Capítulo: El sobre sellado

Era una tarde cualquiera, de esas en las que Olivia intentaba mantenerse ocupada sin demasiado éxito. Matías la había llamado temprano y le pidió que pasara por su casa; dijo que tenía algo para ella, algo que Tom le había confiado "por si acaso".

Cuando llegó, Matías estaba serio, con una caja pequeña entre las manos. La miró como si buscara el momento exacto para soltar algo que pesaba demasiado.

—Él me lo dio unos meses antes... —dijo sin terminar la frase—. Me pidió que te lo entregara cuando sintiera que estabas lista. Y hoy... hoy lo estás.

Olivia lo tomó con manos temblorosas. Al abrir la caja, encontró un sobre sellado con cera. Su nombre estaba escrito con la letra inconfundible de Tom. Cerró los ojos por un segundo, y luego lo abrió.

Dentro, una carta.

"Mi Oli:

Si estás leyendo esto, entonces la vida hizo lo suyo. Y aunque no me guste escribirlo así, quiero que sepas que te amé con todo lo que tenía. Quería un futuro contigo, pero no sabía si lo tendría. Por eso escribí esto. Porque si yo ya no podía darte palabras, al menos te dejaría las mías.

Guardé cosas para ti. Algunas están escondidas. Otras, con personas que me conocen bien. Y cada una tiene un pedacito de mí. No porque quiera que no me olvides, sino porque quiero que, cada vez que encuentres una, te recuerdes fuerte. Valiente. Mía.

Hay un cuaderno azul en mi estante, detrás de mis libros de filosofía. Está lleno de cosas que nunca te dije. También dejé algo en la casilla 43 de aquel buzón viejo donde solíamos dejar cartas tontas por diversión. Sí, aún tengo la llave. Es tuya ahora. Está dentro del cajón de la mesita de noche, junto con un anillo que guarda una promesa que no alcancé a cumplir.

Te amo. Aún. Siempre.

-Tom."

Olivia lloró en silencio, aferrada al sobre, al olor del papel, al eco de sus palabras. Cada línea era un abrazo, cada frase una despedida que no se había atrevido a dar en voz alta.

Y esa noche, como cada vez que algo nuevo de Tom tocaba su alma, escribió una carta más.