Viuda negra

La culpable

El tiempo con mi padre salió mejor de lo que había planeado, se nota que está lleno de culpa, la cual le recorre el cuerpo y la conciencia como un cáncer en etapa terminal, esta dispuesto a todo con tal de aliviar sus culpas y eso será algo de lo que voy a aprovecharme, Octavio hará cualquier cosa con tal de complacerme, esta agradecido por que cree que lo he perdonado el muy ingenuo cree que puede alcanzar la redención.

Octavio estaba encantado de tener a Antonella de regreso, ciertamente su felicidad estaba completa, pues ahora tendría a sus dos hijas con él, quizá ya no podía recuperar a Ángela, pero si intentaría que su familia tuviera un final feliz, pero la molestia de escuchar d Elos labios de Antonella que Ágata la despreciaba se anidó en su corazón y estaba decidido a prestar atención a esos detalles.

—Ya haz sufrido demasiado mi niña, no dejaré que tu sonrisa se vea afectada otra vez, tu padre te cuidará de cualquier persona que quiera lastimarte.—se dijo Octavio mientras se acomodaba el traje he iba rumbo a su trabajo.

Una vez de que Kim se aseguró de que Octavio se había marchado, se acercó a Antonella y le agarró las manos.

—¿Que haces?—exclamó ella al ver que le ponía gel antibacterial.

—Le estoy limpiando las manos, deberá ponerse desinfectante en espray en el cuerpo, por que se dejó abrazar por ese hombre.—le dijo Kim con el ceño fruncido.

—¿No crees que es algo exagerado?—le pregunto Antonella mirándolo detenidamente, Kim estaba concentrado en limpiarla.

De pronto, Antonella dejó de escucharlo y comenzó a fijarse en sus detalles.

—Que bonitas pestañas, sus cejas también son pobladas y su cabello es negro y abundante.—se dijo Antonella en sus adentros mientras lo miraba de arriba abajo.

—¿No me está escuchando verdad?—le preguntó Kim frunciendo el ceño.

—Lo siento, mi mente se disoció después de los primeros tres minutos de queja.—le respondió Antonella alejándose sus manos de él.

—¿No cree que deberíamos rentar algún departamento? Sería extraño quedarnos en este hotel toda nuestra estancia.

—Ayúdame con eso, elige uno céntrico, de preferencia que tenga acceso alguna piscina y que no haya muchos vecinos, ah, y que tenga una buena vista.

—Esta bien, creo que puedo conseguir uno ¿algo más en o que pueda ayudarla?

—Es todo por el momento, estoy pensando tomar unas clases de cocina.—dijo Antonella con una sonrisa.

—Pero usted odia cocinar, ni siquiera sabe hacer una pasta.—exclamó Kim confundido.

—A mí no, pero a ella si, la harpía va a esas clases desde hace un tiempo ya, uno de sus amantes más queridos trabaja ahí como profesor, el chef es otro inmoral que esta comprometido, será divertido convivir en los lugares que domina.

—Supongo que yo también debo ocuparme.—dijo Kim soltando un suspiro.

—Harás un gran trabajo, ya que te gusta el gimnasio, me tomé la libertad de inscribirte al mismo lugar a donde va ella, va de lunes a viernes, en un horario de ocho a diez de la mañana, a las seis de la mañana sale a correr cerca del lugar, te aconsejo encontrártela a esas horas.

—Lo haré, empezare mañana sin falta.

—Muy bien, yo iniciaré mis clases de cocina hoy.

—¿De verdad? Creí que apenas se inscribiría.

—Lo hice por línea, ahora solo debo tomar la clase muestra, no puedo esperar para ver su cara.

Antonella estaba decidida a sofocarla, regresarla al papel secundario al que pertenece, apenas estaba afilando su espada.

Por otro lado, Andres se encontraba esperando a Eliza en un cafe cerca de la oficina donde trabajaba, ella se fue tan guapa como pudo, llevaba el cabello suelto y un vestido rosa corto, se veía muy linda.

—¡Andres! Llegaste primero ¿te hice esperar mucho?—le preguntó Eliza emocionada mientras lo saludaba con un beso.

—No, llegaste antes de la hora.—le respondió él con amabilidad.

—Gracias por aceptar mi invitación, la verdad me sentí muy mal de haberme comportado tan áspera en la cena, de verdad me sentía en shock, ella es una extraña para mi, no la conozco, nunca he hablado con ella, me dejó en shock cuando la vi parada en mi puerta, además dejó a mi mamá deprimida y eso me molestó muchísimo, esa mujer es muy extraña, no sé por que apareció de repente.

—Es tu hermana, ella misma lo dijo, Ágata fue quién restringió el contacto con su familia, por eso no sabes nada de ella hasta ahora.—le dijo Andres con seriedad.

—Bueno, eso es por que esa mujer…—Andres la interrumpió de golpe y dijo:

—Su nombre es Antonella, es despectivo que te refieras como “esa mujer” cuando conoces su nombre, además no te ha hecho nada malo, ni a ti, ni a nadie.

—Mi madre me contó todo lo que Antonella hizo de niña, mis padres tuvieron que mandarla lejos por que era incorregible, mentir demasiado, hacia berrinche y culpaba de todo a mi madre, era una niña muy mala.—expresó Eliza con enojo.

—Solo tenía cinco años Eliza ¿no crees que Ágata y tu siguen siendo muy duras con ella?

Andres quería expresar tantas cosas, pero mejor se quedaba callado.

—No…mi mamá cree que Antonella pudo haber envenenado a mi…

—¿Qué?

—No, nada, no dije nada.

—Me da mucha pena que seas tan fría con tu hermana, se apareció deseosa de reencontrarse con ustedes, a pesar d todo nunca le reclamó nada a tus padres, sonrió y trató de amenizar aquella cena que tu y ágata hacían incomoda, Creí que eres diferente Eliza.—Andres se puso d píe y estaba apunto de irse.

—Espera, Andres ¿a donde vas?—le preguntó Eliza angustiada.

—Creo que será mejor que me vaya, espero puedas reflexionar en tu actitud infantil y prejuicios.

—No…¡Espera Andres! ¡Andres!

Eliza se quedó sola y la ansiedad la invadió al ver que su amor se alejaba, comenzó morderse las uñas y a caminar de un lado a otro.

—No puede ser ¿por que me dejó así? ¿Por que se enojó? Todo es culpa de esa mujer…Antonella….




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