capitulo 15

Diego

Después de llegar a la mansión de Pak, Lila, Rebeca y Simone y Nicole, aprovechando que aparece en Milán, subimos a la habitación de Reb.

Decidí ir y solucionar los problemas. Yo haría todo por esa señora, por Sofia y Aera podemos estar bien. En serio, busca el viejo móvil para recibir un último mensaje de Ares.

Diecinueve antes de la muerte de Ares, un mensaje al móvil de Sofía

Ares Sofia tenemos que hablar.

Sofía

ya acababa de casarse con Basil y hicimos una gran fiesta de ceremonia para la fiesta de bodas... ¡Oye, claro! En veinte minutos en la cafetería del barrio de Valencia. Ni siquiera digas quién soy ni se lo digas a nadie. O te arrepentirás.

Ares
esta bien

Llegué al café y rápidamente vi a Sofía de espaldas, a su lado, Misael tenía un disparo de pistola.

— Muy pronto ven a ti, estábamos esperando que le dijeras a Manuela, acabo de recibir el posparto de tu hijo, ya dije que te vas a un orfanato. — dice Sofía. No puedo creer que ella estuviera loca.

—Está bien, vine a hablar contigo. Quiero que te mantengas alejado de mi familia y dejes a Binna en paz. —No nos molestes demasiado— suelto suspiro —¿Qué quieres cambiar acerca de no molestar a Binna?— pregunté.
Los dos se miraron durante unos tres minutos.

Finalmente Misael le arrojó el arma a Ares, rompió el silencio.

—No te necesito—respondo esto—vienes con nosotros y hacemos todo lo que decimos, confía en lo contrario... lastimaremos a Binna y a cualquiera que intente involucrarse, incluido tu ahijado perdido de Emmanuel, tu hermana Nicole.

si sabes de eso. Dios, ¿sobre qué mentí? No puedo dejar sola a Rebeca... pero si no lo hago, la van a hacer daño.

—¿Qué dices? — Diego vino a la prisión de Madrid a preguntarle a Sofía, sonriendo —Es culpable de asesinar a tu padre Ares —¿Aceptas?

Claro que no...

—Acepto—afirmé. No creo estar seguro de que usted y su hija Mercedes no se preocupen por esta decisión, pero debo hacerlo.

—Muy bien, Misael es asesinado por mi padre Ares y tu tío Naoh... toma tu celular y marca llamar a Rebecca ahora.

Rebecca

—¡Estoy tan feliz! ¡Voy a ser tía y madre! —exclamó Nicole, sonriendo y abrazando a todos.

—¿Sabes qué día es mañana? —Pedí. Obviamente lo sabías.

—Mmm. No, ¿Qué día es mañana? —Preguntan Alejandro y Emmanuel

— ¡Lo sé! —exclamó Lila. Finalmente uno.

—Sábado.

—empecé a decir —De hecho, ¿realmente no lo sabes? —Pregunté en un tono más triste.

—Sí. ¿Es tu 30 cumpleaños? —dijo Nicole.

En aquellos días oí sonar el tono de mi móvil en la mesa de la cocina.

—Esperen chicos, les voy a contestar.

—Hola mi amor.

—¿Rebeca?

—¡Diego! ¿A dónde fuiste? Tengo buenas noticias, realmente te encanta...—Bianca escúchame. El tiempo ha acabado con todo este juego de la familia y sus familiares de las víctimas. Te lo digo ahora porque tuve la suerte de que no soporto estar muchos meses más junto a ti. Fui parte de tu secuestro junto con Misael y Aera y Sofía. Lo teníamos todo pensado desde que estalló mi relación con Sofía y Basil. Ya no esperes que te escriba ni llame más. No te amo, sólo fue una mentira para llevar a cabo el plan de Sofía Mendoza. Adiós rebeca

Y colgó

Las lágrimas cayeron por mis mejillas comenzaron a salir abundantemente. Fui nuevamente a la habitación donde estaban mis familias.

Se rieron mientras Simone y Rebeca bailaban muy, muy bien. En otra ocasión la gran mentira es más profunda que el amor fallido, osea me reiría peor no lo sabes que todos ellos pero simplemente no puedo. ¿Cómo se atreve a hacerme algo así?

—Chicos...—dije viendo como cada uno de ellos se acercaba al rostro preocupado.
Nicole me abrazó fuerte mientras yo lloraba en su pecho.

—Eh... ¿Qué pasó? No llores hermanita hermosa... todo está bien.

—No....— escapó de otra lástima —Nada está bien... todo está muy mal, y no creo que ella arregle esto.... Nicole, puedo quedarme en su casa—le pregunté

—Seguro. ¿Pero qué pasó?

— Me llamó Diego. Me dije a mí mismo que él estaba detrás de mi secuestro... que no me amaba y que solo era mentira porque arruiné su relación con alguien. También dijo que no lo llamaría más.

Seguí llorando sin dejar de creerlo.

—¿Dónde estaba ese otro chico dulce y duro que siempre se preocupó por mí? —el que confesó todo lo que siento desde el principio el primer día.

alguien con quien tuve mi primera vez.

¿Dónde está ese Diego?

¿Se acaba de ir?

¿Volverá el Alejandro que amé?

¿El padre de mi hijo volverá a su camino?

¿Volverá? ¿O nunca existio?