Viviendo Con El Enemigo

CAPITULO XLII

Y porque me emocioné escribiendo, les traje un 2 X 1 porque son capítulos cortos y después me dicen que querían más jajajaj espero lo hayan disfrutado. Si le gustó, espero que compartan el libro para que más personas me lean n.n saben que no es el mejor trabajo, pero es trabajo humilde jajajajaj los quiero, nos leemos a la próxima <3

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Lo miro para que comience a hablar, pero, aun así, él permanece en silencio.

—Si no me vas a decir nada, prefiero irme a casa, es tarde—digo mientras paso por su lado. Esta es una hazaña temeraria de mi parte, ya que si me voy cabe la posibilidad de no tener oportunidad de hablar con él de nuevo, pero de momento me haré la difícil.

Mark jala de mi brazo para detenerme, y una pequeña sonrisa de dibuja en mis labios.

—No te vayas, de verdad vine a hablar contigo. —la voz de Mark suena afligida.

Trago saliva y me giro. —Entonces habla, quiero ir a casa rápido. —aunque eso es una mentira.

Mark se pasa una mano por su oscuro cabello, dejándolo aún más desordenado. Por un momento tengo el impulso de ordenárselo, pero me resisto.

—Quiero pedir perdón—susurra y yo frunzo el ceño. —¿Perdón? ¿Perdón, por qué? ¿Por herirme? ¿Engañarme? ¿Hacerme ver como una idiota? —esas no son las palabras que quiero decir, pero no puedo detenerme. Llevo bastante tiempo queriendo decir esto y siento que ya no puedo detenerme. —Con un simple perdón no vas a lograr nada—digo mientras un nudo se comienza a formar en mi garganta.

El parece ver mi dolor. —Sé que lo estropeé, pero tienes que entender que debí hacerlo. Nunca quise lastimarte.

Mi respiración se torna rápida. No puedo creer en sus palabras, me digo a mí misma que es un engaño, pero su rostro de verdad se ve afligido.

—No creo en lo que me dices. No puedo creer en ti después de todo lo que sucedió. —esas no son las palabras que quiero decir. De hecho, quiero correr y abrazarlo, decirle que todo está bien, que lo amo. Pero Teresa tiene razón, debo confirmar lo que siente por mí.

— ¿Crees que para mí es fácil? Jamás podré olvidar la mirada de tu madre. Me vio como si le hubiera hecho la cosa más horrible—dice mientras parece recordar lo sucedido—, además, no voy a dejar que escojas entre la felicidad de tu madre y yo.

Río de ironía. —Es que ahí está el problema. Esa era mi decisión. Mia—digo alzando la voz. —Estoy malditamente harta de que los demás hagan las cosas por mí, que decidan qué es lo mejor para mí. Maldita sea, no soy una niña. —digo frustrada—, además te había escogido a ti. Había decidido decirle todo a mamá, decirle que te quería, decirte que lo intentáramos—. Niego con la cabeza y una lágrima se desliza por mi mejilla. —Pero tú lo arruinaste. Te atribuyo el hecho de que la forma en que mamá lo descubrió no fue la mejor. Pero tarde o temprano las cosas se iba a saber. Pero gracias a tu increíble plan de “salvar a Mel destrozándole el corazón” las cosas salieron peor.

Woow, hacía falta expresarme.

Mark me mira con los ojos muy abiertos. —Admito que mi plan es una mierda, pero hice lo que creí mejor en el momento.

—Pero debiste haberme consultado, se suponía que estábamos juntos en esto. —Mark se acerca a mí, pone su mano en mi mejilla y niega con la cabeza—realmente soy un maldito idiota—hace el intento de besarme, pero un carraspeo nos sorprende a ambos.

—Dejaré que las cosas lleguen hasta aquí—dice la voz de Michael.

Yo por reflejo me separo de Mark y me giro para encarar a Michael, el cual mira fijamente a Mark.

—Pero miren a quien tenemos aquí, nada más ni nada menos que a mi mejor amigo—la voz de Mark suena sarcástica.

Michael le sonríe y eso provoca que Mark aprete los puños. — ¿Qué haces aquí? —pregunta con la voz ronca.

Michael se acerca como un gato sigiloso y se detiene a centímetros de él. —Mel no se sentía bien, así que decidí volver para ver cómo estaba y da la casualidad de que escuche sus voces—sonríe, pero no se aprecia pisca de diversión—Y resulta que me los encuentro aquí, en un callejón oscuro a punto de besarse. Eso da mucho que hablar.

La mandíbula de Mark se ve tensa. —Si nos viste a punto de besarnos entonces debiste dejarnos en paz.

Yo tengo el presentimiento de que, si no detengo esto, se va a poner muy feo. Puedo ver la tensión entre estos dos.



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En el texto hay: juventud, amorodio, amistad

Editado: 28.12.2019

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