Viuda negra

Sorpresa.

Aquella mujer era una descarada, era pomposa y le gustaba la vida cara, meneaba las caderas con ritmo, esta orgullosa de todas sus cirugías, de lo joven que se vía a su edad y como jovenes y viejos aun se peleaban por complacerla, usaba tacones altos, no tenía corazón, en lugar de eso tenía un aguijón con el que picaba a sus víctimas para después devorarlas, entumeciendo sus sentidos y su razón con el meneo de esas caderas.

Era una mujer maldita, él dinero le había robado la conciencia y la ambición el alma, era una hembra mortífera, tenia veneno en los labios, arañaba la espalda de sus amantes marcándolos como un récord personal, sabía jugar al mor, pero era una mentirosa, uno tras otro, no sabía querer, una vez que terminaba de absorber a los hombres y los desechaba, sacaba el busto y volvía a menear las caderas para darle placer al siguiente en la lista.

Disfrutaba de la atención que recibía, del privilegio de ser bonita, las miradas lascivas y llenas de deseo la hacían sentirse grande y superior a las otras mujeres, amaba como los hombres se mordían los labios, como ardían de pasión los varones en celo, se crecía como la espuma, así era ella, desleal he infiel.

Los hombres la amaban, pero las mujeres listas la despreciaban, podían ver las artimañas que utilizaba para tenderle trampas a los hombres, sabían la calaña que era, por eso no tenía amigas reales.

—Muéranse de envidia malditas marcianas, hasta acá me llega el olor de su envidia.—se dijo Ágata mientras entraba al club donde iba, había unas mujeres que iban saliendo de las clases de cocina y la miraron de arriba a bajo con desprecio.

—Buenas tardes señoritas.—exclamó Ágata guiñándoles el ojo, pero ellas no le respondieron

Mientras avanza comenzó a tararear una canción que había escuchado en el camino, hoy se había puesto un vestido más corto y ajustado, con un escote prominente para seducir a su joven amante.

—Ay pastelito, ahora si no podrás concentrarte en la clase jaja.

Ágata era la estrella, el centro de atención, la protagonista, la mejor de la clase de cocina, era uno de sus dominios, su reinado y Bona de confort por que hacia como quería a las otras alumnas que eran menos agraciadas que ella.

—Que raro que mi cupcake de vainilla no me este esperando para recibirme, siempre esta en al puerta como un cachorrito esperando a que llegue yo.—se dijo ágata extrañada.

Y una vez que entró, su sonrisa se le borró de la cara y su expresión se opacó como si hubiese visto un fantasma.

Ahí estaba ella, la mujer que había desenterrado todo su pasado, la maldita mujer que le recordaba tanto a su hermana, parecía que Ángela había renacido en ella, todas estaban encantadas con su sonrisa, elogiando su largo y sedoso cabello, lo lisa y tersa que era su piel y lo bonita que se veía con ese vestido floreado, Ágata no podía soportar verla tan feliz ¿que hacia ella ahí?

Ágata estaba parada en la puerta, como un fantasma, un sobrante imperceptible que no hacia falta en ningún lado, Young-su, su maestro de cocina y su amante mucho más joven que ella, se encontraba sonriendo amablemente mientras le amarraba el mandil a Antonella y una vez que ella levantó la mirada, se la clavó con una alegría que casi se burla de su expresión y desconcierto.

—A, ya estas aquí Ágata, pasa no te quedes ahí parada, no bloquees el acceso.—le dijo Young-su de la manera más descuidada y desinteresada posible.

Las mujeres que asistían a esas clases de cocina sabían que ellos dos eran amantes, era algo repugnante ya que conocían el estado civil de Ágata, pero no el de Young-su, pues era un tipo aprovechado que se acostaba con cualquiera de ellas con tal de conseguir regalos lujosos y costosos, la mayoría de ahí ya habían estado en su cama alguna vez y las que no, se deleitaban con su apariencia y actitud galante, era claro que con el sueldo de maestro no viviría cómodamente, así que ya tenía años viviendo de las señoras sedientas de atención y amor.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó Ágata a su sobrina con una voz rasposa y profunda, mientras temblaba del coraje y se acercaba a ella.

—Ágata, no sabía que era aquí donde tomabas tus clases de cocina, que gran coincidencia, nos vamos a ver muy seguido por aquí.—exclamó Antonella con una sonrisa brillante.

—¡Por que me persigues!—gritó Ágata y al ver la reacción de incomodidad de todas las otras estudiantes, se calmó, tratando de contenerse, pues ya sabía que no la soportaban aunque fingieran que si.

—Ágata por Dios, baja la voz, es de mala educación hablarle así a alguien de tu familia, sobre todo cuando fuiste tan dura conmigo en mi niñez, no me grites por favor, mejor diviértete, será una clase divertida ¿verdad señor Young?

—No me hables de usted jejeje, casi somos de la misma edad.—le dijo el hombre sonrojado.

—¿De verdad? Ay entonces le dire solo Young ¿que le parece?—le preguntó Antonella con una actitud tierna y femenina.

—Mucho mejor jajaja, todas mis alumnas me hablan con familiaridad,

—Ven para acá.—Ágata la agarró del brazo intentando apartarla de ahí, pero Antonella se acercó a su oído con rapidez.

—Quítame las manos de encima o te entierro este cuchillo en la garganta—le dijo Antonella con una sonrisa para discipular.

Ágata la soltó inmediatamente y se hizo aun lado.

—¿Que está pasando Ágata? No puedes tratar así a tus compañeras, no importa si son familia o no.—le dijo Young-su mientras la miraba feo.

—Ay, era una broma ¿o no Antonella? Jajaja…. Me sorprendió que se inscribiera a la misma clase que yo, eso todo jejeje.—expresó Ágata con nerviosismo pues todas la miraban con desaprobación.

Maldita sea, tengo que guardar la compostura, esa desgraciada no me va hacer quedar mal, quiere humillarme, intimidarme, pero no lo logrará, yo soy la reina en este y todos los lugares donde me paro, le demostrare que por mi la dejarán aun lado, la marginarán con tal de protegerme jajaja, si, eso es lo que haré, me haré pasar por la víctima y todos la odiaran, Young-su me adora, se muere por mí, no me cambiará por esta psicópata, la destrozare y saldrá llorando de aquí…te iras huyendo de mi maldita.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.