahora, necesito que ella desista a la idea de ser la madre.

—Como pides algo así, por más que ella no lo planeara, el bebé existe, está en su vientre, dudo mucho que quiera dártelo como si fuera una cosa.

—Ofrece una compensación económica Paul, puedo ayudarte en ello —especula mi amigo y desearía no haber hablado este tema con él.

—Es hija de Arthur Mars.

—¿El dueño de la cadena Hotelera Mars?

—El mismo.

—No puedo creer que ustedes hablen de esto como si la muchacha fuera una cosa, pero que más esperar de ti Richard, si solo usas tu cabeza para negocios y mujeres.

—Sé que me amas Ellie, aun así, nunca habrá nada entre nosotros.

—Vete al carajo Myers y tu hermano deja de juntarte con cabeza de semen, porque así solo conseguirás una sola cosa.

—Gracias por el cariño Ellie —tenía que hacer algo o este par iba a seguir con su pelea y solo hacían que me estrese más de lo que ya estaba.

—Así no me ayudan, es tan difícil entender que no quiero nada con esa chiquilla.

—¿Eso te preocupa? Por favor, Paul, ella se embarazó siendo virgen, y eso es triste porque ella no merecía esto, de verdad crees que quiera algo sentimental con un completo desconocido.

 

Annalise

 

No pase una buena noche, había dormido muy poco, aún no podía creer lo que sucedía, hasta hace un mes atrás soñaba con perder mi virginidad con Alan y ahora espero un hijo de un desconocido.

—Buenos días, le traje su desayuno —me saluda una de las empleadas de la clínica, quien traía bastante comida.

—¿Todo eso es para mí? Disculpe, no la salude ¡Buen día! —no quería quedar como mal educada.

—Es su dieta, el doctor Cooper le recetó esto.

—¿Perdón? Usted dijo Cooper ¿Él es mi médico?

—Si señorita, cuando ingreso en la guardia, él la atendió.

—Lo siento, pero quiero a otro médico y llévese ese desayuno que no comeré lo que él me diga —estaba que moría de hambre, pero no iba a hacer lo que ese engreído me diga, encima es hermano de Alan, debe ser igual o más imbécil.

—Es imposible lo que pide, los desayunos ya fueron distribuidos, tengo otras pacientes a quien atender, piense que ahora come por dos, con respecto al doctor Cooper, el es muy buen médico —me dice y no me sorprende, seguro está y todas las que aquí trabajan ya se acostaron con él.

—Bueno, tiene razón, debo alimentarme, aun así, insisto, quiero a otro médico.

—Que bien que entienda, con respecto a lo demás, puede pedir en administración, es el interno 103 —me dice al señalar el teléfono al lado mío, sobre la mesa de noche— Yo ya no puedo hacer nada, con permiso.

Ella se fue y me quedé mirando la enorme bandeja que tenía mucha fruta, leche chocolatada con masitas, jugo de naranja y un vaso de agua.

Termine desayunando, peor sería comer cosas hechas por él, maldito sexy engreído cara de piedra, así lo llamaré, porque no es más que eso.

Al terminar dejé todo a un lado y me levanté, ya no podía seguir en esta cama, mi madre me había dejado ropa para dormir, por fortuna me trajo mi pijama y no un camisón como usan las embarazadas, porque la conozco, lo exagerada que es. Pase lo que resta del día con ella, hasta que llegó la tarde con muchas sorpresas.

—¡Hola! —me sorprende Camila, mi cuñada— ¿Cómo estás, Annie? —se acerca hasta mí, me da un abrazo y luego besa mi barriga.

—Hola Camí ¿Estás sola? —le consulto al no ver a nadie más ingresar.

—No, Jefferson nos trajo, él está con tu mamá, se quedaron hablando con el papá del bebe, aún no lo puedo creer.

—¡Yo menos!

—¿Y qué vas a hacer?




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