Viviendo Con El Enemigo

CAPITULO XLI

Me sudan las manos.  Entre más lo pienso, más ridículo me parece todo esto. Estoy a punto de colapsar y en serio me cuestiono si lo que estoy haciendo está bien.

— ¿Puedes dejar de pasearte así? Me mareas—dice Teresa mirándome a través del espejo. — Es solo una ida al cine en grupo, no es como si te estuvieras casando.

Pongo los ojos en blanco al escuchar las mismas palabras que me dijo Michael el otro día. —Si es solo una ida al cine—señalo mi ropa—, ¿Por qué estoy vistiendo como si estuviera seduciendo a alguien?

Ella sonríe. —Tienes que verte divina si quieres que nuestro plan sea un éxito. —dice Teresa y yo suspiro. —Ya no estoy segura de querer seguir este plan, no lo creo justo para Michael, él es un buen chico.

Teresa se gira con el ceño fruncido y camina hacia mí. —Sé que es un buen chico y me cae bien, pero él sabe dónde se está metiendo y aun así no ha dicho nada. Yo opino que hay que seguir hasta el final. Y esa ropa—dice señalo mi atuendo—, es porque debes verte linda y porque después del cine iremos a celebrar tu éxito en la entrevista.

Suspiro, pero luego sonrío. —Aún no sé si me van a aceptar, todavía debe llegar la carta diciendo que soy parte de la universidad.

Teresa coloca los ojos en blanco y después sonríe. —Ellos estarían locos si no te aceptaran. Tenías muchas cartas de recomendación, además tienes unas notas increíbles, si no te aceptan—se encoge de hombros—, ellos se arrepentirán después.

Quince minutos después, ambas estamos listas.

—Theo dice que nos pasará a buscar en unos minutos—anuncia mi amiga mientras ve su teléfono.

Asiento con la cabeza. Para pasar el momento decido mirar Facebook, en inicio salen algunos estados de mis compañeras, ellas están modelando sus compras para el baile de graduación. Sonrío. Yo aún ni siquiera he decidido si ir o no al baile, después de las cosas que están pasando en mi vida hace que tenga mis pensamientos en otro lado, específicamente en un chico de ojos verdes.

Estoy tan absorta en mis estúpidos pensamientos que no me he percatado de que Teresa me está llamando.

—Creo que estás en las nubes ¿en serio quieres ir a ver la película?—pregunta Teresa con el ceño fruncido.

—Hace solo unos minutos ni siquiera tenías en cuenta mi opinión, me obligaste a vestirme de una forma poco cómoda y ahora que ya estamos por salir me preguntas si estoy de humor—bufo, pero trato de hacer notar que no estoy molesta. —Vamos, no voy a dejar a los chicos esperando.

Teresa sonríe. —Esa era una pregunta de cortesía, en caso de que hubieras dicho que no, estaba dispuesta a usar el chantaje—me guiña un ojo.

Tan típico de ella. Razona mi ángel.

Ambas revisamos nuestras cosas para cerciorarnos de no olvidar nada, y salimos de casa.

Theo tiene el auto de su padre estacionado y sale para saludarnos. —Ambas se ven muy guapas—dice mientras deposita un rápido beso en los labios de mi mejor amiga.

—Tu tampoco estas nada mal—dice Teresa mientras rodea el auto y se sube al asiento del copiloto. Definitivamente ya comienzo a acostumbrarme a sus muestras de cariño. Al principio ambos fueron muy reacios a mostrar su amor frente a mí, creo que por temor a que me sienta incómoda. Ya después de dejar claro que no me importaban sus muestras de afecto, comenzaron a actuar de esta forma.

El camino al cine es bastante corto, aunque dentro de mi deseaba que durara un poco más. A pesar de que esto es una cita en grupo, no puedo evitar pensar que le estoy dando falsas esperanzas a Michael (aunque aún no me resigno a que le gusto), él es amable y lo aprecio, de hecho, él nos ayudó bastante a Mark y a mí. Sin él no creo que ambos hubiésemos tenido la oportunidad de estar juntos.

Theo estaciona el auto una cuadra antes de llegar al cine. Los tres bajamos e iniciamos nuestro camino, Teresa va de la mano con Theo y yo los sigo desde atrás, por alguna razón odio el mal tercio que hacemos, sin mencionar que me siento muy incómoda con lo que estoy vistiendo. Teresa ha escogido una falda que me llega hasta la mitad de mis muslos y con el viento que hay, siento que se me sube. Odio las faldas, no me gusta sentirme expuesta, además, con los zapatos de tacón (aunque no son altos), se me hace difícil seguir el paso.

Teresa ha usado la excusa de que “debo acostumbrarme a usar tacón ya que para el baile los usaré”. No camino mal en tacones, y estos no son altos, es solo que siento que no van conmigo. Hoy tengo una imagen bastante femenina para mi gusto, hasta estoy usando maquillaje.



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En el texto hay: juventud, amorodio, amistad

Editado: 28.12.2019

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