Lo que vino a continuación es de locos.
Teresa casi se lanza contra esas chicas a golpearlas, pero Mark la retiene. Algunos profesores vinieron a ver el escándalo que estaba sucediendo, y cuando me vieron golpeada mandaron a llamar a mamá, la cual casi arma otro escándalo.
Por mi parte solo tengo ganas de ir a casa y olvidar lo sucedido. No pensé que ser amiga de Mark y los otros me traería como consecuencia a unas locas de remate con instinto asesino. Okey, eso puede sonar un poco exagerado, pero de verdad pensé que moriría en ese baño, o a lo menos, creí que me dejarían bien lastimada.
Antes de ir al hospital Teresa le insiste a mamá la dejara ir con ella para acompañarme. Tengo que salir casi a escondidas de Mark, ya que cabe la posibilidad de que él también quiera ir con nosotras. Definitivamente estoy segura de que están haciendo esto más grande de lo que realmente es, quiero decir, solo tengo un labio roto, mejillas hinchadas y una pequeña línea de sangre en el cuello, sin contar que el estómago me duele gracias al golpe, pero fuera de eso estoy muy bien. Necesito descansar para estar como nueva.
En el hospital me atienden súper rápido gracias a la influencia de Robert, el cual igual está super preocupado por mí.
Los rayos no revelan ninguna fractura—lo cual ya lo suponía desde antes de venir—, pero mamá insistió en realizarla. Luego del hospital me llevan a casa, Robert de cualquier manera me da tres días de reposo, lo cual agradezco. No quiero volver a clases después de aquello.
—Les traeré un té helado—dice mamá dejándome a solas con Teresa.
Ella está en la puerta, como si estuviera nerviosa de estar en mi cuarto. De alguna manera la comprendo, la última vez que estuvo aquí no fue nada grato para ninguna de nosotras.
—Toma asiento—le digo señalando la cama.
Ella sonríe nerviosa, pero se sienta a los pies de mi cama.
— ¿Estas segura de que no te hicieron más daño?
Niego con la cabeza.
—Casi me sacan todo el cabello, pero fuera de eso no me hicieron nada más.
Ella me estudia con la mirada, como lo solía hacer para ver si miento.
Sonrío.
— ¿Cómo llegaste hasta el baño? —quiero saber.
Ella se encoge de hombros.
—No llegaste a clases—dice como si eso lo explicara todo.
—Pude haber ido a la enfermería o pude no haber querido ir a clases.
Ella me sonríe.
—Te vi caminando con Michael en dirección a la sala de biología, esa es una de las pocas clases que tenemos juntas y como no te vi llegar le pregunté a Mark donde estabas.
Abro mis ojos.
—Al parecer Mark también estaba preocupado porque fue el primero en salir de la sala para ir a buscarte—sonríe—, fue su idea el buscar en el baño.
Sonrío ante la imagen de él buscándome.
—Y gracias a dios me encontraron—digo recordando la sensación del espejo en mi garganta.
—Ellas estaban locas—decimos las dos al mismo tiempo.
Nos miramos, no me había dado cuenta de lo mucho que la extrañaba.
—Lo siento por haber sido una idiota—dice Teresa—, no actué de la forma correcta y lo único que logre fue alejarte de mí.
La miro con ternura.
— También fue mi culpa—reconozco—, no me detuve a pensar en tus sentimientos, pero estoy de acuerdo en que actuaste como una idiota.
Ella ríe.
—Hice mal, y te pido disculpas. No quiero estar separada de ti, eres mi mejor amiga y no quiero perderte—Teresa se ve muy arrepentida.
—Me dolió, pero estoy segura de que a ti también.
Ella asiente.
—Lo siento, estoy segura de que cada vez que hablaba de Theo y de cómo lo quería, igual te hacia daño a ti.
—Pero fui una tonta al no contarte que también lo quería, estabas en tu correcto derecho al enfadarte, fui yo quien no debió guardarte secretos.
—Creo que las dos ya sufrimos lo suficiente—admito.
Ella asiente y abro mis brazos, ella sonríe al captar el gesto, abalanzándose hacia mí dándome un abrazo que de verdad extrañaba.
—Nunca más debemos pelear por un chico—dice ella.